Esclavas

The Wendigo

Me encontraba frente al puente viejo, creí que se caería en cualquier momento cuando me dispuse a cruzarlo, del otro lado del puente se hallaba un camino descuidado cubierto por hierbas y maleza, pero antes de cruzar ese camino había un letrero antiguo con una simple inscripción.

"Si eres humano, no te acerques más. Hay un Wendigo".

Atlántico ya me había advertido con su creación de cristal acerca de este Wendigo, aunque yo no sabía lo que era, si colocan tantas advertencias sobre este ser es mejor hacerle caso; pero claro, eso decía mi lado racional, que me diera media vuelta y buscará una mejor idea, o volviera cuando mi hermana se sintiera mejor al menos sus poderes de luz me podrían ayudar.

Pero el tiempo no estaba de mi lado, el amanecer me confirmaba este hecho, mi hermana cada día se deterioraba de gran manera y yo no tenía forma humana de ayudarla, porque su problema no era humano. Respire hondo tratando de calmar mi corazón lo más que pude y di los siguientes pasos hacia el camino que me adentraba al bosque.

La bruma se tornaba densa a medida que avanzaba, ya había amanecido por lo que sabía pero aquí estaba tan oscuro como si fuera la misma noche, no sabía cómo iba a encontrar a Hayden pero tenía la impresión de que algo me observaba, ella tenía magia después de todo, no le tomaría mucho darse cuenta que estaba aquí ¿O si?. Continúe caminando como pude, pero el camino se volvió más denso, lo árboles eran cada vez más altos a mi parecer y había algo en este bosque que me helaba la sangre, el crujir de las ramas, el sonido de los cuervos, o las espesura de los árboles que se unían unos con otros en las copas, hacia difícil que entrara la luz del día y dificultaba mi visión; no quería admitirlo pero estaba completamente perdido en ese momento.
En ese momento escuché un crujir de ramas a mi alrededor como si estuvieran dando pasos hacia mi a su vez que los pasos eran acompañados por un tintinear de cadenas como si esta persona estuviera arrastrando algo , me congelé, mis piernas no querían seguir andando y todo mi cuerpo se tenso.

-"Humano, ¿No leíste el letrero?".- Una voz sonaba de todos los lugares a la vez, no había un punto específico de donde viniera esa voz.

-"Ssi... Si... Si lo leí. Pe... pero estoy buscando a una amiga".- Tartamudeaba, ¿Amiga? Bueno no estaba pensando mucho en mis palabras, estaba asustado.

-"No hay amigos en el bosque de niebla, mejor dime qué buscas aquí, tienes una oportunidad para irte todavía".- Hablaba está persona, era un hombre, pero su voz, lúgubre y cansada no me daba pistas para más que eso.

-"Hayden me dio una hoja... Me me dijo que la encontrará aquí, me me me guío".- Diablos, debía controlarme.

De repente los pasos que había escuchado venir a mi de todas direcciones se tornaron en un solo par de pisadas hacia mi dirección, un crujir de cadenas acompañaban sus paso, pero no fue hasta que lo tuve a una distancia prudencial que pude divisar por completo su silueta, a pesar de que no me dejaba ver su rostro. Era un chico, se veía descuidado, como si no hubiera comido bien en años y era más alto que yo, pero traía un suéter cuya capucha no me dejaba ver su rostro, traía unos shorts roidos y se encontraba descalzo, sus piernas que era lo único que podía ver, no me dejaba ver el color de su piel, estaba cubierto de mugre en todo su cuerpo y... ¿Sangre? Espero que no, sus pies descalzos traían cadenas que los agarraban en cada tobillo y a diferencia de las brujas estás las veía claramente.

-"¿Hayden dices? ¿Eres el chico que mi señora anuncio que vendría?".- Pregunto, ahora su voz no sonaba tan lúgubre, más bien agotada de la vida misma.

El chico se fue acercando, hasta estar a escasos metros de mi, pero aún así mantenía cierta distancia. Pero cuando lo pude observar mejor me di cuenta que no era solo la capucha, una máscara negra cubría solo su boca, parecía que le molestaba sin embargo no hacía ningún ademán para tratar de quitársela, pero ya entendí porque su voz sonaba así; me observaba y sus ojos eran rojos intenso, sus cuencas estaban hundidas y había una mirada en su rostro... De hambre.