Sobre enamorarte de tu mejor amigo y sus efectos secundarios

Ves (Isargas)

Esta historia está inspirada y contiene frases de la canción "Ves" de Sin Bandera. Espero que les guste y si quieren más historias inspiradas en canciones dejen su opinión en comentarios :)

— Lo siento, Juan Pablo, pero esto no va más. Esta relación me está haciendo mal y no quiero hacerle elegir entre su carrera o yo.

Simón era pareja de Juan Pablo Isaza, una de las nuevas promesas de la música colombiana.

Temprano en la mañana, le había preguntado si se podían ver, necesitaba hablar con él. Juan Pablo le había dicho que sí y lo invitó a que fuera a su casa por la tarde.

— Pero ¿Por qué? ¿Qué puedo hacer? Por favor, no me deje así, Monchito.

Isaza al borde de las lágrimas, intentó tomar las manos de Simón que se encontraban por sobre la mesa, pero este las apartó rápidamente. Sabía que cualquier contacto con él, lo haría débil y no podía ceder, debía ser fuerte. No soportaba más tener que esconderse para pasar unos minutos con su chico.

— No hay nada que pueda hacer y nos haga felices a ambos. Estoy cansado de estar escondiéndonos, ya no sólo del público sino también de nuestros amigos. Eso ya no es lógico. Y eso no es todo, verlo rodeado de mujeres que lo único que quieren es acostarse con usted, también me duele — dijo Simón tratando de sonar lo más calmado posible, pero en verdad se estaba rompiendo por dentro.

— Amor...

— No diga nada, por favor. Me voy a odiar porque sé que te estoy haciendo daño. Pero a veces hay que tomar decisiones, aunque duela. Gracias por el tiempo compartido.

— Monchi, será amargo el sabor si no estás, si te vas y no regresas— dijo Isaza, aguantando las lágrimas que amenazaban con salir

De él, en cambio, recibió una mirada triste. Simón se fue de la casa y Juan Pablo quería seguirlo, pero sus piernas no les respondían. Ni siquiera pudo contener el impulso de tirar al piso el vaso que se encontraba encima de la mesa, provocando que este se rompiera con el impacto en la cerámica. Sólo pudo llorar. Llorar por la impotencia. Llorar porque le dolía. Llorar por fallarle a Simón. Llorar porque había perdido al amor de su vida.

2 años después

La carrera de Juan Pablo no hacía más que crecer. Todo lo contrario pasaba en su vida personal, lo único serio que tuvo, desde que Simón lo dejó, fue una relación arreglada por su discográfica con una de las modelos que salía en sus videos, luego de que corriera el rumor de que había sido visto besando a otro hombre en una discoteca.

Simón, en cambio, decía haber podido superar esa relación. Aunque al conocer a su siguiente pareja muchos opinarían que no. Su actual novio era Juan Pablo Villamil, el nuevo artista que sonaba en todos lados. Quien al empezar su carrera como un artista independiente en You Tube, hizo que Simón no volviera a repetir la historia, esta vez pudo tener una relación libre de contratos.

Era sábado, 18:03 en Bogotá. Ese día Simón acompañó a Villa al concierto que debía dar esa tarde. Era un festival por lo cual no era el único artista. Estaba en el backstage buscando el cartel que indicara que ese era el camarín de su pareja. Al mirar a su izquierda encontró uno cuya leyenda decía "Juan Pablo", por lo que supuso que era el de él. Entró sin golpear.

Isaza levantó la mirada para ver por el espejo quién había entrado a su camarín. Lo que vio no se lo esperaba. Era él. El chico de lentes que le había roto el corazón dos años atrás. El que lo dejó sin ganas de volver a enamorarse.

— ¿Simón? — fue lo único que atinó a decir.

— Isaza...

— Tanto tiempo — dijo dándose vuelta, todavía incrédulo.

— Perdón, no quise entrar así, pensé que era el camarín de mi... — Simón se dio cuenta de lo incómodo que sería pronunciar esa palabra.

— De su novio — completó Isaza — Juan Pablo Villamil, lo conozco, buen chico. Me alegra que sea él.

Un silencio incómodo se formó entre ambos.

— ¿Quiere quedarse y tomar algo? — ofreció Juan.

— Ehh... bueno — dudó Simón.

Entró a la habitación y cerró la puerta tras él.

La tensión que se notaba en el aire, al principio, fue desapareciendo con el paso de los segundos.

— Café negro ¿Cierto?

— Exacto.

— ¿Ves que me acuerdo de cada detalle de ti?

Empezaron a hablar de su vida, de lo que habían cambiado esos dos años, de lo que seguía igual y de muchas cosas más.

Narra Simón:

La charla duró 20 minutos, pero fue amena y muy divertida. No me acordaba lo bien y lo cómodo que me sentía cuando estaba con él. Recordé lo feliz que era. Volví a ser ese chico que hace dos años atrás estaba enamorado de Juan Pablo. Supe que no era verdad que lo olvidé.

— No es por echarte, pero tu novio debe estar preocupado.

— Sí, gracias por la charla, supongo.

Él sonrió y al ver su sonrisa, no pude evitar imitarlo. Él me mira así como ayer y tiene tanto poder lo que siento. Sé que no todo acabó, el amor sigue aquí.

— Simón tengo una pregunta que me carcome la cabeza desde el día que abandonó mi casa y espero no hacerlo sentir incómodo.

— Creo que le debo muchas respuestas sobre ese día.

— Sólo necesito que me responda a esta

— Dígame

— ¿Aún puedo hacerte temblar cuando escuchas mi voz?

Quedé totalmente sorprendido ante la pregunta de Juan. Me esperaba miles de reproches y reclamos, bien sabía que me los merecía, pero nunca me hubiera esperado esa pregunta.

No sabía que responder. No quería decir "Sí" y darle esperanzas que no podía corresponder, tampoco podía decirle que "No" y decepcionarlo otra vez.

Narrador

— Perdón, no debí hacerla — dijo Juan Pablo al ver que Simón no respondía.

— Lo siento Isaza, no le puedo dar esa respuesta. No le puedo dar ni siquiera esperanzas, no las voy a corresponder. Lo único que le puedo dar ahora, es algo que nos debemos y que nunca nos dimos, el beso de despedida.

Simón se acercó a Juan Pablo y plantó en sus labios un dulce beso.

Juan Pablo, a sabiendas que era el último, lo correspondió. Ya no quedaban esperanzas, pero esto, lejos de dañar su corazón, como hace dos años atrás, lo entendió como el cierre de una etapa. Saldo la cuenta pendiente que tenía con el amor.