I n t r o d u c c i ó n
Bajo un nombre irrelevante, existen individuos, que bien podrás llamar hadas; ubicados, vivos, en algún lugar, que de la misma manera, no posee importancia alguna para los hechos que serán narrados posteriormente.
Hadas, sí, quizá son vistas frecuentemente en cuentos infantiles; aunque, dependiendo de tu percepción de estas, pueden diferir. Aquí se habla de diminutos seres esbeltos, con diferentes tallas entre sí, siendo unos más pequeños que otros. Hadas, seres innegablemente mitológicos.
A lo mejor, el aspecto que difiere al concepto de hada que se puede tener, es con respecto a su creación. No existe tal cosa como un "hada bebé", pues al ser todos individuos de género masculino, la reproducción sexual es imposibilitada, pues el coito, entonces, sólo es dado con fines de obtener placer. Tampoco su creación se debe a algún tipo de intervención de un ser benévolo y superior, o incluso de un humano. Nada de eso.
Y quizás la interrogante de su nacimiento no puede responderse con palabras sintetizadas; pues es un acto complejo. Entre la especie, hay quienes son poseedores de materiales mágicos, especiales para la elaboración de un nuevo individuo. Generalmente estos individuos son quienes más tiempo tienen de vida, pues los cientos de años que han tenido para vivir, les permiten conocer un millón de perfectos rostros, de los cuales pueden inspirarse para elaborar nuevos individuos. Aunque estos seres, a pesar de los siglos que residen en el mundo, no presentan signos de vejez, pues la apariencia que se les da al ser creados es permanente, puesto que no crecen o pierden su belleza marcándose con arrugas o teniendo cabellos canosos, siempre mantienen una excelente apariencia y su edad sólo se mide por su olor, el olor del conocimiento, el cual, es más potente según (como ha sido dicho antes) el conocimiento que puedan adquirir, un aroma floral, dependiendo del hada, variando su dulzor o acidez. Son ellos quienes tienen talleres dedicados a hacer nuevas hadas, cada una más hermosa que la anterior, similar al procedimiento con el cual un humano elaboraría un muñeco, aunque, ciertamente, con grandeza, más compuesto; con hermosas alas, que para cada quien son diferentes, aunque no con mucha evidencia, las cuales, cuando no se necesitan, se recogen para evitar complicaciones. Las vísceras puestas en su interior son mínimas, poco desarrolladas, pues, luego de su elaboración son inertes y no necesitan, de momento, un buen sistema interno. Entre estos órganos, se encuentra, finalizando un conducto interno abierto del esófago, una pequeña glándula. Dicha glándula posee características bastante similares a las que tendría una semilla, que al ser regada con sangre, dada, por supuesto por quienes decidan acoger al individuo, una pareja, que tome la decisión de tener una descendencia y seleccione un modelo para cumplir ese papel, luego de educarlo debidamente, como se quiera formar su personalidad y con los conocimientos previos que se decidan otorgar, para que la sangre de ambos entonces corra por las obscuras venas del alado individuo para hacer germinar al fin sus vísceras y permitirle entonces, que la vida sea posible.
Y aunque, en toda su vida su apariencia ni sus órganos vitales sufren cambios, ni existe tampoco una manera de padecer una enfermedad severa que lleve a la muerte; la vida del individuo generalmente finaliza por suicidio u homicidio. Es tan simple como quebrar el cuerpo, de tal manera que ejecutar alguna recuperación sea imposible, lo cual sería un caso extremo y doloroso. Para finalizar la muerte, el cerebro debe ser quebrantado, pues, es en realidad una masa sólida, dicha, que con una abertura puede provocar una excesiva hemorragia y sacar toda la sangre del cuerpo. Su sangre, posee una espesura nula, así que con facilidad fluye y es esparcida, la coloración del fluido es negra.
Los asesinatos son comunes, debido principalmente a la intolerancia de la gran mayoría de los conformantes de la comunidad.
Como los humanoides organizados que son, cada quien tiene su propia ocupación. A pesar de que en la sociedad, el dinero es realmente irrelevante y no es más que un pequeño método para facilitar intercambios, por lo que la indigencia no tiene lugar.
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Concupiscentia, et de cruciatu | Victuri
Fanfiction"Me dediqué a vivir y morir a su lado, porque mi sueño en vida fue verlo vivir y una vez él murió, mi deseo fue morir, porque él no tenía la culpa, porque él no era imperfecto, porque Victor fue mi anhelo, mi tortura. No hubo cosa de la que me arrep...