Room n.72

Capítulo trece: La verdad

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"JunMyeon, por favor..."

"¡No!"

A un ritmo rápido y silencioso, el abogado con cabello de color caoba atravesaba el largo pasillo del tercer piso, el que llevaba a la sala de audiencias.

"Pero..."

A su lado, tratando de mantener su ritmo y gesticulando animadamente, su pareja de pelo castaño chocolate; balbuceaba prácticamente pegado a su oreja.

"JunMyeon, por favor... ¿No crees que es hora de dejar de lado el orgullo, ahora que...?"

"¿Orgullo?"

JunMyeon se detuvo abruptamente.

Pocas cosas le hacían susceptible como hablar con sus padres, y el joven acababa de darse cuenta ahora.

"¡Esto no se trata de orgullo, JongIn!"

Lo leyó en sus ojos, de la forma en que rápidamente cerró los párpados. Su pecho se levantó y cayó rápidamente, su respiración parecía fatigada y apresurada, estaba definitivamente nervioso.

"No tengo que hacer nada por ellos. ¡Ellos! ¡Tienen que hacer algo por mí!"

Cómo quería levantarlo y sostenerlo, pensó JongIn sin cortar el contacto con esos ojos. Miraba sus mejillas brillantes y altas, su boca apretada. El olor dentro de la compañía, un olor inusual a lavanda, le hizo recordar de repente la primera vez que los dos se conocieron.

"Tienes razón, lo siento."

Y cuando pensó inmediatamente: "Este hombre será mío".

Pero no pudo, pensó otra vez. No podía abrazarlo allí mismo, así que puso las dos manos sobre sus propias caderas y agitó la cabeza, medio molesto por la terquedad de su pareja y medio enfadado con los que deberían ser sus "suegros".

"En serio, lo siento, pero apuesto a que no olvidaste lo que alguien me hizo, hace un par de semanas".

Intentaba convencerlo de que se pusiera en contacto con sus padres y les advirtiera del peligro del caso que seguían, pero el mayor no quería hacerlo.

"Por supuesto que no".

"¿Qué harías si les pasara lo mismo a tus padres? ¿Ni siquiera estás un poco preocupado por su bienestar?"

JunMyeon bajó la cabeza.

Obviamente estaba preocupado.

"Ellos no..."

Pero dudó.

"No se preocupan por mí, JongIn".

Inclinó la cabeza y bajó la voz.

"Podría morir hoy y... Ellos ni siquiera se darían cuenta".

"No".

Pero JongIn levantó un dedo.

"Cállate, ni siquiera digas eso como un ejemplo".

Ciertamente no podía silenciarlo con un beso, pero con ese gesto consiguió el mismo éxito.

"¿Qué? ¿Qué quieres decir?"

"¡Lo que acabas de decir! ¡Hablando de la posibilidad de que mueras!"

"Pero... Es la verdad, ellos no..."

"¡No me importa!"

Silencio, otra vez.