Chica de mirada triste.

57 2 2
                                    

-¡Isabel!-Pronunció mi hermano con voz apenas audible-Despierta, es hora.

-¿Hora de qué?- Pregunté aún adormilada sin voltearlo a ver.

-Hoy velan a papá, ¿Recuerdas?

-Sí, lo recuerdo, dame diez minutos y estoy lista.

-Vale, te espero abajo.

Esperé a que mi hermano Acheron saliera de mi habitación para poder secar mis lágrimas de la noche anterior, salté de la cama mientras acariciaba lentamente mis brazos y me dirigía al baño.

Verme al espejo, era mi parte favorita del día y no por vanidad, más bien porque podría verme lentamente e interpretar lo que mi imagen decía, sin embargo este día no logró ver algo agradable, sólo a una Isabel distinta, vacía...

Me di un baño rápido para despejarme un poco, me sequé con velocidad, tomé un vestido negro un poco corto, unas medias del mismo color, una chamarra de cuero y una bufanda también negra, que a pesar de hacer calor afuera, yo sentía frío, me puse mis botas favoritas.

Comencé a cepillar mi largo y lacio cabello que normalmente era castaño oscuro con algunos mechones pelirrojos, pero hoy su aspecto era de un negro intenso, seguía mirando al espejo sin encontrar nada, mi aspecto físico era fatal, tomé un poco de maquillaje para ocultar la hinchazón de mis ojos, coloqué sombra negra como de costumbre sobre mis párpados.

Tomé una pequeña mochila que usaba como bolsa donde transportaba lo indispensable para salir.

Bajé rápidamente las escaleras donde mi hermano me esperaba con un elegante traje negro.

-¿Nos vamos?-Le pregunté con delicadeza.

-Claro-dijo un poco distraído mientras abría la puerta de la casa cediéndome el paso.

Subimos al auto de una tía donde a bordo había muchas personas que no conocíamos, sin embargo nos daban el pésame y nos abrazan, yo me límite a dar gracias y a tomar asiento con mi hermano en la parte trasera.

A lo largo del camino tenía la mente llena de muchos pensamientos muy profundos y vanos, cuando de repente todos comenzaron a bajar era la señal de que habíamos llegado, bajé con cuidado y me dirigí a comprar un poco de flores en un pequeño puesto que había.

-Una docena de rosas blancas y una rosa roja en el centro por favor.

-De acuerdo señorita- dijo la pequeña comerciante con tono de lástima-Pero, ¿Por qué la rosa roja del centro? Eso no es normal ni común.

-¿Mande?-Dije distraída-Ah, las blancas significan la paz que le deseo y la roja del centro el amor que le tengo, reluciendo más que la docena, además lo común no es mi costumbre y lo normal es relativo.

Sabía que había personas atrás de mi esperando su turno para comprar, sin embargo no les tomé atención.

-Usted es diferente y se nota a distancia, tenga cuidado, la gente así no siempre... Sólo tenga cuidado.-Dijo la mujer.

-De acuerdo..., ¿¿Gracias??-Expresé con un tono altamente confundido.

No hubo respuesta alguna ya que siguió atendiendo, di media vuelta para buscar a Acheron, pero no lo encontré.

Aquellas flores a simple vista tenían un aspecto muy agradable, pero al observarlas detenidamente me di cuenta de lo tristes que parecían, no les di importancia. Alcé la mirada para ver a donde me dirigía y vi un chico que atrajo mi atención, era un tanto alto, con cabello al parecer negro, un piel muy pálida, portaba un traje negro junto con una gabardina que a mi parecer le quedaba muy bien, pero en su mano llevaba un ramo de rosas como el mío pero a la inversa. Doce rosas rojas y una blanca al centro.

Desvié mi mirada del ramo y vi sus ojos, que observan los míos, los cuales no pude dejar de mirar...

El se acercaba y mis ojos seguían posados en aquel tono ámbar tan intenso.

-¿Se te perdió algo?- Con tono un tanto sarcástico, su tono de voz era fuerte, absorbente y segura.

-No- Contesté ligeramente molesta- Sólo que tus ojos tienen algo que llamó mi atención, no importa, adiós.

Giré mi cuerpo para irme, cuando su mano atrapó mi brazo con un poco de fuerza pero a la vez delicadamente.

-Yo no pedí que te fueras, quiero preguntarte algo.

-¿Qué?-Respondí tratando de sonar indiferente, pero mi mente sabía que no era así.

-De hecho son dos cosas, ¿Qué significa tu ramo? Y ¿Cuál es tu nombre?.

-¿Para qué quieres saber eso?.

-Nunca respondas a una pregunta con otra pregunta-Dijo con una muy ligera sonrisa.

-Okey...-Ahí voy de nuevo con mi teoría de las flores, pensé-Las blancas significan la paz que le deseo y la roja del centro el amor que le tengo, reluciendo más que la docena... Me llamo Isabel. ¿Me puedo ir?.

Su ligera sonrisa seguía en su rostro, pero se agrandó con mi respuesta.

-Isabel... Es un bello nombre y no, no te puedes ir, por cierto ya conocía el significado, estaba a unos lugares de ti en la fila de las flores mientras buscaba a un familiar, me gusta como piensas, ¿Qué decías de lo normal?-Expresó mirándome fijamente.

No me molestaba estar con el a pesar de aquel comienzo desagradable y la situación en la que me encontraba, así que decidí dedicarle un poco más de tiempo, para la misa de mamá faltaban más de dos horas.

-Ahhh, lo común no es mi costumbre y lo normal es relativo.

-¿Común? Se nota que tu no eres común y ¿relativo? ¿por qué?-Dijo interesado.

-Porque habrá cosas que a mi me parecerán normales que a la demás gente no y viceversa. -Comenté con seguridad-Ahora, ¿Cuál es tu nombre? Y ¿Qué significa tu ramo?

-Soy Dante, las rosas rojas significan la protección que te da el amor para que puedas conseguir la paz de tu interior.-Dijo mientras las señalaba color por color.-Tengo que admitir que yo también miraba tus ojos ya que llamaron mi atención, desde hoy te recordaré como la chica de la mirada triste.

El se levantó y su gabardina voló ligeramente con el viento.

-Fue un gusto Isabel, créeme te buscaré, me pareces interesante. No te daré el pésame ya que eso es costumbre y como contigo, eso no va conmigo, te daré algo mejor-De su bolsillo sacó una pequeña hoja que decía:

"La oscuridad no puede conducirte fuera de la oscuridad, sólo la luz puede hacer eso.

"El odio no puede conducirte fuera del odio, sólo el amor puede hacer eso"

En cuanto la terminé de leer, alcé la mirada, pero aquel extraño muchacho había desaparecido.

Damaged SoulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora