Cross Ange: La Venganza de los Antiguos

Capítulo 11: Lazos

Cross Ange: 天使と竜の輪舞 (Rondó de Ángeles y Dragones)

La Venganza de los Antiguos

Por Shougo Amakusa

Capítulo 11

"Lazos"

Ange se quedó en blanco al escuchar la transmisión que su hermana había realizado. Pero esa reacción no era producto sólo de las palabras dichas por Sylvia, sino también porque verla más adulta, más madura y con un porte digno de una líder guerrera, contrastaba enormemente con la imagen que la Norma tenía de su hermana. Sobre todo, después del último encuentro que habían tenido ambas.

Obviamente, las palabras finales de Sylvia no pasaron desapercibidas para Ange, quien asoció el cambio que veía en su hermana a que ella había seguido su consejo. Sin embargo, la Norma no sabía qué hacer respecto a la comunicación recibida. Era obvio que su hermana deseaba hacer contacto no sólo con ella, sino también con los dragones, al punto de estar dispuesta a aceptar ser castigada por su trato hacia Lizardia. No obstante, la situación actual no era la mejor para ese tipo de acercamientos.

– Ange, ¿ella es tu hermana? – preguntó Hilda sacando a la rubia de su ensimismamiento.

– Sí... – respondió Ange en voz baja.

– Ciertamente ha cambiado mucho – dijo Tusk.

– ¿Vas a responderle? – preguntó Hilda con un dejo de nostalgia.

Aunque la pelirroja sabía de los pormenores de la traición de Sylvia, verla tratando de contactar a su hermana después de tantos años le hacía recordar a su propia familia. Era verdad que su madre le había dado la espalda cuando intentó verla, y la propia Hilda pensaba que ya había cerrado ese capítulo en su vida; sin embargo, al ver lo que acababa de ocurrir, algo dentro de ella le hizo desear que su madre hiciera lo mismo.

Desde la pelea final contra Embryo, la pelirroja nunca había pensado en el destino de su familia tras aquella batalla. Sin embargo, ahora no podía parar de preguntarse "¿Estarán vivos?", "¿Aún la verán como un monstruo?". Por eso, quería saber qué decidía Ange sobre el mensaje de Sylvia, la pelirroja deseaba ver cómo su pareja manejaba la situación.

– Esa no es una decisión que pueda tomar yo sola – respondió Ange, su rostro mostrando resolución – Ella está contactando a los dragones y haciendo un ofrecimiento, por lo que debemos tomar una decisión en conjunto. Además, sinceramente, este no es el mejor momento para relaciones diplomáticas – finalizó la mujer como si hablara de una delegación extranjera cualquiera.

– Pero Ange, se trata de... – empezó a decir Tusk.

– Tengo que ir a buscar a los demás para reunirnos, es necesario tomar una decisión a la brevedad posible – cortó Ange para salir de la sala y evitar seguir hablando del tema.

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Adrian y Misty quedaron estupefactos ante las palabras de Sylvia. Casi todo el mensaje era correcto y neutral; sin embargo, la parte donde ella aceptaba cualquier castigo les heló la sangre. Los dos sabían el trato cruel que la hermana de Ange le había dispensado a la dragona y no se querían ni imaginar lo que los dragones le harían a la rubia si aceptaban su propuesta.

Después de todo, Misty siempre había visto a esa raza como seres malvados que representaban un peligro mortal para la humanidad; y Adrian, aunque no tenía demasiado conocimiento de ellos, veía lógico que los dragones deseasen venganza por las torturas realizadas a una de los suyos.