Bad Decisions

1. Estúpido Lunes

Caroline

El cielo grisáceo anunciaba un típico Lunes de lluvia en Mystic Falls, el maldito pueblo donde una vez dentro jamás podrías salir, no es que odie todo lo que respecta al lugar donde nací pero la mayoría de veces repetir la misma rutina era insoportable.

Mi espalda se encontraba recargada sobre la pared de concreto viejo en el edificio abandonado de la escuela, el cual se había convertido en mi refugio los últimos meses, sólo la nada y yo perdiéndonos en los límites de la escuela donde el bosque se abría libremente. Con un chasquido de lengua desvío la vista a mi derecha para observar el campo de Football donde los atletas descerebrados se golpean unos con otros llamándolo orgullosamente un deporte pero en lo que a mí respecta es sólo una actividad que los vuelve cada día más estúpidos y salvajes, sonrío de lado ante mis pensamientos para después levantar mi mano derecha la cual sostiene un cigarrillo a medio consumir, lentamente lo llevo hasta mis labios y tomo una gran calada que me provoca cerrar los ojos disfrutando mejor del cosquilleo en mi boca y garganta, retengo el humo el mayor tiempo posible hasta que finalmente abandona mi cavidad bucal escapándose sólo un poco por mi nariz.

Claro debería estar en clase al igual que un estudiante promedio pero si tuvieras a Tanner como profesor de Historia te sugeriría el suicidio, y es que no entendía el punto de Tanner al querer que memorizaramos fechas y acontecimientos pasados, digo son personas muertas no creo que regresen de la tumba para preguntarnos si nos acordamos de ellos, en fin Tanner es un profesor idiota que adora ver la piernas de sus alumnas, además es el alabado entrenador del equipo de Football por lo que automáticamente se convierte en un presumido narcisista que ha logrado llevar a la victoria a nuestro equipo por varios años, excluyendome la mayoría lo considera el mejor profesor de la escuela, sí sólo supieran que se folla a Hayley Marshall en la bodega del equipo ya no les agradaría tanto.

Arrojo la colilla del cigarrillo al suelo pisándolo hasta que se apaga y suspiro con cansancio, es hora de volver a la realidad, no es que sea la mejor alumna en clase pero nunca he tenido problemas al responder un  examen y lo único que me hace visitar la oficina de mi sexy director es mi comportamiento, tal vez a los demás les molesta mi honestidad o la falta de interés en sus vidas pero en mi defensa diré que «me importa un carajo».

Camino de regreso arrastrando los pies completamente frustrada, sólo falta una estúpida clase para largarme de este lugar al que llaman escuela, aunque mi tormento no acaba al sonar la última campana sino que comienza otro cuando llego a casa.

Me dirijo a paso lento por los pasillos captando la atención de aquellos idiotas que se tragan todos los rumores acerca de mi reputación, los ignoro como cada día pues sus opiniones no significan absolutamente nada para mí, observo fastidiada la puerta del aula a unos metros de distancia justo donde mi suplicio tendrá lugar, la clase de literatura con el profesor Atticus Shane, mi estómago se revuelve al recordar a ese hombre que parece comerme con la mirada cada vez que tiene la oportunidad, había tratado de cambiar de clase para evitarlo pero con no historial en la oficina del director Saltzman, fue un rotundo NO.

- Care ¿dónde te habías metido idiota?- la voz de mi morena amiga me detiene frente a la puerta.

- Pues creo que en clase no- mi tono bastante despreocupado se gana una mirada reprobatoria que claramente no funciona en mí, sé perfectamente quien es Bonnie Bennet así que no tenía nada que reprocharme.

- Te he estado buscando estúpida- reclama y yo ruedo los ojos.

- ¿Qué es lo que quieres?- cuestionó de mala manera, en verdad no estaba de buen humor, «Que raro Forbes»

-Deja de ser una amargada y escucha- se plantó frente a mí con un brillo en sus ojos verdosos, algo que logró intrugarme demasiado.

-Esta bien- respondí cruzando los brazos sobre mi cuerpo, adoptando una mi típica expresión aburrida.