Sonó el despertador, Simón lo apagó rápidamente y se dio vuelta para seguir abrazando a Villa, pero lo único que encontró fue su parte de la cama vacía. No se extrañó, tal vez estaba desayunando.
Se levantó y se dirigió al baño, en donde encontró una nota pegada en el espejo"Siento dejarte solo al despertar, pero hoy va a ser un día especial. Te deje el desayuno servido."
En ese momento sonó su celular, era una llamada de su amado
Simón: ¡Señor! ¿Le parece bonito abandonarme así?
Villamil: ¿Y a usted le parece bonito que lo primero que me dice en este día sea eso?
Simón: ¡Touché! ¡Feliz aniversario, Villaco!
Villamil: Felices 5 años, amor.
Simón: Dos cosas. La primera, te amo. La segunda ¿Dónde está?
Villamil: Te amo también. Si hace caso a las pistas, lo va a descubrir.
Simón: ¿Qué está planeando?
Villamil: Demasiadas preguntas, pero poco tiempo. Deje de hablar y empiece el día
Sin darle tiempo a responder, Villa cortó la llamada. Tenía preparada una sorpresa para su chico, quería hacer de ese, un día inolvidable.
La primera pista la encontró junto al desayuno:
"Toda historia tiene un principio, la nuestra no es la excepción. Ve a la puerta del lugar donde comenzó."
Rápidamente Simón razonó que la nota se refería al colegio donde ambos asistieron. Ahí donde se conocieron. Sin perder más tiempo tomó su campera, su celular, las llaves y salió del departamento.
Al llegar al lugar pactado, se encontró con su hermano.
- ¿Perro? ¿Qué hace acá?
- Ayudando a un amigo
- ¿Usted sabe lo que trama Villa?
- Sí, pero no puedo hablar
- No sea así
- No haga preguntas, sólo sígame
Martin subió al auto, al mismo tiempo que Simón lo hacía. La segunda parada se encontraba en el centro comercial al que solían concurrir.
- Tiene que comprarse un traje o algo que se asemeje. No haga preguntas - le advirtió Marto
Perdieron el resto de la mañana eligiendo la ropa que Simón usaría durante la noche. A ambos les gustaba salir de compras, por eso Martín fue el elegido por Villa para tal tarea.
- ¿Podemos almorzar juntos o no hay tiempo para eso? -preguntó Monchi
- Siempre hay tiempo para eso
Se dirigieron al patio de comida y pidieron comida india, la favorita de Simón.
Al finalizar el almuerzo, Martín le entregó la segunda pista.
"Tenemos muchas cosas en común, pero una de ellas fue la que nos unió. En el siguiente lugar lo va a recibir una perrita muy simpática y un chico alto de sombrero. Ahora es el turno de visitar el lugar donde comenzó el sueño llamado Morat".
-Creo que se refiere a la casa de Isaza - le dijo Simón a su hermano después de leer la nota.
- Si quiere lo llevo
- Le agradecería mucho
Ambos salieron del establecimiento y emprendieron viaje a la casa del mayor de los Juan Pablos. Al llegar, el único en bajarse del auto fue Simón, quien con una sonrisa despidió a su hermano.
Tocó el timbre e inmediatamente escuchó los ladridos de Malta. Como decía en la nota, lo recibió un chico alto de sombrero.
- Monchito ¿Cómo está?
-Muy bien ¿usted?
- Bien, vayamos al estudio
- ¿También es cómplice de Villamil? - preguntó Simón mientras seguía a Isaza por el pasillo tan conocido para él
- Por supuesto - respondió entre risas
Cuando llegaron al estudio Juan Pablo se sentó en una silla y tomó su guitarra
- ¿Vamos a componer? -dijo Simón sorprendido
-No, sólo estoy esperando que se siente para mostrarle algo.
Simón tomó asiento e Isaza prendió la pantalla que tenían en frente. La imagen congelada era Villa junto a su guitarra. Cuando Isaza le dio play, Simón reconoció los primeros acordes, era "No hay nadie más", la primera vez que Yatra se la mostró, Simón le susurró al oído a Villa, que esa iba a ser su canción. Cuando el video terminó Simón estaba con sus ojos llenos de lágrimas.
- ¿Está llorando, huevon? - dijo Isaza riendo y abrazó a su mejor amigo
- Gracias
- Yo sólo fui un intermediario, todo fue obra de su chico
- Pero de todas formas gracias - dijo Simón rompiendo el abrazo
-Monchito sabe que lo aprecio muchísimo, a usted y a Villamil. Son mis mejores amigos y me alegra que sean tan felices juntos
-Nosotros también lo apreciamos mucho, es una de las personas más importantes para la pareja. Pero basta de ponernos sentimentales, perro
- Dijo el que llora - bromeó Isaza
- Es mi aniversario, yo puedo - Ambos rieron
- Antes de que me olvide, la tercera pista - dijo Juan Pablo entregándole un papel a Simón."Le doy un par de horas de descanso. Luego llegará a nuestra casa el último cómplice para acompañarlo al destino final"
Luego de leer la nota, Simón se despidió de Isaza y tomó un taxi hasta el piso que compartía con Villa.
Cuando se puso cómodo notó el paquete encima de la mesita ratona en la sala de estar. No se sorprendió al ver que encima había una nota.
"¿Está ansioso? Cada vez falta menos. No se olvide de arreglarse, póngase la ropa que compró hoy. En otro orden de cosas, se preguntará que hay acá dentro. Es "un pedacito de cultura", como le dice usted. Espero haber acertado en la elección. Te amo"
Desenvolvió el regalo y efectivamente había un libro, pero no uno cualquiera. Era su libro favorito en edición especial, ese que tanto le había costado conseguir, al fin lo tenía entre sus manos.
Luego de pasar unos minutos ojeando el libro, se dirigió a la ducha, tardaba en prepararse y debía empezar lo antes posible si quería llegar a tiempo.
Luego de un par de horas, efectivamente, sonó el timbre. Como Simón lo supuso, el último cómplice era Alejo.
-Simón, perro ¿Cómo que no está listo? - dijo Alejo entrando al piso
-Estoy buscando mi cinto - se excusó Simón desde la habitación- ¡EUREKA! - gritó haciendo que Alejo se riera
- ¿Ahora está listo?
- Listo y muy nervioso
- Pero ¿Listo al fin?
-Listo
-Es lo importante, vayámonos.
Antes de llegar al lugar, Alejo detuvo el coche.
- ¿Qué pasó? - preguntó Simón
- Por orden estricta de Villamil, debo pedirle que se vende los ojos
- ¿Por qué tanta formalidad?
- Porque así es más divertido
- Por eso usted me cae bien
- ¿Y recién se dio cuenta? Deje de atrasar la cosa y póngase esta venda.
Sin realizar reclamo alguno, Simón se tapó los ojos y Alejo siguió manejando hasta el lugar.
Una vez que llegaron a destino:
- Ahora usted se dejará guiar por mí, no hará preguntas ni se destapará los ojos hasta que le diga
- Esto me huele a secuestro
- Quédese tranquilo que si a usted lo secuestran pagarían para devolverlo
- Posada, ya no me cae tan bien -Ambos rieron.
Alejo guio a Simón hasta el lugar donde Villamil se encontraba
Narra Simón:
No veía absolutamente nada, lo único que sentía era el contacto con Alejo quien me guiaba vaya a saber a dónde. Cuando cruzamos, lo que supuse que era una puerta, escuché un murmullo que a medida que avanzaba se iba apagando poco a poco. Cuando por fin nos detuvimos, Alejo me sacó la venda y se alejó de mí. Lo primero que vi fue a mi novio arrodillado en frente mío.
- No le puedo decir que lo amo desde el primer día que lo vi, sería mentirle, no lo recuerdo. Pero quiero hacerlo, quiero amarlo, hasta el último día que compartamos juntos. Para eso necesito hacerle esta pregunta - en este punto del discurso mis ojos eran un mar de lágrimas - Simón Vargas ¿Aceptaría casarse conmigo?
Atine a asentir con la cabeza, las palabras no salían de mí, no podía hacer más que llorar. Inmediatamente después de ponerme el anillo, Villa se puso de pie y sellamos ese inolvidable momento con un beso a la altura de la situación. Cuando la emoción del momento pasó, me di cuenta que no estábamos solos, estábamos rodeados por nuestros mejores amigos, familiares y más gente de nuestro círculo íntimo, quienes nos inundaron de felicitaciones y abrazos.
Me encontraba en una nube, uno de los momentos más felices de mi vida. Estaba incrédulo, amaba al amor de mi vida y él me amaba mí. Ambos estábamos dispuestos a recorrer este camino juntos y la gente más importante para nosotros fue testigo de nuestro amor.
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Sobre enamorarte de tu mejor amigo y sus efectos secundarios
RomanceHistorias sobre Isargas, Visaza y Villargas.