Capitulo 3

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Los años pasaron en un abrir y cerrar de ojos. Diez años separaron mi camino del de Ethan, aunque nunca por completo. Como era de esperarse, él se convirtió en policía, siguiendo los pasos de su padre. Por mi parte, una vez me recuperé y logré acomodarme con Max, volví a lo único que sabía hacer: me convertí en un sicario. No uno cualquiera, sino uno profesional. Vivir esos meses con la familia Jones me permitió estudiar cómo manejaban los casos delictivos, lo que me enseñó a matar sin dejar rastro. En menos de un año, los rumores sobre un asesino a sueldo se esparcieron por toda la ciudad. Y fue glorioso. Con el miedo creciendo en las calles, más personas temían y, por supuesto, más personas querían contratarme.

Los periódicos y la ciudad me bautizaron como "Red Wolf". Para proteger mi identidad, adopté un traje que confundiera a cualquiera. Usaba una chaqueta roja y una máscara de lobo, lo que dio origen a mi apodo. También llevaba una extensión de cola, asegurándome de cubrir cualquier sospecha sobre mi verdadera naturaleza. Después de todo, soy una liebre, algo que no tiene nada en común con un lobo.

Sin embargo, mi creciente fama como criminal trajo consigo un inconveniente molesto: Ethan. Ahora como policía, me perseguía constantemente. Aunque intenté cortar casi toda comunicación con él y su familia, era él quien siempre encontraba excusas para verme, o peor aún, para ver a mi cachorro. Entre soportar sus visitas en mi casa y lidiar con el hecho de que quería arrestarme en las calles, mi vida se había convertido en un verdadero dolor de cabeza.

Para colmo de males, Max —la única cosa en mi vida que realmente me importaba— veía a Ethan como un amigo. Para Max, Ethan era lo más cercano a un padre. Puede que nunca me lo haya dicho, pero yo lo conozco mejor que nadie. Lo noto cada vez que pasan tiempo juntos: ese vínculo, esa conexión que se ha formado entre ellos. Y aunque intento ignorarlo, no puedo evitar sentir cómo, poco a poco, ese lazo se fortalece.

 Y aunque intento ignorarlo, no puedo evitar sentir cómo, poco a poco, ese lazo se fortalece

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Mi mañana comenzó tranquila, como siempre. Ya tenía una rutina establecida.

Estaba en la cocina preparando el desayuno para Max. Mientras yo cocinaba, él se sentaba en la mesa, revisando sus tareas de la escuela. Pero lo conozco bien, y noté que algo lo inquietaba.

—Alex, ¿crees que mi profesora me regañe por no hacer una tarea? —preguntó, con las orejas caídas.

—¿Eh? —respondí, algo sorprendido—. Sí, lo veo muy probable. Pero dime, ¿por qué no quieres hacerla? Tienes las mejores notas de tu clase. No puedes dejar que tus calificaciones bajen, me llamarán para una reunión con el docente, y ya sabes cuánto odio ir a tu escuela.

Mi tono salió más serio de lo que esperaba, incluso algo molesto. Realmente odio ir a su escuela. Siempre hay algún maestro idiota que cree que soy su hermanastro y me suelta esa clásica frase: "Lo siento, joven, pero necesitamos que venga el padre del niño, no su hermano." Soy demasiado joven para ellos, y eso es algo que siempre me recuerda lo incómoda que es mi situación.

Mistakes (Furry_Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora