Los rayos del sol filtrándose por las cortinas hacen que me despierte. Noto un ambiente diferente, un buen ambiente.
Al abrir los ojos me encuentro con el torso tatuado de Harry, y le miro la cara. Tiene expresión de paz, esa que no pone nunca cuando está despierto. Está muy guapo, pienso, e instantáneamente se me dibuja una sonrisa en la cara. Los recuerdos de anoche inundan mi cabeza. Cómo de acariciaba, cómo me tocaba, cómo me besaba, cómo me quería. Tras haber intentado dormir unas horas, no lo conseguíamos, y decidimos entretenernos de otra manera.
Busco con la mirada mi ropa por el suelo, e intento levantarme haciendo el menor ruido posible. Tras ponerme la ropa interior y unos pantalones, salgo de la habitación. Alex está sentado en el sofá escribiendo algo en uno de los cuadernos que le dejé, y teclea algo con rapidez en el portátil.
– Buenos días–me dirijo a la cocina y me mira–¿Has hecho café? Muchas gracias.
– Es lo menos que puedo hacer. – ríe–Por cierto, llamó alguien a la puerta esta mañana. Dejó esto para ti.
Señala un paquete encima de la mesa del comedor.
– ¿Qué es?–le miro, y se encoge de hombros. Cojo un cuchillo de la cocina y rajo la cinta aislante que hay para cerrarla. Al abrirlo lo primero que veo es un sobre, que supongo que tiene una carta en su interior. Lo saco y lo dejo encima de la mesa, para leerlo después. Quito unos cuantos papeles y me encuentro con una foto enmarcada. –Me cago en la puta.
– ¿Qué pasa?–dice Alex mientras se levanta–¿Qué es?
Le muestro la foto, y sabe quienes son, ya que le conté la historia entera hace unos días.
– ¿Y éste cómo sabe mi nueva dirección?
– Igual se lo ha dicho tu madre. Quién sabe.
Sigo observando la foto. aparecemos Olivia, Noah y yo. Ese día fue el primer verano que pasamos juntos los tres. Eramos mejores amigos, y tras la muerte de Olivia, Noah y yo no volvimos a hablar. Siempre me ha culpado de su muerte, y no entiendo porqué me manda esto ahora. Miro el sobre que dejé apartado, y lo cojo. Lo abro, con bastante miedo, y me atrevo a leer.
Hola Layla,
Sé que ha pasado mucho tiempo desde que nos distanciamos, y no me he arrepentido más de otra cosa. es cierto que la muerte de nuestra chica nos dolió, pero no fue justo por mi parte culparte de nada. Tú no hiciste nada, y no podrías haberlo evitado. Lo siento por haber estado tantos años distanciados por mi culpa. Me estoy mudando a Nueva York y recogiendo las cosas encontré esta foto. Supongo que te acordarás de ese día, o de ese verano. Fue el mejor verano de mi vida. Muchas gracias por todo, y espero que algún día puedas perdonarme.
Espero que te vaya bien. Un abrazo, Noah.
P.D: Tu madre me dio tu dirección, recuerda que seguimos siendo vecinos.
No sabía como reaccionar. Me imaginaba que esto podría ser de cualquier persona, pero no suya. Hacía años que no nos hablábamos, justo por eso, por la muerte de mi querida Olivia. La extrañaba tanto... Pero tengo que seguir haciendo mi vida.
La puerta de mi habitación se abre, y sale Harry, aún adormilado, con cara de dormido. Recojo esto con rapidez, y dejo el marco de la foto al lado de la televisión. Styles sigue mis movimientos con la mirada y cuando me giro a mirarle, nos sonreimos.
– ¿Qué me he perdido?–dice riendo. Se queda en silencio y mientras nosotros nos seguimos riendo, él se pone serio.–No. No, no, no, no. No ¿No?
Harry y yo reímos y se prepara un café, dejando uno más en la mesa para mí. Lo cojo y le susurro un gracias al pasar por detrás suyo.
– No hay quien os entienda–dice Alex–Un día os matáis si estáis dos minutos juntos, y otro vais de la manita. Qué asco dais.
Nos sentamos el uno al lado del otro en el sofá, y mientras Alex sigue haciendo trabajo de investigación en el portátil yo leo, y Harry repasa las formas de mis tatuajes en el brazo.
Caleb se levanta y se prepara un desayuno, aunque ya es casi la hora de comer. Se sienta en uno de los sillones y enciende la televisión, para poner unos dibujos que veíamos de pequeños. Cuando Alex se queja de que tiene hambre, decidimos ir a comer fuera, ya que es él el que invita. Me dirijo a mi habitación para vestirme y cuando voy a cerrarla puerta, una mano me lo impide.
– ¿Podemos hablar?–Pide Harry. asiento con la cabeza y cierra la puerta cuidadosamente–No sé cómo empezar. Yo... ¿Qué somos?
– Pues, no tengo ni idea–río nerviosa–Novios no, ni lo sueñes. Pero si que es verdad que hay... algo, ¿no?
Asiente con la cabeza, y lo siguiente que hace es acercarse a mi poco a poco. Le miro a los ojos, sus preciosos ojos, que hace que me pierda en ellos. Entonces le beso, porque lo necesitaba. Me arde el pecho. Noto como mi corazón late cada vez más fuerte, y temo porque él también lo haga.
Cuando nos separamos nos quedamos abrazados un tiempo, noa separamos y me sonríe pícaramente. Me coge en brazos, dejando mi estómago en su hombro y empieza a dar vueltas. Sólo se escuchan nuestras carcajadas y decide tirarme a la cama.
– Para, para por favor – digo entre risas. Abre mis piernas y se coloca entre ellas – No puedo respirar, Harry por favor.
Empieza a darme besos por los hombros y va bajando. Cuando llega a la cinturilla de mis pantalones cortos vuelve a subir hasta el cuello, terminando en mi boca. Sus manos acarician mis costados y sigue dando besos por todo mi cuerpo, pero la puerta se abre, dejando ver a Caleb tras ella.
– Perdón, yo... Nos vamos ya.
-Mi hermano tan oportuno como siempre.
-Sí- ríe- ahora me has dejado con las ganas.
-¿Yo?- río indignada
-Sí, tú, guapa.
Me acerco a él juguetona, mientras desabrocho mi sujetador.
-Una pena- le doy un casto beso en los labios mientras me quito el resto de mi ropa y me acerco a la puerta del baño. –Me voy a dar una ducha. ¿Vienes?
Styles se queda embobado mirándome, por lo que le cuesta reaccionar.
-S... Sí, sí. Claro que sí.
Se acerca rápidamente a mi y me coge en brazos, cerrando la puerta del baño con el pie mientras devora mi boca, y yo entierro mis manos en su largo y sedoso pelo.
Cuando Alex empieza a gritar, nos damos prisa y salimos del baño lo antes posible. Decidimos ir a un bar que está en frente de nuestro lugar de reuniones, La Bodega. La mesa en la que estamos tiene una bonita cristalera al lado, que nos permite ver la puerta principal, así que si alguien entra o sale por aquí, sabríamos quién es. Caleb y yo nos sentamos juntos, y Harry y Alex en frente nuestra. La camarera nos da la carta del restaurante y pedimos una comida ligera, excepto mi hermano, que pide una buena hamburguesa con patatas. Pongo uno de mis pies entre las piernas de Harry, para calentarle y yo entretenerme. Lo agarra y tira de él haciendo que me resbalo en mi asiento, por lo que puedo llegar mejor a su entrepierna. Me termino cansando y me vuelvo a incorporar cuando Alex empieza a hablar de temas más serios.
-Acaba de aparcar un coche ahí- Ninguno, excepto Caleb, miramos, ya que sería muy cantoso- Caleb, tío, si no miramos es por algo.
Mi hermano se pone tenso, así que le agarro su mano derecha por debajo de la mesa, y psa su brazo izquierdo por mis hombros, dejándolo ahí.
Bajan del coche dos hombres con aspectos similares: traje de color negro, camisa blanca, corbata y zapatos negros, a juego con las gafas de sol. Cierran el coche y se dirigen a la entrada de la pequeña cafetería. Se sientan en la barra, y piden un café. Para no levantar sospechas empezamos a hablar de temas bastante absurdos, como de nuestro animal favorito.
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Undercover.| h.s |
FanfictionLayla, recién llegada a Miami, entra en su nueva banda de narcotraficantes, encontrándose con Harry. Su oscuro pasado será descubierto y todo saldrá a la luz. Historia mía original.