VIII

4.1K 83 35
                                    

"Mi pequeña gran familia" (Beal)

Mal estaba agotada. Tenia a su hija de dos años sobre un brazo intentando dormirla, y con el otro brazo le cambiaba el pañal a su hermana.

Ya era la quinta canción que le cantaba a Penny, y la pequeña no se lograba dormir. El vientre de la pelimorada empezó a patear.

-Oh, no, tú te quedas quieto ahí.- Le dijo al pequeño ser que habitaba dentro de ella, y no le hizo caso. De hecho, pateó más fuerte.- Agh, serás hijo mío, ¿no? Desobediente.

Bajó a Bianca del cambiador y la acostó en su cama.

-Bianquita, por lo que más quieras no llores ahora, no despiertes a tu hermanita.- Suplicó. La niñita la miraba sonriente, y ella le devolvió la sonrisa.- Gracias por ser igual de obediente que tu padre.

Se escuchó el ruido de la puerta. Mal se alivió y miró la hora. Diez y media de la noche.

Ben abrió despacio la puerta del cuarto de las trillizas, o sea donde su mujer se encontraba.

-Hola mi amor- Saludó él, sonriente, acercándose para besar sus labios, pero ella se alejó.

-Maldigo el día en que me diste hijos, Florian.- Ella estaba molesta. Su esposo rió.

-A ver, dámela- Le dijo, refiriéndose a la hija que tenía en brazos, y comenzó a mecerla entre sus brazos y tararear una de las muchas canciones de cuna que existían. La pelimorada revisó a las otras dos niñas, y al ver que todavía Bianca no se dormía, optó por hacer que cierre sus bellos ojitos, cantándole también.

Cinco minutos después, Penny ya estaba soñando. La otra no. Mal estaba frustrada. Ben la levantó de su cama, e hizo lo mismo que con su otra hija: mecerla y cantar canciones. Pero con ella fue distinto: la canción que cantaba no era una canción de cuna. Era nada más ni nada menos que "Did I Mention", la que le dedicó a, en ese momento, su novia cuando estaba hechizado. La niña logró dormirse, y la mujer sonreía tiernamente, acariciando su gran barriga de embarazada.

-Tienes unas manos mágicas para esto.- Se acercó a él.

-Yo creo que fue la canción- Rió, contagiándole la risa a Mal.

-Vamos, por si se despiertan.

Ambos salieron hacia el pasillo que conectaba todas las habitaciones.

-Son casi las once, ¿Por qué llegaste tan tarde? Estaba preocupada.- Cuestionó la pelimorada.

-Charmington está un poco lejos, amor, a casi dos horas de aquí, la reunión terminó a las ocho, y en estos últimos cuarenta y cinco minutos estuve en la preparatoria, completando papeles, remodelaciones para la escuela, revisando las instalaciones... Ya sabes.

-Pero, ayer hablamos y acordamos en que me tocaba a mí ir a la preparatoria.

-¿Y dejarte ahí, sola, embarazada, en un mundo lleno de peligros? No, claro que no.

-Ben, esto es Auradon, no pasa nada nunca.

-Pero puede pasar, además, también hablamos y acordamos que yo hacía el trabajo por ti, tú te quedabas aquí descansando, y divirtiéndote con las trillizas de oro.

-Pero podía llevarlas, siempre está bueno salir a tomar aire, y sabes que amo pasear con ellas.

-Bueno, la próxima vez harás tú el trabajo.- Sonrió.

-Tu y yo sabemos que no será así. -Rió también ella.

-Y... -Se puso en cuclillas, a la altura del vientre de Mal y acariciándolo. La criatura empezó a moverse y patear- ¿Cómo estuvo mi bebé hermoso? ¿Cómo se portó? Espero que no hayas hecho enojar a mamá, luego yo debo escuchar sus quejas -Susurró esto último, recibiendo un golpecito en la cabeza.- Te amo mi vida, ¿no te lo había dicho?- La miró.

-Sí, claro, no me compres con tus palabritas, Florian.- Él rió y besó su barriga, cuando Mal hizo una mueca de dolor- Suficiente, mi amor, tu hijo será entrenador de taekwondo.

-Oh, pues, si le hace feliz... Que sea lo que él quiera.- Dijo, levantándose del suelo.

-Pienso lo mismo que tú. Ben, ¿Qué haces? ¡Bájame!

Su esposo la había alzado, como una pareja de recién casados, aunque no era así. Llevaban más de cuatro años unidos en matrimonio.

La llevó hacia la puerta de su habitación, y ella la abrió.

-Creo que ese príncipe nacerá muy sano, ambos pesan mucho.- Rieron juntos, hasta que Mal se dio cuenta lo que había dicho.

-Benjamin Florian, ¿Me estas diciendo gorda?

-¿Qué? No, no mi amor, estás hermosa, y yo te amo. Los amo, a ambos.- El bebé pateó otra vez.

-Corazón, se muy lindo que le digas cosas y todo eso, pero a ti no te patea. Y créeme que duele.

-Lo siento, no lo haré más, o al menos por hoy.

-Bien jugado, falta poco para que sean las doce.

Ben dejó a su esposa sobre la cama y se puso su pijama. Ambos se taparon con la colcha y él encendió el televisor.

Casi tres horas después, Mal se despertó con hambre.

-Ben... -llamó, aún con los ojos cerrados- ¡Ben! -Intentó nuevamente- ¡Ben, estoy hablándote!- Gritó, haciendo que el otro se sobresaltara.

-¿¡Qué!? ¿¡Rompiste bolsa?! ¡Oh, no! Ya sabes qué hacer: Tranquílizate, inhala, exhala, tú no te preocupes, ¡El bolso! ¡¿Dónde está el bolso!? -Gritaba y corría por toda la habitación, intentando ponerse la camisa, los zapatos y sostener el bolso que tenían preparado desde hacía varias semanas por si el pequeño deseaba salir antes de lo previsto, todo al mismo tiempo.

-¡No rompí bolsa! Tranquilo, aún no. Quiero chocolate.

-Ya mismo mi vida.- Salió de la habitación.

Luego de treinta minutos, Mal estaba de espaldas a su esposo, terminando su tercer gran barra de chocolate con leche. Una mano acarició su abdomen. Y sintió el mentón de Ben al costado de su barriga.

-Tienes el mejor papá del mundo, mira lo mucho que te consiente. Y así fue con las tres princesas, tus hermanas mayores, y con tu hermosa madre. Tienes una mamá maravillosa, no la desaproveches, pequeño travieso. Y una última cosa: papi te ama mucho, ¿Si? Amo a mi pequeña gran familia.- Cuando él terminó, su esposa no se había quejado, pues el pequeño ser no se había movido aún. De hecho, se podían notar unas pequeñas lágrimas de felicidad corriendor sus mejillas, pero desaparecieron cuando unos segundos después, cuando el castaño plantaba pequeños besos donde tenía su mentón comenzó a patear, otra vez.

-¿Qué he dicho al respecto de las patadas? -Preguntó más que molesta, tratando de dejar de lagrimear.

-Lo siento amor -rió- Descansa.

-Pues tú también.- Se produjo aproximadamente un minuto de silencio.- ¿Ben?

-¿Si?- Preguntó, adormilado.

-Me gustó mucho lo que dijiste... Eres un gran padre, ¿Sabes?

-Es lo que siento, mi vida. Ahora duerme... Te amo.

-También te amo.

Ben pudo dormirse sin problema en un minuto, mientras que Mal se durmió recién una hora y media después, al darse cuenta que hacerle mimos a su esposo y a su vientre hacen que el tiempo pase más que rápido.

.  .  .

Hola, ya sé que tenía que publicar ayer, pero empecé las clases y me olvidé 🤦🏼‍♀️ Hoy me di cuenta que ayer fue lunes y me enojé conmigo misma ._. Pero bueno, no importa... que tengan buena semana y hasta el lunes 💛

One-Shots: DescendientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora