Efímero Amor

VII

13 de Julio de 2017.

Waterford, Irlanda, de camino a New Ross, Irlanda.

Cuando Will le preguntó dónde había estado lo único que Vera pudo responder fue:

-En un lugar en el que el tiempo pasaba rápidamente lento.

Y no paraba de sonreír. Aún cuando llegó a su casa, y su madre le sirvió una taza de té de manzanilla. Aún cuando se concentró en la música que emitían los parlantes de su habitación. No dejaba de pensar en Patrick. Y tampoco dejaba de pensar en el teléfono. Creía que si lo miraba lo suficiente, sonaría. Entonces no dejó de mirarlo. Un solo ring, y ella sería feliz. Una sola voz, y ella sería feliz. Una sola palabra, y sería feliz.

De tanta espera, se quedó dormida sin desearlo. Cuando se despertó, dos horas más tarde, Vera corrió escaleras abajo.

-Madre, ¿ha llamado alguien al teléfono? –preguntó Vera a Elizabeth, quien se encontraba cocinando la cena.

-No, querida. ¿Esperabas una llamada? – su madre tomó el teléfono y lo revisó para estar segura-. No, cariño, nada.

-Oh, está bien. Gracias, madre.

Se sonrieron y Vera volvió a su alcoba. Tal vez Patrick también se había quedado dormido y no había despertado aún. En cualquier caso, esperaba que la llamara pronto.

Dicho y hecho. El teléfono comenzó a sonar.

Vera corrió escaleras abajo nuevamente, y frenó frente a la mesita que sostenía el teléfono fijo. Y espero unos segundos. No quería parecer entusiasmada.

Un segundo. Dos segundos. Tres segundos.

-¿Sí? - habló Vera luego de tomar el teléfono.

-¿Vera Fitzpatrick? Es Patrick O'Brien aquí.- Vera sonrió. La había llamado.

-¿Patrick? Hola, ¿qué tal?

-No mucho, he llegado muy agotado del viaje y me he quedado dormido apenas me acosté en la cama.- contó Patrick. Vera se sentó en el sofá a su lado.

Estuvieron conversando por horas y horas. Riendo, y divirtiéndose, como si estuviesen juntos.

Vera amaba las salidas escolares.

Patrick comenzaba a hacerlo...