Dark Paradise || Luke Hemmings ||

📱7📱

Acostada a mitad de la noche mirando el techo.

Brooke repetía el mensaje uno y otra y otra y otra vez.

Extrañaba su voz.

Aquellas cintas lo mantenían vivo en el momento.

Poco a poco, sentía que sus ojos se iban cerrando.

Se sentía cansada, como siempre.

Su celular comenzó a vibrar, causando que la voz de Luke parara. Una llamada entrante.

La castaña estaba a nada de contestar, pero vio el nombre de su novio en la pantalla y decidió esperar por si era otro mensaje.

Dejó de vibrar y se apagó.

La pantalla volvió a brillar, ahora mostrando una nueva notificación en la pantalla de bloqueo.

"Tienes un nuevo mensaje en tu buzón de voz"

Su corazón se aceleró. Dudó en presionar el botón para escucharlo.

Si lo presionaba, escucharía su voz de una vez, pero ya no tendría ese mismo sentimiento de emoción.

Si no lo hacía, permanecería con la duda.

No lo pensó y más y simplemente dejó que la voz de Luke reemplazara el silencio de su habitación.

"Sé que mencioné los viernes de mensajes, pero sabía que no te podrías resistir. Así que...- se escuchó como hacía ese torpe intento de sonido de redoble de tambores. Eso provocó una sonrisa por parte de la joven.-¡Aquí está tu primer mensaje! O bueno, la parte uno. Como sea, me tengo que apresurar. Bien, quiero que vayas a la escuela, ya es hora de que te deshagas de tu hermoso pijama gris y te pongas la misma ropa que usaste el día que nos conocimos. Quiero que en cada clase te envíes mensajes con Emily, Jenna y Hillary, como siempre lo haz hecho. Ésta vez quiero que les mandes los mismos mensajes que ese día, hablen de mí. Haz todo lo posible por revivir ese día en tu imaginación."

Brooke estaba a nada de lanzar el aparato por la ventana.

¿De verdad la creía tan fuerte como para hacer eso?

Pero era lo que quería Luke.

Que ella sea la persona más fuerte que sea posible.

Haría un esfuerzo.

Por él.

Incluso por ella misma.

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Una pantiblusa gris con mangas largas, sus jeans oscuros, botas negras y su abrigo negro.

El atuendo con el que conoció al rubio.

¿Quién dijera que volvería a usar ese conjunto después de que él muriera?

Brooke jamás lo hubiese pensado.

Mucho menos en llevarlo a su primer día de escuela.

El último año debía de ser el más emocionante en la vida de un adolescente.

Debía.