|Capítulo 9|

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Ámbar

Estaba tan nerviosa hoy. Era mi cumpleaños y no podía sentirme bien, cómo las personas siempre están en su día especial. Pero para todo esto se tiene explicación; todo cumpleaños nunca paso con mis padres, siempre es mi madrina y yo, a veces,  me quedo con las chicas o Matteo. Pero no es lo mismo si mis papás estuviesen conmigo. Siempre me dió curiosidad saber quiénes son mis padres pero mi madrina nunca me lo dijo, esto es un asunto prohibido en está mansión.

Sé que soy adoptada por mí madrina, pero para otras personas estoy viviendo con ella en cuanto mis padres están en un viaje muy largo.

Esto me cansa pero, es mejor que piensen esto a que yo les de pena por ser una huérfana.

— ¡Ámbar! Estás hermosa, amiga — dijo Jazmín entrando a mi habitación y interrumpiendo mis pensamientos.

— Gracias — sonreí sin gracia alguna y miré a las dos que se encontraban a mi lado — alguna de ustedes me puede ayudar con el cierre — no les pregunté, les ordené.

Delfi vino detrás mío y lo cerro. Me quedó mirando con una sonrisa medio triste y noa entendí.

— Matteo todavía no llego, así que vas a tener que esperar unos minutos más para bajar — lo dijo casi en un susurro.

— ¡No lo puedo creer! — grité y ellas se alejaron, saben muy bien que no pueden estar cerca — él me va a escuchar mucho cuando llegue. ¡Le dije que fuera puntual! — agarré lo primero que vi al frente mío y lo tiré en la pared.

— Ámbar, cálmate, él va a llegar pronto — dijo Jaz con un intento de sonrisa. Rodé los ojos.

Mi día ya no estaba tan bueno y ahora Matteo me hace esto. Mi madrina va a regañarme por tardar a bajarme, a ella no le gusta la impuntualidad, y menos a mí. Todo está horrible en este cumpleaños.

— Voy a bajar, con o sin Matteo. Es mi cumpleaños y yo tengo que brillar — sonreí para el espejo y salí de la habitación con las chicas detrás mío.


Todos estaban en mi fiesta. Los chicos del Roller, del Blake. Todo estaba perfecto, si Matteo estuviera acá estaría mejor, pero tal parece que él tenía algo mucho mejor que hacer. Por lo menos Lunita y su amiga, Nina, no se encontraban en la fiesta. Eso ya es un comienzo.

Cuando bajé completamente mi madrina vino a saludarme con una gran sonrisa. Me alegré. Hace tiempo que ella no me mira así.

— Feliz cumpleaños, Ámbar — lo dijo seguido de un abrazo — este es tu regalo, espero y te guste — me entregó una cajita con collar  hermoso pero no me gustó. Era oro rosado.

— Gracias, madrina. Es hermoso — le sonreí y dejé el regalo a un lado — buenas noches a todos — dije bien alto para que todos me escuchasen — espero que estén disfrutando y, me alegro por la presencia de todos — sonreí y fui con mis amigas seguidos de algunos elogios.

Busqué Matteo por todo lado y no lo encontré. ¿Como pudo dejarme sola en el día de mi cumpleaños?

Estaba tan concentrada en mis pensamientos que no me di cuenta que Simón estaba al frente mío con flores en sus manos. Eran bellas, pero espero que no sean para mí.

— Hola, chicas —  saludó los tres chicos de la Roller Band.

— Hola, ¡Que bueno¡ Vinieron — sonreí falsamente.

— Sí, sí. Quiero desearte feliz cumpleaños, Ámbar, que la pases súper bien — me dijo Simón para después darme un abrazo muy acogedor. Sonreí. — te compré ese detallito, espero que te guste — dijo entregándome las flores.

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⏰ Última actualización: Jan 30, 2018 ⏰

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