Domingo

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Este pequeño fic participa en la primera PrinceBlack Week, una semana completa dedicada a la bella pareja Severus Snape/Regulus Black.

El prompt del quinto día es Ataduras, y como las reglas no dicen lo contrario ¡Aún pueden participar! Con un fic, dibujo o cualquier cosa. Para más información pueden ir a la página de Facebook ''PrinceBlack Week''

Nota: ninguno de los 7 oneshots/drabbles estará relacionado entre si al menos que yo diga lo contrario. ¡Disfruten!

Advertencia: mención de BDSM (o al menos el Bondage)

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Curiosidad

Severus pasa sus manos por el cuerpo de su esposo acariciando la tersa piel enrojecida por las largas tiras de cuero, la expresión de paz en el rostro de Regulus le hace sonreír con satisfacción. Deja suaves besos en sus hombros mientras retira las ataduras con mucho cuidado de no hacerlo muy rápido para no provocar más irritación, esta vez indeseada, en él.

Un día Regulus llegó con un folleto de una tienda que se encontró en el Mundo Muggle cuando hacía unas compras para el cumpleaños de Sirius diciendo que quería probar lo que allí decía; al principio Severus dudó de hacerlo pero ante las insistencia de Regulus no le quedó de otra más que aceptar, juntos se embarcaron en las investigaciones pertinentes del tema e incluso asistieron a algunos talleres que Muggles más expertos que ellos en el tema y dispuestos a compartir su experiencia daban para primerizos en el ''arte'' de sus prácticas. Para su sorpresa no eran los únicos magos interesados en el tema pero nunca se acercaron a los otros, para ellos lo que hagan en la privacidad de su hogar no es de la incumbencia de nadie.

—Hablame pequeño —dice en un tono suave tomando una poción para aliviar el ardor al menos un poco, luego de mucho discutirlo Regulus había accedido a que Severus lo hiciera luego de las sesiones que incluyeran las ataduras o las flagelaciones siempre y cuando no intentara borrar las marcas.

—Me siento en paz, Señor —dice el más joven algo ronco pero la sonrisa no desaparece de su rostro—, listo para lo que siga y usted desee.

Severus sonríe y lo alza en brazos caminando al sofá que habían instalado en las mazmorras, les estaban dando un uso muy placentero al lugar y para su satisfacción sabe que de estar vivos a Walburga y Orión Black les daría un infarto de saber lo que hacía con su hijo en el oscuro lugar. De hecho a veces Regulus se paseaba por la casa con nada más que un calzoncillo y una túnica algo transparente solo para mostrar las marcas que adornaban su cuerpo por semanas con el orgullo de un sumiso natural, entregado a las decisiones de su Señor.

—Es todo por hoy pequeño —Severus besa su frente sentándose con él en su regazo y le entrega una botella de agua. Regulus abre los ojos y toma la botella bebiéndola con rápidez hasta dejarla vacia, Severus le da otra antes de darle una poción restauradora que el joven se bebe sin dudar.

Satisfecho Regulus se acurruca en su pecho suspirando suave sintiéndose adormilado con el ritmo suave de los latidos del corazón de su esposo; si bien son unos novatos en todo el tema siente que son naturales en todo lo que hacen. No puede esperar para avanzar al siguiente nivel de su pequeño experimento pero puede esperar perfectamente todo el tiempo que Severus desee mientras se preparan, no sólo mentalmente sino también en la información necesaria para ello. Mientras el sueño lo arrastra con el suave arrullo del pecho de Severus se recuerda enviarle un regalo a la amable chica de la tienda que le entregó el folleto que cambio sus vidas.

El Murciélago y la SerpienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora