¿Realmente importa mi opinión?

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Por segunda vez esta semana dejaré de lado mi rutina habitual para hablar de una cuestión que considero importante.

Creo que todos estamos conscientes de que aún en pleno siglo veintiuno dar tu punto de vista sobre literalmente cualquier cosa es peligroso, pues casi todos los temas de conversación sin censura son considerados material sensible. Y es que quien busca motivos para ofenderse, siempre los va a encontrar.

Es ahí cuando yo me pregunto: ¿Realmente importa mi opinión?

Muchas personas podrían asegurarme que sí, de todas formas, es un derecho humano reconocido por la ONU. Pero vayamos al fondo del asunto y seamos sinceros: ¿En verdad nos interesa la perspectiva del otro?

En este caso, yo no sabría qué responder, ya que a mi parecer, lo que en realidad nos importa es lo que opinen de nosotros.

Las personas suelen preguntarte qué piensas sobre distintos temas (política, deportes, noticias, etc.) y fingen estar genuinamente interesadas en tu respuesta, pero algo curioso y que he observado más de cerca estos últimos días es que cuando tu opinión no concuerda con la suya te excluyen y adquieres una etiqueta, que en la mayoría de los casos resulta desagradable y que de boca en boca se va deformando hasta convertirte en un enemigo público.

Lo extraño es que cuando alguien habla con la verdad y se defiende, todos nos sacudimos. Quiero decir que cuando nos aplican estas etiquetas de vuelta nos sentimos mal; a ninguno nos gusta que digan que somos ignorantes, estúpidos, sin criterio, tontos, etc. Duele que hablen o que opinen así de nosotros, y lo malo de la situación es que permitiendo que ésta nos afecte estamos dejando ganar a esos seres que se creen dioses de las letras, de la razón, del conocimiento, del poder, del mundo... Y es que una de nuestras prioridades debería ser respetar el pensamiento individual de cada quien, mucho más si esta persona no tenía intención de ofenderte deliberadamente.

Yo por mi parte estoy segura de que es imposible pasar por la vida sin ofender a nadie o intentando cumplir con las expectativas de todo el mundo. Lo que tenemos que hacer es intentar vivir en coherencia con lo que somos y mantenernos fieles a ello. Cuanto más inseguros nos sentimos, más nos agarramos a las certezas. Tenemos que trabajar el pensamiento flexible e intentar ver las cosas desde distintos ángulos para comprender que no todo lo que hacen los demás tiene que ver con nosotros, o se hace en contra de nosotros. No somos tan importantes. Cuando se es muy narcisista, creemos que cualquier gesto o comentario nos insulta. Pero no somos el centro del mundo.

Nadie tiene el poder de ofendernos si no se lo concedemos; a ello me refería con mi tan odiada frase no estoy traumada.

Y si es preciso hacerle una devolución a esa persona, siempre debemos hacerlo desde el yo. Nadie tiene derecho a hablar por los demás sin su consentimiento. Es diferente decir ''Eres muy agresivo. Nos estás insultando a todos con esa frase'' o ''cállate, no tienes razón'', a decir ''cuando has hablado así, yo, personalmente, me he sentido herido''.

La conclusión es que gracias a nuestras ideas, podemos ser tachados de cuerdos o de locos (cosa que depende del tiempo en el que uno vive y del grado de instrucción que poseen las personas que nos rodean), pero la verdad es que un mismo objeto puede ser interpretado de distintas maneras, y eso no implica que alguna de ellas esté errada.

Ahora, habiéndoles dejado aquello para que reflexionen un segundo, pasaré a decir que a raíz de mi último post muchos me han preguntado por mensajería privada cosas como ''DarkWords, si no te consideras feminista ¿Entonces qué eres?'' Y yo estoy dispuesta a contestarles ahora mismo.

La única diferencia es que ya no tendré tanto decoro al hacerlo. Y es que este tema en específico es uno en los que no se puede criticar la creencia de turno sin que salga un maremoto de imbéciles a sacarte el pellejo. Son como los Orcos del Señor de los Anillos; no entienden de razones.

Todas esas cosas que detesto de Wattpad (Explicit Content #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora