Damaged Soul

¿Y ahora?

Isabel y Marcus caminaban hacia la cafetería y ella en verdad no le prestaba la atención necesaria y el hablaba y hablaba sobre música, series de TV y otras cosas.

-¿Y a ti te gustan?-le dijo el muchacho mientras la miraba con un brillo especial en sus ojos.

-¿Eh?

-¿En qué piensas Isa?

Ella lo volteó a ver y solo asintió por compromiso.

Llegaron muy pronto al café y se sentaron en una mesa cerca de la terraza, el libro de Isabel se asomaba de su bolsa.

-Y te gusta leer por lo que veo-comentó Marcus.

-Demasiado, es mi pasatiempo favorito, ¿A ti te gusta leer?

-Claro, me encanta, ¿Cuál es tu libro preferido?

-Siempre será "Oscuros" de Lauren Kate ese libro es especial para mi...

Aquel libro era especial para Isa no solo por la historia que narraba y la perfección de sus palabras, lo era porque lo había descubierto gracias a su mejor amigo André...

-¿Por qué especial?

-Me lo recomendó alguien a quién apreciaba mucho.

-¿Tu ex?-dijo el chico mientras se acomodaba en su asiento.

-No, nada de eso, mi mejor amigo, André, prefiero no hablar de eso. ¿Vale?

-Esta bien.

Un silencio incómodo se apoderó de momento.

-Ammmm...¿tu libro preferido es?- dijo Isa rompiendo el silencio.

-Hermosas criaturas de Kami Gracía y Margaret Stohl, ¿Lo conoces?

-Lo leí hace tiempo, es muy bueno.

-Digmos que me encantan las historias donde la pareja está maldita desde tiempo atrás, no sé, me fascina. Como Oscuros, Daniel y Lucinda son perfectos, amándose vida tras vida o Lena y Ethan con su maldición...Pero bueno. ¿Tu crees en los amores maliditos y/o en vidas pasadas?.

Isabel lo miraba perpleja, nunca había conocido a un muchacho que se expresara de un libro con tanta emoción desde que André había muerto.

-No puedo decir que no existen las vidas pasadas porque no tengo pruebas y los amores malditos tengo la pequeña sospecha de que si, los he estudiado por un tiempo pero he preferido dejarlos de lado.

-¿Por qué? ¿Qué ocurrió para que lo dejaras?

-Lo consideré peligroso, mira por lo que aún recuerdo, los amores que son malditos siempre son consecuencias de alguien que es sobrenatural, tu entiendes... Hechiceros. Y no me quería profundizar más, no quería encontrar algo desagradable.

-Entiendo-el la miraba con mucha atención.

-Eso fue lo que pasó, pero ya quedó atrás.

-Esta bien lo que hiciste, como dicen, "el que busca, encuentra"...

Así pasaron las horas y los jóvenes platicaban de muchas cosas que no se percataban de lo que ocurría a su alrededor.

-Jajajaja, ¡claro! ese prorama era genial...-Isabel miró su celular y se percató de que era tarde-¡Dios!, es tarde, tengo que ir a clase.

-Ok... ¿Te llevo a casa?-dijo el muchacho mientras se levantaba y pagaba la cuenta.

-No, yo voy sola no te preocupes.

-Por favor, no quiero que los chicos malos te molesten.

-De acuerdo... Pero hay que darnos prisa.

Marcus e Isabel corrieron por las calles mientras reían de lo que habían platicado.

-Bueno, es hora de decir adiós, ¿Nos vemos después?-dijo ella.

El joven no la estaba mirando, el veía a otro chico que estaba parado al otro lado de la calle mientras los miraba fijamente.

Marcus volteó para ver a Isa... no dijó nada, solo la tomó de la cintura y la besó, con una intensidad con la que nadie lo había hecho, ella estaba muy exaltada, por un lado quería empujar y posteriormente golpear al chico, pero por otro le gustaba lo que el hacía, era misteriosamente perfecta su forma de besarla, con delicadez y a la vez desenfrenada. Ella bien sabía que no había sentimientos en ese beso, era alguien a quien acaba de conocer, pero ¿Cómo era posible qué la hiciera sentir bien eso?

Isabel terminó por alejarse del muchacho, obviamente no le dejaría que siguiera, no estaba bien.

-¡¿Qué diablos te ocurre?!- dijo la chica mientras se limpiaba la boca.

-Lo siento, no me pude contener, de verdad perdón.

-Que perdón ni que nada, adiós.

-Isabel,de verdad no era mi intención.

-Ya vete Marcus.

-Neta, deberías creer en vidas pasadas y amor maldito. Adiós- el se alejó corriendo.

-Este tipo esta loco-pensó Isa.

El chico de la otra calle la miraba. y luego se iba al igual que Marcus.

-¿Y ahora?, todos están locos.