if you are an alpha × jikook

03 - un nuevo nacer

Existe entre los licántropos una tercera clase, las Betas.
Solo nacen en cuerpos de sexo biológico femenino y su lobo interior es asexual.
Su misión es proteger y cuidar lo sagrado y ayudar a las otras clases de licántropos.
No necesitan ni buscan pareja, la plenitud la encuentran al cumplir su misión.
Existen cuatro tipos de Beta dependiendo de que ente deben cuidar, sea agua, aire, fuego o tierra.
En la manada cercana, le llamaban azul a la Beta de agua.

🌖

Frío. Eso fue lo primero que sintió, cosa que jamás en su vida había percibido. Luego, voces que enunciaban palabras irreconocibles. Voces conocidas, voces familiares. Por último, la necesidad de que algo saliera de su cuerpo. Tosió con fuerza liberando algunas gotas las cuales sintió como grandes cantidades de agua. Aire fresco llenó sus pulmones por completo y sus ojos fueron abiertos en ese preciso instante, siendo la primera cosa que vió la luna.

—¡JungKook! ¡Mi bebé, Kookie!— Los brazos de su madre le rodearon por el cuello, pegándolo a su cuerpo el cual le otorgó el calor que no sabía que tanto necesitaba. Escuchó que alguien le pedía que se separase, pero ella no quiso hacer caso y JungKook lo agradecía. —¿Estas bien?

¿Lo estaba? Podía respirar bien y no presentaba ningún dolor muscular. Estaba completamente empapado, pero no parecía molestarle, ni a él ni a su madre. Aún así un vacío en su interior le inquietaba, como si le faltará algo importante, algo esencial y lo descubrió en cuanto miró hacia los lados y no había nadie ahí. Estaba solo en el suelo.

—Mamá— susurró de forma temblorosa, haciendo que su madre lo observará bastante preocupada. Le acarició el rostro, al parecer, tratando de calmarse a si misma —¿Dónde está JiMin?

La expresión de la mujer se volvió más curiosa y a la vez aún más preocupada, lo que inquietó a JungKook. Sujetó la mano de su madre que le acariciaba y obligó a la mujer a mirarlo fijamente, a pesar de que el mismo no podía calmar los espasmos interiores que le hacían tiritar.

—¿Dónde está JiMin? Por favor, dímelo— Su voz iba subiendo de volumen con cada palabra al igual que la expresión de su rostro se volvía más desquiciada —¿Él está bien? ¿Por qué no está aquí conmigo?

La mujer miró hacia atrás, pidiendo ayuda en silencio a las demás personas que observaban la escena. Le miraron extrañados, ya que no podían oír bien lo que el chico hablaba así que no sabían que estaba ocurriendo. JungKook miró por encima de su madre y se fijó en los rostros de cada una de las personas que los observaban, reconociendo entre ellos a JinHyung.

—¡JinHyung!— le llamó JungKook haciendo que la atención de todos volviera a caer solo en él— ¿Tú puedes decirme dónde está JiMin?

Los susurros y molestos murmullos no tardaron en volver a aparecer. Eran, principalmente, una discusión en que si el chico estaba demente, pues había saltado de un acantilado de más de medio kilómetro y lo único que le importaba era el estado del nuevo alfa de la manada.

JinHyung se acercó a JungKook intentando controlar su expresión para no preocuparlo en vano y se arrodilló frente a él, tomándolo del hombro para que lo mirara. Le sonrió, pero aquello no sirvió para cambiar como lo miraba JungKook, por lo que optó solamente por hablar.

—JungKook, JiMin está en casa.— respondió con voz tranquila, pero el menor no parecía relajarse.

—¿Se lo llevaron antes?— Jin frunció el celo, no pudo evitarlo, no sabía a qué se refería JungKook con sus palabras.