13 de Julio de 2017.
Waterford Treasures. Torre de Reginald. Waterford, Irlanda.
Era consciente de que ese chico no la quería cerca, pero había algo en él que a Vera le llamaba mucho la atención. Destacando que, por más que él ya le haya dicho dónde quedaban los baños, realmente no sabía cómo llegar hasta allí. Y si bien podía volver con su grupo, no quería. Algo en ese chico le provocaba deseos de quedarse.
-Debería haber un cartel que diga que interrumpir a desconocidos cuando están solos está prohibido, para que la próxima no lo hagas.- el chico tomó su mochila y estaba a punto de irse. Sin embargo, se detuvo y observó a Vera por unos largos segundos-. ¿No vienes?
-¿Ir a dónde? – si segundos atrás estaba confundida, ahora lo estaba todavía más.
-A China.- la quedó mirando unos segundos más, se percató de que Vera no había notado el tono sarcástico y agregó-. Te guiaré hasta los baños. Si sigues aquí es porque 1) no sabes llegar, o 2) sabes llegar, pero temes ir sola. De igual forma te acompañaré. Se me han ido las ganas de quedarme aquí.
Vera le sonrió en forma de agradecimiento y lo siguió por el pasillo.
Durante el trayecto a la segunda entrada del monumento, el chico y Vera no conversaron. Iban a mitad de camino cuando su acompañante decidió romper el hielo.
-¿Y qué te ha traído a los Waterford Treasures el día de hoy? – preguntó.
-He venido de excursión con mi colegio.- el chico asintió-. ¿Y tú?
-Me he escapado de la ley, soy un fugitivo. Y no encontré mejor lugar para esconderme que una desastrosa torre de más de mil años de antigüedad. Pero, ¡ups, me encontraste!- el sarcasmo con el que ese chico hablaba tan fluidamente a Vera la irritaba. Pero a lo mejor era cierto... Y realmente era un fugitivo...
-¿Ha... Hablas en serio...? – preguntó Vera con un poco de preocupación.
-Claro que no.- aclaró el muchacho, y luego sonrió.
Sonrió. Se dejaron ver los dientes blancos y los hoyuelos a los costados de cada comisura de sus labios. Éstos, a su vez, formaron una especie de curva que le provocó a Vera un escalofrío. Y mientras pensaba en eso, se percató de un detalle.
-Me llamo Vera – se volteó hacia el chico y le extendió la mano que tenía libre-. Vera Fitzpatrick.
El chico la miró, observó su mano extendida en el aire y volvió a sonreír.
-Patrick – juntó su mano izquierda con la mano derecha de Vera extendida en el aire y las sacudió-. Patrick O'Brien.
Y mutuamente se devolvieron la sonrisa.
-¿Entonces a qué has venido aquí hoy? – insistió Vera.
-Una estúpida excursión escolar.
Vera se limitó a asentir. Quería contradecirlo. Para ella no era una estúpida excursión. Si no hubiese entrado en ese pasillo, posiblemente hubiese seguido dibujando. Aunque no se sentía disgustada por su decisión de quedarse con Patrick. También admite que eso es más divertido que estar sola dibujando en un cuaderno... Pero no lo admitiría en voz alta. Si lo hacía, corría el riesgo de que Patrick preguntara por su sketchbook y definitivamente no quería que un desconocido indagara en eso.
Y como si le hubiese leído la mente...
-¿Qué tienes ahí? – preguntó Patrick mirando el cuaderno que Vera tenía en la mano izquierda.
-Mmm... No es nada.- contestó la dueña del sketchbook mientras, simultáneamente, lo escondía detrás de su espalda.
-Oh, vamos. Dime de qué se trata.- insistió Patrick.
Vera se la pensó bien. Al fin y al cabo, no eran sus verdaderos dibujos. Es decir, sí lo eran, los había hecho ella, pero sólo había copiado lo que veía. En cambio en sus otros sketchbooks...
Volteó a ver a Patrick, quien la miraba ansioso.
-Está bien.- dijo Vera, y le entregó el cuaderno a Patrick.
-Mientras, me puedes ir comentando qué es exactamente.
-Pues... No es nada en especial. Se le llaman sketchbooks, y básicamente es un cuaderno especial para dibujar...
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Efímero Amor
Teen Fiction"Irlanda es mucho más que hermosos paisajes. Gran parte de su magia reside en su gente y en sus antiguas leyendas." -Anónimo. Efímero: Que dura poco tiempo o es pasajero. Ej: "gloria efímera; belleza efímera; un reinado efímero; un optimismo efímero...