Ofreit se acurrucaba un poco contra las sabanas tapándose lo más que podía con ellas, algunas heridas en las muñecas todavía ardían al igual que los costados de su torso y en su cadera, aunque se estaban curando no lo hacían tan rápido. No estaba muy acostumbrado al dolor físico.
Fueron unos segundos de silencio y paz antes de que sintiera que alguien tironeo de las sabanas, ya acostumbrado a ello las soltó dejando que se retiraran.
Cerró los ojos con fuerza apretando sus labios al sentir como algo húmedo tocaba sus heridas, aunque no lo hacía de manera brusca, las hacía arder.
-A veces eres tan débil- la voz burlona del demonio a la cual ya se había acostumbrado luego de dos semanas, ya no causaba ese efecto de furia pero si de molestia.
-Si no jugaras tan fuerte...- gruñó bajito sin moverse, sabía que lo que sea que estuviera pasando sobre sus heridas lo ayudarían con el dolor y a que se curé más rápido sin infecciones.
-No juego “Tan fuerte” y eso te consta- dijo casi en mofa besando el cuello del ex ángel que seguía acostado de espaldas a el. El pelinegro sintió una corriente de dolor ya que su cuello estaba muy lastimado con mordidas y diversos chupones de por si.
Por supuesto que Dry ya no jugaba “tan fuerte”, los primeros dos días le había demostrado lo fuerte que podía jugar, había quedado realmente mal. Según sus cuentas fueron dos días inconsciente después de eso, no le sorprendería saber que los juguetes de Dry se murieran en menos de una semana luego de haber llegado a sus manos.
Pero luego habían llegado a un acuerdo, o a un semi acuerdo.
Nunca alguien de un alto rango como el que tenía Ofreit en el cielo había sido desterrado al infierno.
El podía ofrecer más información de allí arriba. Según que tan importante fuera la información que soltaba por día el juego era “menos fuerte” o “más fuerte”.
El pelinegro se preguntaba que haría cuando la información se acabara, conocía miles de cosas del cielo pero... alguna vez ya habría dicho todo lo que sabía.
Sentir el tacto en su cuello con la tela húmeda lo hizo temblar un poco y salir de sus pensamientos.
-Eso duele- susurró por lo bajo, Dry dejo escapar esa risa profunda antes de inclinarse y lamer la pequeña herida que el más pálido tenía en la mejilla -¿Acaso no podrías jugar de otra manera que no fuera... violar?- murmuró por lo bajo abriendo los ojos y mirando un punto inexistente en la pared.
Estaban como en una habitación, las paredes eran completamente negras y un fuego de color rojo vivo en unas antorchas a los costados iluminaban el lugar. Había dos grandes armarios y una cama bastante amplia donde ahora mismo estaban recostados los dos.
Dry volvió a reír divertido por la pregunta.
-¿Violar? ¿Y eso cuando lo he hecho? Violar es penetrar a alguien sin su consentimiento...- deja de pasar la suave tela por las heridas del cuello y apoya uno de sus fuertes brazo sobre la cintura del otro, abrazándolo un poco apretándolo contra él -Y según lo que yo recuerdo...- susurró en su oído casi como que si estuviera diciendo un secreto -Cuando llegamos aquí te pregunté si preferías morir o vivir... y tu preferiste vivir sabiendo el significado de ello...- murmuró haciendo que la espalda del ex ángel chocara contra su pecho, pegándolo más a él.
Si, había preferido vivir.
Aunque en un principio había pensado “primero muerto” luego se había dado cuenta que nunca había tomado el significado de la muerte para él. Él no tenía alma, así que después de morir... desaparecería, ya no existiría.
Y le había dado tanto pánico en ese momento.
Si, había sido un momento de debilidad pero había aceptado.
Trató de alejarse del tacto del demonio murmurando algo por lo bajo pero Dry no se lo permitió.
-Los “campos” que protegen el cielo también pueden ser cruzados por dos híbridos...- murmuró, luego de pocos segundos sintió como el agarre en su cintura cedía y el otro se alejaba.
-Realmente quieres una hora más de descanso ¿No?- se burló acariciando la mejilla lastimada, Dry se había arrodillado en la cama para llegar mejor, sin ninguna delicadeza lo agarró del hombro y lo hizo quedar boca arriba, el pelinegro cerró los ojos pero apretó los labios para no hacer ningún sonido de dolor por el agarre -Ángel listo- susurró el demonio acariciando con dos dedos los labios claros de su acompañante, antes de volver a inclinarse hacia él besándolo con rudeza haciendo que se incorporara un poco.
Ofreit cerró los ojos y correspondió el beso, sabía que esto podía terminarse más rápido si no imponía tanta resistencia ante los caprichos del otro, tembló por el dolor cuando sintió al otro agarrarlo de la cadera obligándolo a sentarse a horcajadas sobre él.
Ninguno tenía nada de ropa, pero los rasguños que aún tenía en sus muslos ardían así que estar sentado de esa forma no lo favorecía en lo más mínimo.
Dry rompió el beso con la misma brusquedad con la que lo había comenzado y luego se dejo caer hacia atrás quedando con la espalda contra el colchón y el ex ángel encima de su pecho, desenredando las piernas de ambos para que no fuera tan incomodo.
-Duerme- casi ordeno el más alto mientras mantenía una mano en la espalda baja del más claro quien tenía su cabeza apoyada casi en la clavícula del demonio, con ambos pechos pegados.
El pelinegro resopló un poco pero al sentir como el otro bajaba la mano que tenía en su espalda hacia su trasero apoyándola ahí supo que era una advertencia de lo que pasaría si no obedecía, así que se obligo a cerrar los ojos para tratar de dormir, tratando de ignorar el ardor que sentía en todo su cuerpo por las heridas y las leves caricias del otro en su espalda baja.
Más el cansancio no tardó en llegar y aunque aún las heridas dolían no pudo evitar quedarse dormido.
Dry observaba al ex ángel dormir en silencio, el tenía un rango más o menos alto en el infierno pero quería seguir subiendo de puesto.
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Tóxico
DiversosSe había sentido orgulloso cuando sus riquezas en el mundo de los humanos aumentó. Se había sentido invencible cuando empezó a cortar los hilos de la vida de muchas personas y nadie parecía darse cuenta de ello. Había sido un arcángel respetado y po...