Cap. 5 Flashback

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El sol ya no existía para esa hora del día. Aomine caminaba por las calles de su vecindario, sin prisa, pero a un ritmo constante. Su ceño estaba fruncido, y el único sonido que se podía escuchar era el de sus tenis chocar contra el asfalto. El oscuro azul de sus ojos estaba inmerso en el concreto del suelo, mirando su propia sombra, sin temer a chocar con algo o alguien, doblando a la derecha e izquierda por las calles, respectivamente, debido a la familiaridad del lugar... El parque donde antes solía pasar horas jugando, y que ahora se convertía en sede de una reunión ¿Qué era tan importante que hasta debían encontrarse en persona?

En la cancha de basketball, un silueta esperaba pacientemente al moreno.




Murui abrió los ojos a la par del sonido de su alarma, su respiración era irregular, y por su frente nadaban unas cuantas gotas de sudor.

"Fue un mal sueño."

La azabache se sentó en su cama, y desde ahí, se miró en el espejo de su cuarto. Su rostro desnudo de anteojos lucía resplandeciente, aunque su expresión estaba perturbada.




Kazekawa salió de su casa, y llegó a la escuela justo cuando la chicharra timbraba. Al mismo tiempo, Aomine se dirigía a su salón, con la diferencia de que ahora, no solo las chicas lo miraban, si no también los hombres y hasta los profesores. El ojiazul apretó los dientes, y se recrimino a sí mismo el hecho de haber dejado que aquel cuatro ojos lo golpeara. Segundos después, sonrió... Midorima debía estar peor que él.




En las calles cercanas al instituto Shutoku:

- Shin ¿No me vas a decir quien te rompió los lentes?

- No molestes Takao.

- No te pongas así. Pregunto porque soy tu amigo y estoy preocupado - Midorima no contestó, estaba muy molesto, pero eso no le importó al pelinegro - ¡Vamos Shin, cuentame! Estoy que muero de la curiosidad. Se ve que te hicieron papilla.

- Takao.

- ¿Sí?

- Callate.

- Entendido.

El chico de anteojos, y el pelinegro siguieron su camino, en silencio, hasta Shutoku, pero justo cuando iban a entrar a su aula, Taisuke Otsubo, el capitán del equipo, los detuvo por detrás. El mayor colocó sus manos en uno de los hombros del peliverde y su acompañante. Kiyoshi Miyaji y Shinsuke Kimura estaban con él.

- Oigan.

- ¿Sí, capitán? - preguntó Takao con voz nerviosa.

- ¿Sucede algo, Otsubo-san? - preguntó después Midorima.

Otsubo los hizo voltearse, dejó a un lado a Takao, y se concentró en las heridas del peliverde. El labio roto, su ojo morado, los raspones de su mejilla y la cinta adhesiva que mantenía unidas sus antes perfectas y negras gafas.

- Esa es mi pregunta ¿Qué te pasó? - Midorima no respondió.

- Responde Midorima - comentó el rubio.

- No es de su incumbencia - respondió después el peliverde, Otsubo frunció el ceño.

- Tsk, te lo dije. Estos niños de la "Generación de los Milagros" son unos creidos - dijo Shinsuke.

- Mejor déjalo Otsubo.

El capitán de Shutoku observó con detenimiento al peliverde y a su asustado amigo. Tenía curiosidad por saber la historia detrás de las heridas de Midorima, así como también sentía la responsabilidad de hacerse cargo de los miembros de su equipo. Sin embargo, aún faltaba confianza entre ellos, y por esto, los dejo ir.

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⏰ Última actualización: Mar 19, 2018 ⏰

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