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- De acuerdo, tienes que dejar de llorar ahora, o vas a inundar la ciudad con tus lágrimas, pequeño Harry- Comenta el mayor mientras lleva sus manos al rostro de su novio limpiando inútilmente las lágrimas que humedecen sus mejillas y sus verdes ojos.
- No quiero separarme de ti- Habla con su voz temblorosa por el llanto que no cesa.
- Yo tampoco quiero eso, pero ya verás que el tiempo se pasará demasiado rápido- Intenta consolarlo- Además te visitaré y tú también irás a verme cuando sea posible, ¿No es así?

Harry asiente ante las palabras de su novio antes de lanzarse a sus brazos de nuevo rodeando su torso con sus brazos, Louis sonríe tristemente mientras corresponde al abrazo y deja un suave beso sobre los rizos del ojiverde.

- Prométeme que no te olvidarás de mí.
- No puedo olvidarme del amor de mi vida.

En el aeropuerto suena la voz que avisa que Louis debe ir a abordar el avión que lo llevará eternos kilómetros lejos del pequeño que llora con el rostro escondido en la curva de su cuello.

- Debo irme, Hazza, no conozcas a ningún chico guapo en mi ausencia, o vendré solo para llenar toda su ropa de purpurina de colores.

Harry suelta una débil risa antes de alejarse de Louis.

- Haz muchos goles y prepárate para ser el mejor futbolista que el mundo haya conocido.
- Y tú haz mucha música increíble, estaré ahorrando para poder comprar cada uno de tus discos y para los boletos VIP de tus giras mundiales.

Harry sonríe y Louis se permite acercarse de nuevo, esta vez para poner sus manos en las mejillas del menor antes de unir sus labios en un beso suave con sabor a lágrimas y a despedida.

- Te amo mucho, ¿De acuerdo?
- Yo te amo más.

Louis se aleja de Harry para poder despedirse de su familia, su madre y sus dos hermanas quienes se encuentran igualmente con lágrimas humedeciendo sus rostros. Luego de ello camina hacia la zona de abordaje sin atreverse a mirar hacia atrás una última vez.

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La pareja se había conocido cuando Louis tenía quince años y Harry catorce, Louis había llegado a la escuela luego de que su familia se mudara a la ciudad y desde el primer segundo se había apoderado por completo del corazón del adorable chico de rulos, quien reía por los chistes que el mayor contaba en cada oportunidad, lo observaba con una sonrisa enamorada mientras el contrario lucía su mayor expresión de confusión cuando su maestra de matemáticas les entregaba aquellas hojas llenas de ecuaciones y fórmulas por resolver. Fue gracias a esa confusión que Harry pudo acercarse al mayor, ofreciéndose a ayudarle con sus ecuaciones para que no terminara reprobando el examen que les esperaba a final de mes.
Reuniones en las tardes en casa de alguno de los dos, en las horas de receso y los fines de semana, cuando menos lo pensaron pasaban juntos todo su tiempo libre, cuando los exámenes pasaron las reuniones dejaron de ser por motivos académicos y solo compartían tiempo porque el otro se había convertido en su mejor amigo y compañía.

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- Creo que le gustas a Aba, ¿Sabes?
- ¿Ah sí?
- Mhm.

Harry mantiene su mirada sobre sus uñas, ya que se encuentra deslizando el pincel con esmalte de color azul sobre cada una de ellas, Louis se encuentra frente a él jugando un nuevo juego de fútbol en su celular, porque si no es suficiente pertenecer al equipo de fútbol en la escuela, también juega fútbol en su computador y en el celular.

- ¿Por qué lo dices?
- Porque quiere estar todo el tiempo contigo, y se comporta como boba cuando estás cerca, sus neuronas no hacen sinapsis.

Louis suelta una risa por las palabras de Harry y decide centrar su atención en el chico frente a él, cuyas mejillas se tornan rojizas cuando siente la mirada del contrario sobre él.

- ¿Y eso te molesta?
- Solo si me vas a dejar a un lado cuando ella sea tu novia.
- No he dicho que quiero que sea mi novia.
- Cualquiera que sea tu novia me va a caer mal si me vas a abandonar.
- ¿Por qué te abandonaría, pequeño Harry?- Pregunta mientras pone su codo sobre la mesa recargando su barbilla en su mano manteniendo sus ojos en el ruloso de mejillas coloradas- Si eres mi mejor amigo del mundo mundial.

Quizás y solo quizás esas últimas palabras ocasionaron un incómodo y doloroso pinchazo en el corazón de Harry.

- ¿No te gusta alguna chica de la escuela?
- ¿Alguna chica? No.
- ¿Por qué? Seguro le gustas a todo el mundo, eres muy popular.
- No me has preguntado si me gusta algún chico.

Los verdes orbes de Harry se posan en Louis con expresión de sorpresa por la revelación, nunca le había preguntado a su amigo acerca de su sexualidad, solo había asumido que era hetero, pero ¿Y si no es así? ¿Y si tenía alguna oportunidad de conquistarlo?

- Hum... ¿Te gustan los chicos?
- ¿Por qué luces tan sorprendido?
- Porque nunca lo mencionaste.
- ¿No? Pensé que lo había hecho.
- No, no lo hiciste.
- ¿Y eso te molesta?
- ¿Por qué lo haría? Si ya sabes que a mi me gustan los chicos.
- No lo sé, Hazz, por no habértelo dicho, quizás.
- No me molesta, entonces... ¿Hay algún chico?

La mirada de Harry vuelve a posarse sobre sus uñas, esta vez con un revoloteo desconocido en su estómago.

- Y si lo hubiera ¿Te molestaría?

Harry muerde el interior de su labio con fuerza y niega con su cabeza sin emitir ningún sonido con su voz temiendo hacer evidente que por supuesto que estaba mintiendo descaradamente.

- Lo hay, un chico.

Oustsh. Solo... outsh.

- ¿Sí?

La mirada de Harry, esta vez con una expresión claramente triste, que le recuerda a un cachorro mimado según Louis, se posa sobre su azul mirada.

- Sí, desde hace algún tiempo que siento que me gusta, que mis sentimientos por él no son precisa y únicamente de amistad.
- Oh...

Louis tensa sus labios para ocultar la sonrisa que amenaza por aparecer ante la actitud de Harry, quien pone su mano bajo la lámpara que seca sus uñas mientras su mirada va hacia aquel aparato.
¿Enserio no se da cuenta?
¿No se da cuenta de que ese chico es él? ¿No se da cuenta de la manera en la que lo observa con la adoración presente cada segundo? ¿No se da cuenta de que no abraza a ninguna otra persona como lo abraza a él siempre que tiene la oportunidad? ¿No se da cuenta de la manera en la que su mirada se pierde en sus labios mientras que el ruloso le cuenta alguna anécdota de su día o mientras le habla de lo increíble que es su cantante favorita? ¿No se da cuenta que desde hace meses que su corazón le pertenece por completo solo a él?

- ¿Es del equipo?
- No.
- Hum... ¿De nuestra clase?
- Sí.
- ¿Es Aaron?
- ¿Aaron? Pero si sus pies apestan, cada vez que tenemos clase de gimnasia debemos estar varios kilómetros lejos de él, o podríamos morir.

Harry fuerza una sonrisa que no dura ni dos segundos en su rostro.

- ¿Dalton?
- No, Dalton tiene novia.
- ¿Entonces?
- ¿Enserio no te das cuenta?
- ¿Barián?

Louis suelta una risa y acerca su mano al rostro de Harry para subirlo delicadamente con sus dedos en su mentón haciendo que sus miradas se encuentren.

- Me gusta un chico con el que me siento increíblemente cómodo todo el tiempo, con quien amo pasar el tiempo porque jamás me aburro- El entrecejo de Harry se frunce, sin llegar a entender todavía el mensaje que Louis quiere hacerle entender- Me gusta un chico que odia los pepperonis y es alérgico a las nueces- La expresión del ruloso va dejando de ser una confundida para pasar a la sorpresa y Louis nota como el brillo de las lágrimas se va haciendo presente en aquellos bellos orbes verdes- Me gusta un chico que pinta sus uñas y se pone mascarillas en el rostro todas las noches luciendo estúpidamente adorable con ellas. Me gusta ese chico y su obsesión con Taylor Swift y con Harry Potter.

Louis duda, realmente duda de que Harry esté respirando en ese momento.

- Me gusta cuando canta porque es la voz más bonita que he escuchado en mi vida y me gusta cuando hace deporte porque es terriblemente malo en cualquier actividad de ese tipo y así tengo una excusa para estar cerca de él enseñándole todo lo que no sabe- El dedo pulgar del ojiazul se desliza por la mejilla derecha del menor, en donde la primera lágrima se desliza por su blanca mejilla- Me gusta porque mi familia ya lo adora y porque su familia me adora a mí. Me gusta porque es el chico más increíble que existe y espero que me deje ser más que su amigo para poder llenarlo de besos y poder gritarle al mundo que es solo mío.

Un sollozo sale de la boca del menor y más lágrimas se abren paso, cuyo camino es interrumpido por las manos delicadas del contrario.

- Por favor no llores.
- Yo no... yo pensé... pensé que yo no...

Louis se pone de pie y extiende sus brazos hacia Harry quien no duda ni un segundo en ponerse de pie para refugiarse en ellos, poniendo su cabeza sobre el hombro del contrario quien acaricia sus rizos son suavidad.

- ¿Tú sabías que yo... hum... que me gustabas?
- No, pero tenía que arriesgarme.
- Yo nunca me hubiera atrevido.
- Y yo no podía callarlo más.

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Dos años permanecieron juntos, con los altos y bajos que conlleva una relación, conociéndose cada día más, aprendiendo las cosas que el otro tenía para enseñarles, amándose como los adolescentes apasionados que eran y entregándose en cuerpo y alma sin titubear.
Cuando finalizaron su etapa escolar Louis recibió una beca de deportes para estudiar en Amsterdam y Harry seguiría su sueño de estudiar música mudándose a Boston, más de cinco mil kilómetros de distancia que los separarían, con el amor todavía latente en sus pechos y con la sensación de tener a la mitad de su vida tan lejos.

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- Te extraño.

Harry hace un puchero hacia la pantalla mientras Louis se encuentra terminando de arreglarse para ir a la fiesta en la que celebrarían el triunfo que había tenido su equipo de fútbol aquel día.

- También te extraño, mi amor, quisiera que estuvieras aquí. Podríamos celebrar nuestro quinto aniversario como se debe.
- Lo celebraremos cuando podamos encontrarnos.
- Claro que sí, pequeño.
- ¿Vendrás en el verano?
- Por supuesto, como los anteriores dos veranos, bebé, sin falta, te lo prometo, ¿Cómo van las charlas con esa disquera de la que me hablaste?
- Muy bien, creo que firmaremos contrato el próximo lunes, ¿No es increíble?
- Es lo que te mereces, con ese talento que tienes y que el mundo merece escuchar.
- Te amo mucho, Louis.
- No tanto como yo a ti, cielo, debo irme, te llamaré en la mañana.
- No bebas mucho, ya sabes la resaca que te da.
- No lo haré.
- Diviértete, pero no demasiado, ¿Eh?
- Descansa, cariño, es demasiado tarde allí.
- Adiós.
- Adiós.

Si Harry hubiera sabido que esa sería la última vez que tendría una conversación con su novio probablemente le hubiera rogado que no colgara, que no fuera a esa fiesta, que se quedara allí hablando con él hasta quedarse dormidos como muchas otras veces, le hubiera dicho muchos más “Te amo” o le hubiera mandado más besos.
Pero era imposible saberlo.

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Dolor de cabeza.
Náuseas.
Dolor de huesos.
Dolor de garganta.
Agotamiento.
Una pesada, cruel y potente resaca que le hacía sentir que se iba a morir.

- Mierda.

Se da vuelta en la cama y se queja por el dolor que siente cada vez que se mueve y por las náuseas que se intensifican.

- No vuelvo a beber, lo juro.

Abre sus ojos y observa un poco el lugar en el que se encuentra... de acuerdo... esa no luce como su habitación en el campus. Frunce el entrecejo y su mirada va hacia el otro lado de la cama.

Mierda. Solo... mierda.
No estaba solo, estaba acompañado de una chica de largo cabello rubio, chica que claramente no tiene ninguna prenda que cubra su cuerpo, al igual que el suyo que se encuentra tal y como Dios lo trajo al mundo.

- ¿Qué carajos?

Luego de asimilar el hecho de que definitivamente se había acostado con una chica completamente desconocida, no tuvo el valor para volver a hablar con Harry, no se sentía con las agallas de decirle “Te amo” sabiendo lo que había hecho, y tampoco tenía el coraje para contarle que le había fallado. Así que decidió que aquel adorable y perfecto chico merecía más, merecía a alguien mucho mejor.
Y no lo volvió a buscar ni a responder sus incesantes llamadas y mensajes.

Eterno Amor // Larry Stylinson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora