Sueño de realidad.

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Isabel parpadeó un poco y miró a su alrededor, estaba en la misma calle y con el teléfono en mano con la pantalla apagada.

-¿Qué pasó?-se dijo Isabel a sí misma.

Ella miró a su alrededor buscando algo "anormal" pero no encontró nada. Pero al regresar la mirada al frente vio a alguien muy alto que la sobresaltó.

-Ahhhhh-gritó ella

-Disculpa, no era mi intención asustarte.-comentó el alto muchacho.

-En fin, no importa, pareciera que a la gente le gusta asustarme y hacerme bromas constantemente, espera, ¿Te conozco?.

-Jaja, no lo creo.

El muchacho esbozaba una coqueta sonrisa, lucía una camisa gris, unos jeans negros y unas botas del mismo color, su cabello era castaño, pero poseía unos grandes y seductores ojos ámbar que Isabel debería recordar.

-Perdona, pero ¿Seguro que no nos conocemos?.

-Completamente.

-Lo que pasa es... Tus ojos... No importa, soy Isabel.

-Hola hola Isabel.

-¿No me dirás tu nombre?

-Ahora no, oye tengo prisa, luego nos vemos, adiós.

El muchacho salió corriendo bastante rápido que Isabel no alcanzó a despedirse, sólo gritó:

-Adiós chico desconocido de ojos ámbar.

Al parecer el muchacho no logró escuchar la despedida de Isabel, pero de nuevo estaba equivocada, el la había escuchando a la perfección y al mismo tiempo que corría, sonreía.

. . .

Isa llegó a casa, lanzó su mochila al sillón, subió rápidamente a su cuarto y se tumbó en su cama.

Mirando el techo comenzó a recordar su día, e inevitablemente al chico, esos ojos ámbar no dejaban de revolotear en su mente. Ella pensaba que la mirada del muchacho era idéntica a la del tal Dante, pero de inmediato descartó la "tonta" idea de que fueran la misma persona, uno poseía cabello negro y el otro castaño además el hubiera dicho que era Dante con cabello teñido o algo así, sin embargo no lo hizo, claro no eran la misma persona.

Después de un tiempo, ella se quedó profundamente dormida y empezó a soñar.

En el sueño Isabel caminaba sobre la misma calle del día cuando recibía una llamada privada, volteaba y un automóvil casi la arrollaba, pero alguien la empujaba, la abrazaba con fuerza y le acariciaba su rostro mientras le preguntaba sí se encontraba bien y le decía que todo estaba bien. Pero algo la hizo que despertara, de nuevo los ojos ámbar.

Ámbar...

Cuando abrió los ojos le palpitaba con velocidad el corazón y su hermano Acheron entraba en la habitación de igual manera, exaltado.

-¿Qué pasa Isa?, gritaste.

-Nada, sólo un sueño raro, casi pesadilla.

-De acuerdo, perdona, me asustaste.

-Lo siento, pero ya ves, todo normal.

-Vale, oye ¿Qué le hiciste la nota del otro día?

-¿Nota?, ahh, la tiré a la basura.

-No me mientas.

-No te estoy mintiendo, mira revisemos la basura.

Ella se levantó muy segura, tomó el bote que tenía basura y empezó a buscar la nota, pero no estaba.

-Acheron te aseguro que yo la tiré, no tengo motivo para guardarla.

-Entonces, ¿Por qué estaba en tu mochila?

Su hermano sostenía la nota en su mano mientras se la mostraba a Isabel.

-¿Ehh?, espera, ¿Esculcaste en mis cosas? ¿Qué te pasa?.

-¡Sólo quiero que estés a salvo, eres lo único que me queda y no quiero perderte, ¿No lo entiendes?!le gritó a su hermana.

Ella sólo lo veía mientras el hablaba, incapaz de decir algo, sólo mantuvo la mirada.

-Mira Isabel, perdona...

-No importa Acheron, te lo agradezco mucho, pero también hay formas de proteger lo que quieres, por favor déjame sola.-le interrumpió su hermana.

-No era mi intención gritarte...

-Hay muchas cosas que hacemos sin intención pero no nos damos cuenta de que lastimamos a otros, ahora por favor sal de mi cuarto.

-Isa, yo...

-Adiós Acheron y disculpa las molestias- dijo la muchacha mientras cerraba la puerta de su habitación.

Acheron de verdad no tenía la intención de lastimarla, pero no encontró las palabras ni el tono correcto de decirle que cuán importante es que ella esté a salvo.

En verdad, su misión de el es protegerla de ella misma...

Damaged SoulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora