"La fiesta I"

70 3 0
                                    

Max y Noah se encuentran en mi puerta principal mirándome expectantes, como si estuvieran esperando algo de mi.

Comencé a sentir mi cuerpo pesado y como mis manos comenzaban a sudar. Trate de pensar en algo que decir o hacer pero solo me limite a sonreír, quedando como una idiota.

—Em, ¿Grace estás lista para irnos?—pregunto Max, empujando levemente a Noah con su hombro, haciendo que su cara se vuelva color carmesí.

—¿Disculpa?—pregunto irónico.—¿A donde estás lista para ir? ¿Quien es este tipo?—dijo Noah señalándolo con desagrado.

¿Algo peor que un novio posesivo? Un amigo sobreprotector.

—Noah, ven un segundo.—dije suavemente mientras le indicaba que entrara a mi casa para que no me haga una escena en frente de Max.—Espera un momento, Max.—le aviso y luego cierro la puerta de un portazo, sintiendo la mirada asesina de Noah a mi espalda.

Volteo a verlo y arrugo la nariz, irritada.

—¡Noah!—le exclamó.

—¡Grace!—dice el copiando mi acción. Se cruza de brazos y me mira con cara de pocos amigos.—¿Quien demonios es ese fulano con pinta de criminal?

—No es un fulano, es mi amigo.—susurro para que no nos escuche,ya que la puerta de mi casa es bastante fina.

—Oh claro, me imagino, ¿y que van a hacer? ¿Van a ir a robar un banco juntos o a drogarse a una estación de servicio?—pregunta irónico poniéndome de malhumor.

—Noah, cállate.—espeté tomando mi bolso.—Cuando vuelva te lo explicaré todo, ¿está bien?

—¿Que si está bien? No, claro que no está bien.—dice enojado.—Por lo menos dime a donde vas, Grace...

—Te lo diré cuando vuelva.—digo dándole un corto abrazo.—Cuida a Myrna, trata que no queme nada.

Noah rodea los ojos y me saca el dedo del medio.

Antes de salir de casa cierro la puerta con llave. Me doy vuelta y me encuentro con un impaciente Max que me mira frustrado.

—¿Estás lista o debemos esperar a que más amigos me hagan escenas de celos?—pregunta con voz venenosa.

—No hay más amigos.—digo y al segundo me arrepiento ya que sonó como si fuera una patética anti-social. Lo soy, pero no quería que el se enterara de ello.

Nos encaminamos al auto a paso rápido y al subirme me encuentro con Abba concentrada en su celular y a un tipo en el asiento copiloto. Max se sube después de mi y el tipo arranca el motor.

—Hola.—murmuro saludando a Abba. Está levanta la mirada y me sonríe amablemente. No quería decirlo, pero a penas la vi, me sentí fuera de lugar. Abba estaba perfectamente producida y hermosa, dándome celos.

—¿Ángel, a mi no me saludas?—pregunta el chico que iba de copiloto revelándome su identidad.—¿El tipo de afuera era tu novio?

—No es mi novio.—digo con una mueca.—Y mi nombre es Grace, no ángel.—digo arrugando la nariz.

—Déjala en paz, Lucas.—dice Abba.—Aunque el chico de afuera era guapísimo, Gracie.—murmura Abba guiñándome un ojo y soltando una risita tonta.

—¡Yo soy más guapo!—exclama Lucas volteando a vernos, mientras fruncía el ceño solo por el hecho de pensar que alguien era más guapo que el.

—Sigue soñando, niño.—dice Abba burlona mientras lo mira de forma superior.

—Okay, solo por que eres un año mayor que yo no te da el puto derecho a llamarme niño.—afirma Lucas enfadado mientras señalaba a Abba con su dedo, dejándome ver el mismo tatuaje que tiene Abba en la muñeca.

El Chico del TrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora