Terror a la libertad

Capitulo 20. Recuerdos

La pregunta de Benjamin me había dejado pensativo...tanto, que no encontré las palabras adecuadas para responderle y solamente le dije:

-Todo llega a su debido momento o quizá simplemente no llega.

Benjamín siguió conduciendo de prisa sin decir ni una sola palabra, mientras yo, me quede con un nudo en la garganta y con miles de preguntas girando por mi cabeza; En dos oportunidades descubrí que estaba enamorado de Sarah, la primera sin duda fue en el momento más feliz de mi vida, cuando me asignaron gerente de la empresa y ella empezó a trabajar ahí siendo mi secretaria, le contaba mis dilemas y todas mis aventuras, había una conexión única, tanta, que en una noche en la que celebrábamos la firma más importante de la corporación en un Bar, entre risas y copas se da un momento tan mágico, tan intimo y tan cercano, que nos terminamos dando un apasionado beso frente a la barra...
La segunda vez fue en una situación muy penosa de mi vida que ella me ayudo a afrontar, no le importaba darme una y otra vez los mismos consejos, quedarse horas  y horas a mi lado cuando me encontraba rezando en la iglesia, hizo muchas horas extras porque realizaba el trabajo que a mi me tocaba, debido a que me quedaba ebrio en casa y no iba al trabajo, quizá por un momento hasta hizo cambiar mi mentalidad, cuando yo me encontraba obsesionado por hallar al maldito que atropello y asesino a mi hijo... no contaba con el apoyo de mi esposa, pues ella se fue de la casa insinuando que la muerte de nuestro hijo había sido culpa mía, algo que empeoró mi situación, porque aparte de que mi hijo había muerto, ella me señalaba a mi como el único responsable, y todavía recuerdo las palabras de Sarah que me hicieron desistir de esa búsqueda e intentar poco a poco retomar mi vida; estábamos discutiendo por llamada porque hace días no iba al trabajo y me dijo que estaba a pocas cuadras de mi casa, efectivamente llego pasados 3 minutos después de colgar la llamada y cuando ella tocó a mi puerta yo la recibí con mi escopeta en una mano y mi botella de Whisky en la otra , al verme en esa situación me dijo-"Que es lo que quieres ? Seguir aferrado a un problema sin solución? La vida no es como las matemáticas que intentando una y otra vez llegas a un resultado, que todo tiene solución, que de una manera u otra, el resultado no varía.No es así, no todo es como queremos, se logra, sí ! pero en el camino nuestras visiones y ambiciones cambian y por ende el resultado también lo hace Ernesto...No sé qué quieres conseguir con esta tortura si al fin y al cabo para ti la vida sigue, solo mírate ! Mucho tiempo he intentado ayudarte a hallar la paz que necesitas, pero si sigues cerrado en tus ideas y empeorando tu
situación como lo has estado haciendo, creo que me alejaré de ti"- me acarició dulcemente mi cabeza y salió dejando la puerta abierta... tal vez no le dio tiempo de cerrarla por salir deprisa a limpiarse las lágrimas que se le escurrían mientras me decía aquellas palabras.