Corre

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Mariand ya esperaba a Isa afuera, no era mentira que estaba desesperada, pero al ver a su amiga de nuevo, se calmó.

-¿Por qué tardaste tanto?-dijo la amiga

-Estem... No encontraba el dinero. Pero aquí estoy.

Le sonrió para que no sospechara.

-De acuerdo, ahora ¡vamos vamos vamos! No puedo esperar. ¿Rachel sí va a venir o le escogeremos su vestido?

-Después de mucho rogar dijo que nos veríamos allá.

-¡Uyyyyyyy que padre! Perdón me emociono.

-No importa Mariand, vámonos ya que se va a hacer tarde.

El par de chicas caminaron hacia el centro comercial y se encontraron con Rachel que las esperaba mientras comía una crepa.

Revisaron tienda tras tienda, hasta que encontraron los vestidos perfectos para cada una.

Rachel escogió un vestido negro con telas semi-rasgadas con pedrería en la parte del corsé, en cambio Mariand escogió algo más a su estilo, un vestido de corte corazón color salmón juntó con accesorios que hacían juego a la perfección y por último Isa, que opto por un vestido negro corto con un poco de crinolina y un ligero brillo en el pecho.

Las tres amigas se veían hermosas, de verdad lucirían muy bien en el baile.

Ya cuando acabaron de comprar todo, (accesorios, zapatos, perfume, etc) regresaban a sus casas pero acordaron quedarse en casa de Isa para poderse arreglar para el baile que era justo la siguiente noche.

-Chavas, me van a odiar, olvidé comprar mi palestina, ¿me esperan? Voy a la tienda que está a dos cuadras. Les traeré algo.

-Vamos contigo, no hay problema.-dijeron al unísono las amigas.

-No gracias, voy rápido, no tardo.

-¿Segura?

-Muy segura.

La chica salió de prisa a la tienda cuando sintió que alguien la seguía, no quiso dar importancia pero la sensación era mucha, al dar vuelta para llegar a la tienda alguien la jaló del brazo con fuerza.

-¿Pero qué...?-gritó la muchacha.

-Shhhhh... Tranquila-era Marcus que le tapó la boca por un momento-perdona sí te asuste.

-¡Por tu culpa casi me da diabetes! ¿Qué te pasa?

-Sólo quería saber sí ya tienes con quién ir al baile de invierno...

-Sí, ya tengo... Perdón.

-Ohh, vaya pensé que no tenías, no hay problema, pero como se llama dijo sí se puede saber.

El estaba a muy poca distancia de ella, y la fuerza del chico era impresionante que la estaba empezando a lastimar. Isa tuvo miedo de lo que pudiera pasar después, a pesar de no conocer al chico no quería experimentarlo.

-Dante, oye Marcus tengo prisa, ¡adiós!

-¿Pero por qué siempre el?-grito mientras la empujaba.

Isa corrió tan rápido que no logró escuchar bien que dijo el muchacho, lo único audible fueron los golpes que dio contra la pared y unas cuantas groserías.

El brazo de la chica estaba rojo de la parte donde la había agarrado y aún estaba asustada.

Por el otro lado, Marcus de verdad estaba molesto, su única misión era llevar a la chica al baile, no Dante, el no sabía que haría ahora, sólo le quedaría jugar sucio.

. . .

Isa compró la palestina, botanas y dulces para sus amigas, las manos le temblaban y ella no sabía el porque, al salir de la tienda se vio en todas direcciones para no tener más sustos, lo único que quedo fue correr hasta llegar a casa.

La actitud que tuvo Marcus hacia ella fue terrible, lo recordaba como un muchacho alegre y tímido, nunca pensó que fuera capaz de algo así, además ¿Conocía a Dante? ¿Por qué se había enojado tanto al oír ese nombre?

-Todos están locos-pensó al cerrar la puerta de un portazo.

Damaged SoulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora