Ian estaba durmiendo tranquilamente en el sillón con solo la ropa interior puesta,después de una larga fiesta llena de alcohol,drogas y sexo,sobre todo lo último.
Estaba tan tranquilo,que sus ronquidos casi se oían por toda la casa.
La casa estaba hecha un desastre,cosas tiradas en el suelo,manchas en las paredes,botellas de alcohol tiradas por ahí,y una que otra cosa rota.
— ¡Papá! — Aquel Yelli de 7 años no tenía ni idea de que había pasado anoche,tan solo sé quedo en su habitación escuchando música hasta que se quedó dormido,y tal vez eso fue lo mejor que le pudo haber pasado.
— ¿Eh?...— Ian empezaba a despertar,bostezando y viendo a su hijo,sonriendo.
— ¿Q-Que pasa,hijo? — Dijo con la voz apagada al recién haber despertado.
— ¡Llegamos tarde a la escuela! — Dijo,entre nervioso y preocupado,Ian abriendo los ojos como platos y levantándose de golpe,quejándose al sentir todo su cuerpo adolorido.
— ¡Rápido!,¡Pásame mi ropa!— Ordenó,Yelli agarrando una de las muchas playeras rosas y shorts de mezclilla que tenía y lanzandoselos a la cara.
— ¡Gracias! — Dijo sin importarle mucho eso,comenzando a vestirse y notando que la ropa olía a limpia,un poco extrañado por eso,pero tenía cosas más importantes en que pensar.
Rápidamente,Ian se puso unos calcetines blancos que ni siquiera estaba seguro que si eran suyos y sus sandalias que estaban en el suelo,sin importarle lo mal visto que era eso.
— ¡Tengo que hacer tu desayuno,no puedes ir así a la escuela! — Ian corrió hacia la cocina,solo para encontrarse un plato vacío y otro con huevos revueltos en medio de un desastre.
— ¡Ya desayuné y te hice el desayuno!,¡Come rápido y vámonos! — Yelli le gritó desde la sala,Ian sin pensarlo dos veces y casi comiéndose todo de un bocado.
— ¿¡Desde cuándo sabes cocinar?! — Ian aún tenía el bocado en la boca.
— ¡Eso no importa,apúrate! — Yelli estaba desesperandose,Ian tragandolo todo sin haberlo masticado bien y tosiendo un poco,corriendo hacia la salida con su hijo y subiendo al auto que estaba afuera, rápidamente arrancando el auto.
— ¡Espera,no te has puesto el cinturón! — Dijo Yelli en el asiento de atrás.
—¡No hay tiempo para cinturones! — Ian estaba igual de desesperado,tal vez pasando el límite de velocidad solo para llegar a la escuela del niño.
De repente,Yelli miró a alguien conocido por la ventana.
— ¡Retrocede,papá! — Ian solo paro el auto,mirando a su hijo.
— ¡¿Qué pasa?! — Ian estaba desesperado,hasta que Yelli bajo la ventana del auto para ver a su amigo,Jack.
— ¡Hey,Jack!,¿Qué haces aquí? — Preguntó,Jack mirándolo con el uniforme de la escuela y riendo un poco.
— ¿Que no sabías?,¡Suspendieron las clases por una plaga de ratas! — Dijo,Yelli soltando un "Oh" de realización e Ian solo chocando la cabeza suavemente con el volante.
— B-Bueno,que mal,supongo...oye,¿Y no quieres venir a casa para jugar un rato? — Yelli se veía más feliz,asomando la cabeza por la ventana.
— No puedo,estoy haciendo las compras con el Sr. Rapint...— Dijo,levantando unas bolsas con comida.
— Oh,y-ya veo...— Yelli sintió un escalofrío al oír ese nombre,metiendo su cabeza de nuevo al auto.
— Bueno,¡Me tengo que ir ahora o el Sr.Rapint se enfadara!,¡Adiós! — Jack se fue,Yelli suspirando y cerrando la ventana del auto.
— Mejor volvamos a casa...— Dijo,Ian mirándolo algo preocupado,pero al final,solo arrancó el auto para volver a su hogar.
Luego de unos minutos,regresaron a casa,Yelli bajando primero y después Ian,este un poco más apresurado.
— Tengo que limpiar todo este desastre...— Dijo,abriendo la puerta de la casa.
— ¡Yo te ayudo!,¡Iré por las cosas para limpiar! — Dijo Yelli,recuperando su sonrisa y corriendo escaleras abajo.
Ian lo vio partir,con una expresión seria en su rostro.
No era posible que su hijo se haya vuelto más responsable que el...
Pero bueno...tal vez eso era algo bueno,aunque el también tenía que dar de su parte como padre.
Simplemente,no dijo nada,esperando a que su hijo llegará para empezar a limpiar.
Y finalmente,el trabajo duro empezó.
— Vaya...mucha gente olvidó cosas aquí...— Dijo Yelli,levantando una corbata verde con lunares negros.
— Si,creo que ni siquiera conozco a la mitad de personas que vinieron acá...— Dijo Ian,corroborando lo que dijo al recoger una cinta con orejas de gato roja.
— Vaya,que desastre...— Los dos siguieron su larga y difícil tarea,encontrando todo tipo de cosas,desde lentes redondos hasta teclados,literales.
Después de unas...5 horas,lograron limpiar cada rincón de la casa, terminando rendidos en el sillón.
— Vaya...creo que está ha sido la fiesta más alocada y difícil de limpiar que he tenido...— Comento Ian,mirando a su hijo,el cual estaba jadeando mientras recuperaba el aliento.
Ninguno de los dos dijo nada por un rato,Ian solo mirando a su hijo.
— ...Gracias...Yelli...por hacer tanto por mi...— Ian abrazo a su hijo contra su pecho,recordando la vez que limpio su ropa y le hizo el desayuno.
Su hijo ya se estaba haciendo un adulto.
Yelli lo miro,algo desconcertado.
No... sabía por qué le agradecía de esa manera,se supone que él debía agradecerle a su padre.
Pero tal vez...su padre aún no madurado lo suficiente.
Aún así...correspondio al abrazo,al sentir lo cálido y amoroso que era.
Ese lazo de padre e hijo nunca iba a acabar,por cada cosa que tratará de separarlos.
Nunca.