Capítulo 3: Sobreviviente

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Cross Ange: 天使と竜の輪舞 (Rondó de Ángeles y Dragones)

La Venganza de los Antiguos

Por Shougo Amakusa

Capítulo 3

Sobreviviente

Pasaron unos segundos sin que hubiera ningún tipo de respuesta por parte de la nave no identificada y la tensión empezó a crecer. Naga y Kaname estaban haciendo un verdadero esfuerzo titánico para seguir la orden de la princesa y no abrir fuego; mientras que Salamandinay observaba impertérrita la escena que estaba ante ella. De pronto, la cabina del Ragna-mail empezó a abrirse y una figura emergió de ella.

– ¡No puede ser! – dijo Kaname totalmente sorprendida por lo que veían sus ojos.

– ¡¿Es un hombre?! – añadió Naga sin saber cómo reaccionar.

Salamandinay suspiró para sus adentros porque por más que pasaran los años, sus lugartenientes todavía eran incapaces de ocultar sus emociones cuando la situación lo requería.

– ¡No disparen por favor! ¡No disparen! – exclamó Dominic con las manos en alto tras ponerse de pie con el fin de que los pilotos de las tres naves frente a él le vieran.

– ¿Quién eres y de dónde vienes? – preguntó Salamandinay sin inmutarse tras salir de la cabina.

– Me llamo Dominic y vengo de la Tierra – respondió el joven confirmando las sospechas de las dragonas – ¿Pueden decirme dónde estoy? No tengo idea de qué está pasando. No sé cómo llegué aquí.

– Tendrás que acompañarnos, ¿tienes algún problema con eso? – preguntó Salamandinay haciendo caso omiso de las interrogantes del otro.

– No, ninguno, ninguno – respondió Dominic visiblemente aturdido y contrariado – Pero no creo que mi nave pueda volar muy lejos; varios de sus sistemas sufrieron graves daños.

– Eso no será problema – contestó la princesa – Naga, Kaname sujeten el Ragna-mail y llévenlo al Templo.

– ¡Sí, Su Alteza! – respondieron las lugartenientes al mismo tiempo.

– Hablaremos al llegar – indicó Salamandinay dirigiéndose a Dominic.

– Está bien – respondió el joven con voz temblorosa mientras veía como los Ryuu-Shin-Ki agarraban su nave y comenzaban a transportarle hacia un destino desconocido.

Era cierto que en el exterior Dominic parecía asustado, pero internamente estaba haciendo cálculos. No sólo había sido detectado nada más llegar, sino que quienes le interceptaron no eran Norma. Aunque nunca había visto a un dragón en su forma humana, estaba claro que quien le había hablado pertenecía a esa raza. La cola y las alas eran signos inequívocos de ello.

Esto suponía un cambio total de planes. La idea inicial era hacer contacto con las Norma para infiltrarse y conocer cómo estaban organizadas y cuáles eran sus defensas; no obstante, ahora se encontraba en manos de otra raza y el muchacho no tenía idea de hacia dónde le iban a llevar.

Ahora bien, el núcleo de la misión se mantenía intacto. Conocer las defensas y organización de los dragones también era parte del plan original; sólo que no estaba de primero en la lista. Por suerte, si algo tenían los Antiguos era flexibilidad en sus planificaciones por lo que Dominic simplemente ajustó los parámetros para amoldarse a las circunstancias.

Después de todo, los dragones eran aliados de las Norma, por lo que si se ganaba su confianza, era cuestión de tiempo de que pudiera hacer contacto con su objetivo primario. Tras hacer este análisis, el muchacho mantuvo su teatro para ver si podía ganarse el favor de quienes le habían encontrado. En ese tipo de situaciones, actuar como alguien indefenso es el mejor curso de acción.

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