(Este capítulo puede contener escenas fuertes para algunos se recomienda discreción)
Llegamos al Castillo De Plata después de una hora de viaje en auto, el castillo era llamado así por las espadas de plata que colgaban en las puertas del castillo. El resto del viaje había sido silencioso nuestro auto estaba en la fila para estacionarse, pude ver como entraba y salían personas del castillo, meseros, camareras, personas de cuello blanco con sus respectivas brujas, pude reconocer a un par fácilmente por su físico, todas las que vi tenían esa mirada vacía y triste en sus caras.
Podía sentir su pesar, era igual al mio, en eso pude notar una cálida y gruesa mano tomar la mía, lo cálido de su mano hizo que una corriente pasará a través de la mía y me sobresale, era mi amo que me miraba con una expresión de superioridad.-" ¿Extrañas a tus hermanas?".- Me pregunto con una sonrisa de malicia en su rostro que solo expresaba que disfrutaba de mi tristeza.
Claro que las extrañaba con locura era mi aquelarre, es como los lobos y su manada, nacimos para estar juntas, la magia nos conectaba y era muy difícil estar sola, para ella también debía ser así, una bruja sin su aquelarre es como si una parte de su alma estuviera dividida y no la pudiera unir. Pero no podía dejar que el amo viera mi dolor, no lo podía permitir tenía que ser fuerte como sabía que ellas lo eran así que clave mi mirada en la suya y vi a través de sus ojos verdes como se reflejaban los mios con ese brillo morado sobrenatural pude distinguir la ira en mi, sentí como la magia venía a mi, como conectaba con esa energía que emanaba por todo mi cuerpo y pude sentir como los grilletes estaban ardiendo en mis muñecas aunque no los veía sabia que era una advertencia de que no podía lastimar al amo sin lastimarme a mi, fue entonces que desvíe la mirada hacía el piso del auto. El amo se dio cuenta y puso sus dedos en mi rostros rozando mi cara con un toque suave esperando por mi respuesta.
- "No." - Fue lo único que pude decir, seco y sin emociones eso era lo que el quería oír.
- "Eso imagine." - Respondió el mientras aún acariciaba mi frío rostro y podía sentir su repugnante olor a colonia mezclada con un toque de alcohol y cigarros que me hacia querer vomitar.
Al fin se puso su mascara negra que llegaba hasta la punta de su nariz, no tenia ningun detalle como la mia pero hacia juego perfectamente, se propuso a bajarse del auto, me coloque mi máscara y me dispuse a bajarme también, me jalo de la mano para que lo tomara por el brazo y caminamos hacia la enorme entrada del castillo, dos columnas paralelas de más de 4 metros de largo daban la bienvenida al castillo, lo que hacía a este diferente era que la entrada consistía en dos armaduras de caballero hechas de plata que sostenían dos escudos del mismo material, en el escudo se podía distinguir el distintivo de La Corte, un cuervo de plata con las alas extendidas era el símbolo de la corte, al verlo me encogí en mi y tropecé un poco hacía atrás pero el amo me empujo rápidamente hacia adelante sin decir nada y apresuró más el paso, los escudos de las armaduras se abrían hacia adentro simulando una puerta que te invitaba a cruzar y al hacerlo estábamos adentro.
El mármol del piso brillaba como un espejo, las paredes color crema relucían, la champaña no había sido abierta y mesas llenas de dulces, comida y bebida adornaban los costados, la música era clásica, solo para hacer ambiente, en el fondo había una especia de teatro, tan alto y grande como las columnas de afuera, el telón estaba cerrado y parecía que se preparaban para un espectáculo, había mesas con manteles blancos con sillas decoradas con adornos dorados que simulaban la hiedra del bosque y se podía evidenciar que los ricos mantenían una conversación bastante amena, el resto de las personas se encontraban en los alrededores, todos lucían elegantes, traían sus máscaras puestas lo que hacia difícil diferenciar quien era bruja y quien no.
Mi amo se abrió paso entre la gentes conmigo Apoyándome de su brazo derecho, pude divisar como en su brazo izquierdo se encontraba mi anillo, el anillo que me mantenía prisionera, me encogí en mi al verlo y mi amo se dio cuenta así que apresuro el paso haciéndome caminar torpemente entre la multitud. Mientras Caminábamos pude reconocer a algunas de mis hermanas que al igual que yo se encontraban juntos a sus amos que mantenían sus sonrisas hipócritas y aire de superioridad mientras hacían notar con la barbilla alzada sus joyas pude notar como unas en específico brillaban con una luz de color verde sobrenatural parecido a un aura pero pude sentir desde donde estaba que estaba repleta de oscuridad, esas eran, eran las joyas de las brujas que las mantenían encerradas al igual que la mía brillaban muy fuerte pero claro los humanos no podían notarlo, para ellos solo eran joyas comunes aunque los amos sabían que no eran para nada comunes.

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Esclavas
FantasySomos esclavas, víctimas de una cruel tiranía que nos ha usado para sus propios beneficios, tras siglos de torturas y servir a otros, había perdido mis esperanzas sobre la libertad. Un extraño y su hermana llegan al pueblo en busca de respuestas pa...