Capítulo I

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Solía pensar que las cosas podían ser similares a las historias que nos cuentan o vemos de pequeños; esas grandes historias de amor, princesas y demás cursilerias. Me tomó tiempo darme cuenta que no eran en lo más mínimo parecidas y que debemos enfrentarnos a una realidad muy diferente y en esa realidad ningún principe encantador te salvara, deberas hacerlo sola.

-Thea, esta es la última oportunidad que te ofrezco. Así que decide rápido, tomala o dejala, pero sabes que las consecuencias estarán presentes en ambos casos- repetía mi madre por quinta vez. -Sabes que hemos tenido mucha paciencia todos y como no has dado ninguna respuesta ante todos nuestros esfuerzos, no dejas otra opción más que esta.

-Thea... di algo.-Mi hermano me miraba con preocupación y nerviosismo.- Sabes que mamá habla muy en serio con respecto a quitarte de la compañía.

Esta conversación estaba más gastada que los dientes de mi abuela, que en paz descanse... Simplemente me levante de la mesa del comedor y comencé a caminar hacia la puerta.

-¡No es posible que dejes que todo se venga al carajo por un idiota! Quien en este momento debe estar feliz de la vida con otra y riendose de lo estupida que eres- gritaba mi madre eufóricamente, mientras yo salía del comedor.- Que poco respeto y cariño te tienes a ti misma Thea; me das verguenza. Una vez más me has decepcionado.

-Madre...- trataba de intervenir mi hermano sin éxito.

Cerré la puerta detrás de mi con un suspiro y con los gritos de mi madre resonando al otro lado de esta. Comencé a caminar a mi habitación, una vez más sumergida en mis propios pensamientos.

Irme del país durante un tiempo y así "entrar en razón" o perder mi parte de la compañía y buscar un nuevo prospecto de vida... Mi madre lo ponía tan hermoso y alentador a la vez, más siendo yo su hija menor. Lo que no podía era refutar una cosa; era decepcionante. Al punto en el que toda esta situación me había dejado con un pie fuera del país.

Al llegar a mi habitación, me hice tirada a la cama y me coloque debajo de las sábanas; era como mi refugio más seguro hasta el momento. Me quede con los ojos cerrados por lo que fueron unos 10 minutos o tal vez más; mi mente se encontraba en un sin fin de discusiones y monólogos internos, que no me causaban más que insomnio y dolor de cabeza. Sentí como un lado de la cama se hundía y seguidamente alguien aplicaba todo el peso de su cuerpo, al bulto escondido debajo de las sabanas, yo.

-¡Quitate de encima Raven! ¿no ves que pesas mucho? Me vas a asfixiar idiota.

-Digamos que entre los dos, creo que el que más pesa aquí eres tu enana- mencionaba en medio de risas, para luego quitarme la sabana de la cabeza y desacomodarme el cabello.

-¿Ya se fue?-Raven solo se limito a asentir.-He de imaginarme que escuchaste lo genial que estuvo nuestra reunión.

-Dann llevo a tu madre al aeropuerto, estaba un poco... alterada y no dejaba de decir que terminarías peor que Gustaaf.-Al notar que lo mire con cara de indignación, Raven se apresuro a subir ambas manos en señal de defensa.-Sabes que tu madre se toma muy en serio lo del tema de la herencia. Tus hermanos no le hicieron caso en su momento y sabes como terminó... Dann estaría igual, si no fuera por Sanne y ambos somos conscientes de ello.

-Lo sé, lo sé... Eres más molesto que mi hermano. A todo esto, dime algo Raven.-Comencé a jugar con la tela de la sabana para evitar mirarlo a los ojos.-¿Qué opinas sobre que me vaya? ¿Crees que deba hacerlo?

-La verdad es que sabes como me siento con respecto a toda esta situación y creo que ya ha pasado demasiado tiempo y debes hacer algo al respecto si deseas avanzar; sabes que tengo razón. A como sabes que aunque te duela escucharlo, él está feliz sin ti Thea y lo que menos hace es pensar en ti o extrañarte, lo hace con alguien más.

-¿Auch?

-¿Tengo o no razón?- preguntó Raven con una mirada fría y seria, a lo que yo me limite a asentir.-Lo sabes Thea, sé que eres consiente de todo esto que esta pasando, porque no eres tonta ni mucho menos. Por eso mismo sabes que eres una terca y que te estás derrumbando, no te queda más que una opción. Dejalo ir Thea... Deja esos recuerdos y ese dolor de lado, porque nada de eso resolverá la situación. Alexander ya tiene su vida creada y no estás invitada a formar parte de ella; pero aunque te cueste creerlo, tu tienes tu propia vida también.

-Lo sé...

Supongo que el momento del día que sin duda alguna odio más, es en la noche. Es com si mi mente me jugara malas pasadas al recordar una y otra vez todo lo que había sucedido, frases, discusiones, llanto, todo. En ocasiones era curioso como buscábamos desesperadamente algo para no pensar: alcohol, fiestas, sexo, salir todo el día con amigos... Pero por más que lo intentaramos, siempre hay un momento del día en el que los recuerdos y todo lo que nos hace ahogarnos, aparece y recordamos todo ese dolor. Con el paso del tiempo me he dado cuenta que es más difícil abrazar el dolor y aceptarlo, que cerrarse a que lo que pasaba no era cierto y que estaba "bien".

Miles de preguntas, cuestionamientos y situaciones creadas por mi imaginación andaban rondando de un lugar a otro de mi cabeza; hasta que me harte y salí de la cama. Ocupaba tomar algo caliente para calmarme, así que decidí ir a la cocina; en el camino hacia esta escuche fuerte ruido, igual que como si algo se hubiera quebrado. Corrí a ver que había pasado y me encontré con Sanne y un frasco de galletas quebrado; la observe desde la puerta con una cara de incredulidad, a lo que ella me respondió con una sonrisa avergonzada.

-¿No crees que es un poco tarde para un bocadillo nocturno?-dije entre risas, mientras me agachaba a ayudarla a recoger las galletas y los pedazos de vidrio.-Definitivamente la torpeza siempre será algo característico tuyo.

Terminamos de limpiar y me puse a preparar café. A diferencia de muchos, el café no me quitaba el sueño, me daba una sensación de confortación. Me senté en el desayunador con el café listo y un emparedado hecho por Sanne, ella se sentó a mi lado con el suyo.

-¿Qué te trae tan pensativa?

-Recuerdos, decisiones; a veces siento que me volveré loca de tanto pensar y pensar.-Tome un sorbo de mi café y solté un suspiro de tristeza.-No sé si es correcto irme, pero al parecer no tengo muchas opciones, porque tampoco el quedarme parece una buena opción.

-Siempre habrá una opción mejor que otra Thea. Piensa que ir con Louis serán unas... vacaciones, no lo veas como un castigo. Sabes que Dann y yo te amamos, al igual que Stefan y Sterre. Eres un ejemplo para tus sobrinos Thea, ten eso en mente a la hora de tomar una desición. No querras que tus dos sobrinos te vean así para siempre ¿o sí? Te conozco desde hace muchos años y sé lo que vales, creeme que es mucho más de lo que piensas, pero debes ser la que se de cuenta de eso sola. Ya no hay nada nuevo que ninguno de nosotros te pueda decir.

-¡Ey! Es sucio meter a tus hijos en medio del regaño, sabes que los amo... Simplemente no querría que tengan esa imagen de mi.

-Entonces no dejes que la tengan; ve con Louis y sana esa herida. Por más que lo pienses y desees, el pasado es solo eso, pasado. Él ya siguió con su vida cariño, debes hacer lo mismo y nadie de nosotros puede hacerlo por ti. Sabes que no solo te juegas el tema de la herencia... No he hablado con Dann al respecto, he respetado lo que me pediste, pero tu salud no se encuentra nada bien Thea... No malgastes este tiempo en algo de tan poco valor y sé egoísta por primera vez.

-No sabemos nada aún y no me daré por vencida, puede que igualmente no se trate de nada... Puede que solo sean exageraciones y todo este bien, así que... Te agradecería que no mencionaremos más el tema y que no le comentes nada de esto a mi hermano, porque sabemos que se pondría histerico, por favor.

-De acuerdo, me iré a dormir. Descansa Thea.- Levante la mano en señal de afirmación y me quedé observándola hasta que salió finalmente de la cocina.

"El siguió con su vida y debes hacer lo mismo." Eso lo había escuchado muchas veces y no dejaba de doler ni una sola vez.

-Estoy más que clara de eso... Él es más feliz ahora que no me tiene en su vida, no piensa en mí, sino en alguien más. Eso... lo sé hace mucho.-Tomé otro trago de mi café y posteriormente me quede observando fijamente la taza entre mis manos, di un gran suspiro y cerré mis ojos; esto no era fácil. 

Algo real y efímero (2018)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora