Viernes

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Este pequeño fic participa en la primera PrinceBlack Week, una semana completa dedicada a la bella pareja Severus Snape/Regulus Black.

El prompt del tercer día era Países diferentes, y como las reglas no dicen lo contrario ¡Aún pueden participar! Con un fic, dibujo o cualquier cosa. Para más información pueden ir a la página de Facebook ''PrinceBlack Week''

Nota: ninguno de los 7 oneshots/drabbles estará relacionado entre si al menos que yo diga lo contrario. ¡Disfruten!

Advertencia: Juro que no estaba escuchando a Sin Bandera

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Cientos de kilómetros

—Te echo de menos —la voz de Regulus suena un poco cortada en su inmenso intento de mostrarse fuerte a pesar de que quiere echarse a llorar como un niño frente a la cámara. Su expresión triste y las lágrimas que brillan en sus ojos no ayudan mucho a Severus que desde el primer momento en que aceptó la Beca fuera de Inglaterra se sentía culpable de dejar a su novio atrás.

—También te echo de menos —dice sonriendo suave tratando de animarle pero el joven no le regresa la sonrisa.

Sólo con Regulus se permite mostrarse tan vulnerable como para admitir tal cosa, sin embargo se contiene de mostrar su propia tristeza pues lo último que necesita es deprimir más a su novio. Para ambos fue difícil el separarse, pero simplemente no podía negar la Beca que le fue otorgada para realizar sus estudios de Bioquímica Molecular en la prestigiosa Universidad francesa que se la ofreció; técnicamente, tanto Severus como Regulus podrían tomar un tren y visitarse pero ni Severus quiere perder un segundo en sus estudios, ni Regulus quiere distraerlo de ello por lo que simplemente se conforman con verse por medio de videollamadas.

—¿Todavía te falta mucho? —Regulus frota sus ojos para alejar las lágrimas de estos y le sonríe al hombre logrando que este suspire aliviado por el ligero cambio de tema.

—Estoy casi terminando el reporte que debo entregar de la investigación de esta semana —Severus le sonríe de regreso y se gira un poco para buscar algunos papeles que tiene permitido mostrarle a cualquier persona fuera del equipo.

Regulus le observa curioso desde su lado de la cámara y no puede evitar sonreír al ver detrás de Severus, un poco difuso por la distancia entre la computadora y el anaquel tras el hombre, la pequeña figurilla con un ángel que le regaló en su primera cita con un bonito medallón envuelto en sus alas que también le regaló antes de que Severus se marchara. Para que algo los uniera le había dicho ese día y no va a negar que su corazón se siente más liviano al ver que Severus lo tiene en un lugar donde fácilmente lo verá mientras trabaja o incluso al llegar al pequeño departamento dónde se está quedando.

El moreno se endereza y empieza a explicarle un montón de cosas que Regulus no entiende pero que aprecia su novio comparta con él. A veces duraban semanas sin verse pero con momentos como esos valía la pena que estuvieran a cientos de kilómetros el uno del otro, aunque no fuera de esa forma.

El Murciélago y la SerpienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora