-12 de agosto de 2017-
"Sé que no quieres hablarme. Es sólo que... lo siento, no pensé que... De verdad te amo, Hyung"
Yoongi se despierta ahogando un grito y empapado en sudor. Se quita las sabanas de encima con frustración y abre las ventanas para que el aire de la noche le quite el sofoco que tiene.
Le toma unos minutos regular el ritmo de sus respiraciones y detener el temblor de sus manos. No sabe cuánto tiempo más lo va a soportar. Han pasado meses y aún sigue soñando con él, con sus ojos, escuchando su risa, sintiendo el roce sus labios, e incluso hay noches en las que juraría que escucha un bebé llorar en la otra habitación. Va a terminar volviéndose loco.
Va hasta el baño y se toma una de las pastillas que le recetaron para dormir, tiene que admitir que se altera menos cuando las usa. Sin embargo, esa noche no parece servir de mucho.
Cuando tiene veinte minutos dando vueltas en la cama sin ningún resultado, se rinde y decide bajar a la sala para comer algo y ver televisión.
Tres horas después está dormido en el sofá con la televisión encendida en el canal de noticias y un sándwich a medio terminar sobre la mesa del centro.
-17 de agosto de 2017-
Yoongi arruga la cara cuando el sol le pega justo en los ojos, se pone las gafas y sube a su coche tratando de convencerse de que va a pasar un buen momento allá, o quizás no, pero Sihyuk se ha portado muy bien con él y lo mínimo que puede hacer es aceptar su invitación.
En el parque, cuando ve al montón de niños corriendo de un lado a otro comienza a pensar que aquella fue la peor idea del mundo, porque se arriesga a tener recuerdos que no desea y a pensar de más.
Un par de ellos lo tropiezan, reconoce a la hija de Sihyuk y llama su atención mostrándole el regalo que tiene en las manos. La pequeña da palmitas y saltitos, corre hasta él y lo abraza alrededor de las piernas antes de coger su regalo e ir a abrirlo con sus amigos.
-¿La mal educada esa te dió las gracias, por lo menos? -pregunta Sihyuk dándole un abrazo a modo de saludo.
- Su sonrisa es un "gracias" suficiente - le asegura Yoongi.
- Me alegra que estés aquí, muchacho. Significa mucho para mí. -Yoongi sonríe un poco sonrojado por la muestra de cariño, no sabe muy bien que decir, así que se limita a palmearle la espalda y acompañarlo hasta donde están el resto de los adultos.
Hay unos cuantos compañeros de la oficina, otros deben ser padres de los niños que van a la escuela con Mina. Intenta integrarse, aunque nunca ha sido lo suyo, Jimin era quien podía hablar con todo el mundo con naturalidad y entrar en cualquier conversación sin problema, pero hace el esfuerzo porque no le queda otro remedio.
Sin embargo, cuarenta minutos después siente que necesita un respiro. Es muy duro reír sin ganas y fingir un interés que no tiene. Se disculpa con todos y camina hasta una esquina del parque donde hay sombra. Se sienta allí simplemente viendo como los chicos corretean de un lado a otro.
- Si las cosas hubiesen sido diferentes, ya estarías pensando en celebrar el primer año de tu hijo ¿no?
- ¡Mierda! - Yoongi da un pequeño bote al escuchar al hombre que habla a su lado. No sabe desde cuando está allí, ni como es que sabe algo tan personal como eso. - ¿Quién es usted? ¿Cómo...? - mira para todos lados pero todo el mundo está en su asunto, nadie se fija en él.
- ¿Cómo lo sé? - pregunta pausadamente. - la tristeza en tus ojos al mirarlos jugar te delata. - la forma en la que Yoongi lo mira le deja saber que no le cree. - De acuerdo - el hombre suspira y se pone aun más recto- Sé cosas. ¿Eso te vale como respuesta?
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Creating Destiny · Yoonmin
Fanfiction"Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde" eso fue lo que aprendió Min Yoongi el día 2 de mayo de 2017, aunque ahora no está seguro de que saberlo le sirva para algo. • NO es un death fic. • MPREG • ADAPTACIÓN © mistica