La cara de Diana se escurría por el sillón, pero fue un golpe lo que la despertó.
--Uy, perdón, pensaba que ya estaríais despiertos --dijo la doctora Lucía cuando llamó a la puerta.
--Lucía --dijo Diana. Tanteó el aire para ubicarse--. ¿Qué pasa? ¿Está todo bien?
Lucía se acercó a su amiga y le sonrió, lo que tranquilizó a Diana.
--Sí, es sólo que hoy es mi cumple y he traído cositas para picar en la cafetería. ¿Te pasarás?
Diana miró su reloj. Poco a poco la bruma de su mente se iba disipando. Eran las 9 de la mañana de un nuevo día. Entonces, cayó en lo que Lucía le había dicho.
--¿Es tu cumple? Muchas felicidades --Diana abrazó a la psicóloga.
--Gracias, cielo.
--Sí, ahora me pasaré. A ver si le damos el alta a mi hermano y me bajo.
Los ojos de Lucía se dirigieron hacia la cama donde reposaba Fran.
--¿Habéis dormido bien?
--Yo regular. Aquí se duerme mal --contestó Diana señalando el sillón donde había pasado las dos últimas noches.
--Ya imagino. Bueno, Diana, te espero abajo, ¿vale? --Lucía le dio un beso en la mejilla y se fue hacia la puerta.
--¡Lucía! --la llamó Diana antes de que saliera--. ¿Has visto a Ainhoa?
--No, pero si la ves dile que se pase por la cafetería --dijo, y se fue.
Cuando Diana volvió sobre sus pasos, su hermano comenzaba a despertar.
--Buenos días --dijo.
--Hola, Fran, ¿qué tal?
Su hermano no respondió de inmediato y tardó un rato en estar despejado para poder hablar con su hermana.
--Quería darte las gracias --dijo por fin.
--No tienes que darlas.
--Sí, sí tengo --la interrumpió Fran. Se recostó y se sentó sobre la cama para poder mirar a los ojos a su hermana--. Tú tienes tu vida aquí y yo vengo una vez cada dos o tres años y la invado por completo.
--Bueno, tampoco...
Fran alzó la mano para detenerla.
--Eres una persona muy buena, Diana. Cuéntame, ¿cómo se siente?
Diana le miró desconcertada.
--¿Cómo se siente el qué?
--Haciendo tan feliz a alguien.
--No te entiendo, Fran --Diana se le acercó y le puso la mano en la frente.
--No, Diana, no estoy desvariando --Fran obligó a su hermana a quedarse quieta frente a él para que pudieran mirarse a la cara--. Debe ser increíble, ¿verdad?
--Fran, lo siento, pero no sé de qué me hablas...
Fran sonrió con timidez.
--Hablo de Ainhoa.
Diana tartamudeó algo ilegible. El calor volvió a inundarla, pero apenas llevaba un jersey fino encima.
--Yo... --Esperaba que su hermano la sacara del embrollo en el que la había metido, pero Fran la miró paciente, a la espera de que Diana ordenara sus pensamientos y se abriera con él--. Tampoco puedes pretender esto, Fran, venir después de mucho tiempo y querer que me abra contigo, como si tuviéramos la misma confianza que de adolescentes.
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Dianhoa: Dos metros cuadrados
FanfictionAinhoa quiere que ella y Diana vivan juntas, pero la cardióloga no lo tiene tan claro porque eso daría que hablar en el centro médico. La visita de su hermano, un médico que trabaja en una ONG, trastocará todavía más a Diana.