siete.

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Me alimentó con casi la mitad del plato de gran tamaño antes de darme por vencida y se rindiera en alimentarme. Comenzó a acabar con el resto. Traté de moverme a la otra silla para que pudiera tener mejor acceso a la comida. El hombre tenía un apetito increíble. Siempre lo tuvo. No iba a ponerme en medio de él y su comida.

Pero su brazo se apretó alrededor de mi cintura, sosteniéndome contra él mientras se terminaba todo lo que quedaba en la mesa con una sorprendente velocidad. No dejó ni una corteza de pan sin comer.

Me reía para el tiempo en que se comió el último trozo de pan, arrastrándolo por uno de los platos, recogiendo cada pequeña gota de salsa pesto.

"Veo que todavía comes una ridícula cantidad de comida."

Solo gruñó, halando suavemente una hebra de mi cabello.

"Soy tres veces más grande que la mayoría de la gente. ¿Por qué no habría de comer de acuerdo con eso?"

"Hmm, es cierto. No querrías que ese cuerpo perfecto se volviera flaco."

"¿Te estás burlando de mí?" preguntó, una sonrisa en su voz.

No lo hacía, pero su sonrisa me hizo sonreír, y de repente quise tomarle el pelo. Siempre fue la mejor persona con la cual bromear. Mari, Tutu, mi hermano Camden y yo hicimos un juego de eso, y siempre quería ser la primera en hacer que su perversa cara se agrietara en una sonrisa. Y normalmente lo hacía.

"Por supuesto que no. Cualquier cosa menos de cuatro mil calorías diarias y perderías tu posición en la Patrulla de Musculosos. Cuán vergonzoso sería eso para ti."

Me hizo cosquillas hasta que me reí sin poder hacer nada. Vi cabezas girándose para observarnos por la comisura de mi ojo mientras hacíamos un espectáculo de nosotros mismos. No podía convocar la voluntad de preocuparme si hacíamos una escena. Esto se sentía como en los viejos tiempos, tiempos felices, y me encontraba determinada a saborearlo.

"¿Te animas a un paseo por la playa?" me preguntó de pronto, su tono serio. "Surfearemos otro día, cuando te sientas mejor. Solo quiero observar el océano contigo."

Suspiré, sabiendo que debería quedarme en el hotel y trabajar. Y debería ser cautelosa con la playa, considerando la noche que tuve, pero simplemente no podía rechazar la oportunidad de pasar tiempo con él. Nunca tuve esa habilidad. Y no había nada en el mundo que preferiría hacer, que mirar el océano con Zayn.

"Me encantaría."

Le agradecimos al personal del restaurante y nos fuimos. Caminaba por mi cuenta a este punto, pero Zayn rápidamente tomó mi brazo de rehén mientras caminábamos a su auto.

Curiosamente, mi cabello se soltó mientras caminábamos y miré detrás de mi hombro, preguntándome cómo sucedió. Le envié a Zayn una mirada sospechosa. Me dio una sonrisa llena de dientes blancos, sosteniendo mi cinta para el cabello sin remordimientos. Le di un codazo en el estómago. Creo que lastimó mi codo más de lo que lastimó su estómago, pero todavía me lanzó sobre su hombro por el codazo, golpeándome sonoramente en el trasero.

Todavía seguíamos en el hotel para ese pequeño espectáculo y aun así no podía hacer que me importara, maldiciéndolo de forma subida de tono mientras le daba manotazos en la espalda. Lanzó su cabeza hacia atrás y se rió de todas las cosas con las que lo llamaba. Llevó mi diatriba a un final abrupto cuando resolví llamar a su madre con sucios nombres.

"Le voy a decir a Tutu," dijo en voz baja, una sonrisa todavía fuerte en su voz. Eso me calló, sin embargo. No era inteligente meterse con Tutu. Si empezabas una pelea con Tutu, perdías. Era un factor bien conocido por los locales.

GIGI ― zigiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora