— Fecha, 3 de enero de 2017, hora, 5:00 de la mañana, objetivo, investigación privada — Decía un hombre de melena castaña y ojos verdes a una grabadora en su mano, mientras que con la otra, remaba en un bote en el oscuro mar, dirigiéndose a donde parecía solo haber niebla.
— Un grupo de pescadores me brindo información sobre esta misteriosa isla llamada "Farwik", dijeron que han visto a varias personas remar hasta este punto en concreto, así que he venido para investigar la existencia de esta isla — Decía para la grabadora mientras remaba.
Pasaron varios minutos y parecía que no había nada más que niebla en el lugar, pero aún así, nunca detuvo su labor.
— Parece que está isla si está muy bien escondida...pero este reportero nunca se rinde — Sonrió de lado, guardando confianza para sí mismo para no terminar rindiendose.
Pasaron minutos, y minutos, y una media hora, y una hora, y aún no había absolutamente nada.
— E-Eh...¿será que me habré equivocado de camino? —El chico soltó una risa nerviosa y hasta fingida, ya bastante cansado de haber remado por tanto tiempo.
Cuando había perdido casi todas sus esperanzas, noto que la niebla estaba empezando a dispersarse.
De inmediato empezó a remar rápidamente, una sonrisa esperanzada formándose en su rostro.
Remo otros minutos hasta que...la verdad se reveló ante sus ojos.
No era una isla, si no un gigantesco bosque en medio del mar, con hermosas aves en los árboles y un sol brillante que apartaba toda la niebla.
Su sonrisa aumento, sus ojos mostraron un gran brillo y sus brazos comenzaron a mover los remos mucho más rápido para llegar al pequeño muelle que había ahí.
Cuando llegó al muelle, amarro su barco a un palo y piso tierra firme, rápidamente adentrándose al bosque sin dudarlo.
— Es impresionante...¡Un bosque en medio del mar! Parece...¡Un bosque de cuento de hadas! — Exclamó a su grabadora, sacando su cámara y tomando fotos a todo lo que observaba mientras caminaba para no perderse aquel maravilloso paisaje.
Siguió adentrado en el paraíso, hasta que se topó con seis caminos interrumpiendo su trayecto.
Todos los caminos tenían diseños distintos.
El primer camino era uno de color amarillo, el segundo estaba rodeado de flores hermosas, el tercero estaba hecho de mármol con dos estatuas pequeñas hechas de oro y con corazones forjados, el cuarto tenía nieve cubriendo el suelo y los árboles, el quinto era bastante más estrecho que los demás, y el sexto tan solo tenía letrero que decía "Bienvenido a Fantasy Town"
El hombre se quedó boquiabierto al ver eso, tomándose la barbilla para pensar cual camino tomar.
— Hm...yo creo que la primera opción siempre es la mejor opción...— Dijo, dando unos pasos hacia al camino amarillo.
Pero entonces, escucho unos ruidos en el camino de al lado, rápidamente volteando y alcanzando a distinguir a algo pequeño correr en dirección al camino en cuanto lo vio.
— ¡H-Hey, espera! — Le gritó, desviándose de su primera opción y persiguiendo a esa cosa que había visto, mientras escuchaba sus pequeños y rápidos pasos.
De repente, dejo de escuchar pasos, viendo a lo lejos una luz que iba incrementando cada vez más, hasta que el hombre salió y fue cegado por la luz del sol, que mientras su vista se aclaraba, fue viendo una especie de pueblo o villa, con personas extrañas y animales con ropa que caminaban, había tiendas, negocios, casas, e incluso autos que pasaban de vez en cuando.
El hombre estaba maravillado por lo que veía, una civilización peculiar escondida en el bosque, al parecer igual de avanzada que la suya.
El hombre se escondió detrás de un almacén que estaba cerca de la entrada, sacando su cámara de nuevo para tomar fotos al pueblo y a su civilización.
— ¿Q-Que haces? — El hombre dió un salto al escuchar esa voz tan cerca de el, y se llevó un susto peor al ver quien le había hablado.
Era un pequeño huevo con rostro y ropa puesta, parecía nervioso y asustado al ver la reacción del hombre.
— ¡A-Alejate! — Rápidamente, saco una pistola de su bolso, apuntandole al huevo con esta y el huevo, asustado, soltando un grito al reconocer aquella arma.
Todos los habitantes, al escuchar el grito se acercaron al oír el grito y vieron al humano, exclamando.
— ¡Alejense todos de mi! — El hombre, asustado, les apunto a todos , haciendo que retrocedieran.
— ¿O que? — Otro individuo apareció detrás de él, haciendo que el hombre se volteara rápidamente y le apuntara para disparar.
Pero...en cuanto vio a esa gansa con una mirada penetrante y seria, que casi podia atravesar su alma, se paralizó.
Comenzó a temblar, soltando la pistola y agarrando valor para salir huyendo de ahí, empujando a toda la gente que rodeaba el lugar.
Se dirigió a la salida, cruzando la calle, y entonces...
Un auto lo atropello, lanzándolo por los aires y chocando contra el almacén, rompiendo la puerta y quedando dentro de este.
Inmediatamente todos fueron a verlo, la gansa siendo de las primeras en entrar.
El cuerpo del hombre había quedado todo torcido, sus manos, sus piernas rotas, y su cuello, doblado, y un rastrillo había atravesado su cabeza, más en concreto, sus ojos.
Estaba muerto.
...
— Despierta — El cuerpo del hombre estaba en una mesa de metal, desnudo, con la piel grisácea, sus ojos habían sido retirados y su boca cortada para que se viera más grande.
— ...¿U-Uh?...— El hombre abrió sus párpados lentamente, con las cuencas vacías, llevando sus manos a su rostro, como para sentirlo.
— Hola, Crooked — Le dijo la gansa, sonriendo suavemente.
— ...¿Q-Quien es Crooked? — Preguntó, mirando a la gansa sin problema a pesar de la falta de ojos.
— Tu eres Crooked — Le respondió.
— ...N-No lo recuerdo...— Dijo, tomándose la cabeza.
— Eso es por qué acabas de nacer — Le dijo, posando su ala en su hombro.
— ¿N-Nacer?...— El chico abrió sus ojos completamente, mirando a la gansa.
— Si...yo soy tu madre, Crooked...yo te di la vida...— Le dijo, sonriéndole dulcemente.
— ...A-Agh...e-esto... m-me confunde...— El chico se tomó la cabeza con ambas manos, sintiendo un dolor en esta.
— Lo se...pasaste por un proceso difícil para nacer, sé que estás confundido...pero yo te ayudaré a superar a esto, te enseñaré todo lo que se y te cuidare como a mi vida...no, mucho más que eso. — Le dijo, tomándolo de ambos hombros.
— ...M-Madre...— Musitó, sonriendo suavemente y causando la misma reacción en la gansa.
— Hehe... también te prepare un regalo para recibirte — Le dijo, sacando una cámara y poniendola en sus manos.
— ¿Q-Que es esto?... — Preguntó, ladeando la cabeza de forma curiosa.
— Es una cámara, sirve para tomar fotos de cualquier cosa, y tenerlas retratadas para siempre...— Le respondió.
— Oh....— El hombre manipuló la cámara como si fuera un experto, entrando a la galería de esta, y viendo que no había ninguna foto.