Sábado

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Este pequeño fic participa en la primera PrinceBlack Week, una semana completa dedicada a la bella pareja Severus Snape/Regulus Black.

El prompt del cuarto día era Mascotas, y como las reglas no dicen lo contrario ¡Aún pueden participar! Con un fic, dibujo o cualquier cosa. Para más información pueden ir a la página de Facebook ''PrinceBlack Week''

Nota: ninguno de los 7 oneshots/drabbles estará relacionado entre si al menos que yo diga lo contrario. ¡Disfruten!

Advertencia: Juro que traté de no atrasarme pero... es lo que hay

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Severus

Severus entra en su hogar agotado por el trabajo, odia con toda pasión a sus compañeros, pero aún no se ha ganado la confianza suficiente de sus jefes como para prescindir de un equipo de trabajo en el laboratorio, solo debe esperar unos años más siempre se recuerda para no asesinar ''accidentalmente'' a sus incompetentes compañeros. Deja sus cosas en su lugar y está a punto de llamar a Regulus cuando ve una mancha recostada en su sofá favorito, parpadea para asegurarse que no hay nada malo con su vista y con ello logra identificar que la mancha no es nada más que un gato negro.

Frunce el ceño pensando que tal vez el gato de algún vecino se había colado a la casa para hacer desastres, pero sabe que nadie en la redonda tiene un animal de este tipo, había perros y canarios, incluso uno muy excéntrico tenía una iguana pero nadie era poseedor de un gato. Se acerca al animal dispuesto a tomarlo cuando este alza su cabeza y hace un ruido amenazante inmediatamente en guardia con el lomo arqueado agitando su cola.

—¡Severus! —para sorpresa del hombre el gato se relaja y salta del sofá a los brazos de su esposo acurrucándose allí dejando escapar suaves ronroneos.

Severus parpadea notando que el gato no es negro por completo, su vientre y la punta de su cola es de un suave blanco que no había notado en su pequeño ''altercado'' con el animal. Desvia la vista de la criatura a su pareja alzando una ceja a la espera de una explicación.

—Sevy, veo que ya conociste a Severus —el hombre sonríe emocionado haciendo cariños tras las orejas del gato que no deja de ronronear, sin embargo cuando Regulus se acerca a él ''Severus'' rasguña el aire hacia él haciéndole retroceder un paso—. Severus, basta —Regulus lo baja y lo empuja suave.

Molesto por perder su atención el gato camina alzando su cola con prepotencia hacia una de las habitaciones; el hombre lo ve irse entrecerrando los ojos y luego se gira hacia su esposo cruzándose de brazos. Regulus lo mira sonriendo inocente.

—¿Qué? Me dijiste que podía tener una mascota —Regulus se acerca y pasa sus brazos por sus hombros—, lo vi y pensé en ti. Es todo un gruñón y frunce la nariz como lo haces tú.

—¿A qué rayos te refieres? —Severus frunce el ceño y la nariz molesto pero lo envuelve en sus brazos inmediatamente sin dudar; su expresión le hace soltar una carcajada al hombre mientras niega y lo besa.

—Pronto se llevarán bien, ya verás —asegura el menor besándolo antes de soltarse para arrastrarlo a la cocina—. Terminé temprano de trabajar así que hice la cena.

Severus lo sigue aún rumiando entre dientes por la presencia del animal, sin embargo, si el gato logra que su pareja esté tan alegre siempre puede que lo pase por alto. Luego hablarían del nombre escogido por su esposo.

El Murciélago y la SerpienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora