3. Dan.

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Suena la canción Find You de Nick Jonas en mi movil, indicando que es hora de levantarme. Son las dos y media de la tarde y hoy tengo que ir al Ikea para seguir amueblando el apartamento antes de irme a trabajar.

Me levanto de la cama mientras pongo música en los altavoces del salón. Dejo que The Neighbourhood inunde mis oídos mientras pongo agua a hervir para hacerme unos macarrones. Mientras que el agua se calienta me voy a la ducha, y decido no lavarme el pelo ya que lo tengo bastante bien de anoche. Tras enjabonarme y depilarme, salgo en toalla hacia la cocina y echo los macarrones en la olla ya hirviendo. Les doy un par de vueltas y voy hacia mi vestidor a ponerme ropa limpia. Decido ponerme unos vaqueros azules rotos por las rodillas, una camiseta de tirantes negra y una americana del mismo color. Decido calzarme con unas converse negras y me pongo un reloj en la muñeca izquierda y un collar que me regaló Caleb antes de irme. También decido ponerme otro que me regaló Kiara, mi exnovia fallecida, de un candado. Me echo agua en el pelo y empiezo a comer.

Esta tienda me pone de los nervios, me parece tan... familiar. Siempre he odiado Ikea, pero ahora más ya que lo tengo que hacer todo sola. Apenas me he comprado un par de cosas, como el canapé de la cama, una mesita de café para el salón y un mueble que hace función de isla para la cocina. Decido que ya vendré otro día, por ahora es suficiente.

Dejo todas las cajas a un lado cuando cuando acabo de montar todo, y un pitido suena en la sala junto con la iluminación de la pantalla de mi móvil. Un mensaje.

Alex: Bodega, 2 a.m. No llegues tarde.

La bodega es donde nos reunimos casi todas las noches. Vale, tengo hasta las dos de la mañana para hacer lo que yo quiera. Aprovecharé para visitar un poco la ciudad, y a lo mejor con suerte puedo pillar algo de marihuana. Solo para probar la de Miami. De todas formas no es que yo la consuma todos los días, pero es importante para la banda. Si descubrimos que hay alguien que la pasa mas barata y de mejor calidad, tenemos que arreglarlo. Tras dar un largo paseo por Bayfront Park, decido ir a un museo de arte. Cuando iba al instituto quería hacer algo relacionado con el arte. Se me da bastante bien dibujar.

Me enciendo un cigarro al salir y me quedo mirando una librería bastante bonita. Al acabar el cigarro me doy cuenta de que se me está haciendo tarde, así que decido volver a casa. Pido una pizza con piña para cenar y a las doce salgo de casa para ir con tiempo.

Llego mucho antes de lo que me esperaba, por lo que decido mandarle un mensaje a Alex para decirle si vamos a tomar algo por aquí cerca mientras hacemos tiempo. Vamos a un bar con demasiada gente para mi gusto, pero conseguimos una mesa. Él se pide una cerveza y yo una Coca-Cola

–Styles nos contó lo que pasó anoche entre vosotros. ¿Por qué no le diste una hostia más grande?– ambos reímos y bebe de su vaso.

–Se lo merecía, pero me dió pena verle en el suelo con esa cara destrozada. Ya la tenía bastante mal como para dejársela peor.

–Sabes, lo dejó hace poco con su novia. Desde entonces lo intenta con todas, y las pobres ingenuas se creen que van a tener su historia de amor con un chico malo. Me alegro de que tú no hayas caído a la primera.

–Ni voy a caer, Alex– bebo de mi vaso y sigo– no es mi tipo.

–¿Y cómo son tu tipo?– Dice guiñándome un ojo, sé que lo hace de broma, así que río con él.

–Con vagina.

Ambos reímos y entonces, un chico alto, rubio, y de ojos azules nos interrumpe.

–Alex, tío, cuanto tiempo– El chico dice, y Alex se levanta a saludarlo.

–Si tío, ¿Qué hay de ti? Desde que te mudaste no he sabido nada de tí. ¿Cómo está tu madre? ¿Y tu hermana?

Undercover.| h.s |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora