Por la mañana, Erwin había llamado a la puerta del dormitorio principal con insistencia pues era tarde y tenía hambre. No era que no pudiera preparar algo por su cuenta, pero no sentía la confianza de hacerlo en una casa ajena, aun cuando estaba convencido de que esa era también su casa. Erwin no sabía cómo explicarlo, pero ese se sentía como su hogar, a pesar de no estar con sus padres sino con Levi, todo se sentía demasiado correcto, demasiado bien. Nada estaba fuera de lugar, era como si Levi siempre hubiera estado ahí. O como si nunca lo hubiera estado. Había llamado por cerca de dos horas, pero no obtenía respuesta por parte del hombre. Por un momento, pensó que quizás habría salido sin que él se diera cuenta, pero luego la idea de que todo hubiera sido un sueño se metió en su cabeza de forma insistente. ¿Qué tal si Levi no era real? ¿Y si nunca había salido de casa y todo el asunto en el cementerio había sido producto de su imaginación?
Erwin estaba convencido de que, detrás de esa puerta, se encontrarían sus padres, que no acostumbraban dormir hasta tarde, pero tal vez, sólo tal vez, habían elegido ese día para descansar unas horas más. Erwin aún no recordaba nada de lo que había estado haciendo antes, pero probablemente habían pasado el día fuera y por esa razón sus padres estaban cansados. Posiblemente esa era la razón por la que había dormido tan profundamente como para soñar algo así. Quizás bajaría a la cocina y se encontraría a su madre preparando alguna delicia para el desayuno. Quizás del otro lado de la puerta encontraría a su padre leyendo en la cama, como hacía algunas veces durante sus vacaciones. Erwin quería creer que así sería, por lo que, cerrando los ojos con fuerza y rogando en silencio, abrió la puerta sin hacer demasiado ruido. A su padre no le gustaba que hiciera ruido. Tampoco le gustaba que entrara sin llamar antes a la puerta pero, en ese momento, Erwin hubiera aceptado gustoso un regaño de su padre a cambio de saberse de vuelta en casa, de vuelta a la normalidad, además, en su defensa, llevaba ya bastante tiempo llamando sin obtener respuesta.
Una vez que abrió la puerta, se tomó unos momentos antes de atreverse a mirar, esperando de algún modo que la voz de su padre resonara en sus oídos para liberar el aliento que había estado conteniendo. Aquello nunca pasó y, luego de unos minutos, Erwin tuvo que encontrar el valor de abrir los ojos a la realidad. Lo primero que enfocó fue la cama de sus padres, en el mismo lugar de siempre, tan ordenada como siempre, pero fue incapaz de decir si aquello le animaba o le decepcionaba. La cama estaba hecha, estaba vacía, pero si bien eso comprobaba que sus padres no estaban ahí, también significaba que Levi no estaba. Erwin no sabía que era peor. Con un poco de miedo, sintiéndose repentinamente solo, Erwin se adentró en la habitación a paso lento, como si algún monstruo fuera a aparecer de pronto desde debajo de la cama para devorarlo. Sus olvidados temores infantiles cobraron fuerza una vez más, haciéndole cuestionarse si realmente era necesario hacer eso, si no sería mejor volver a su propia cama y esperar a que alguien, quien fuera, le buscara para ir a desayunar, pero el miedo no detuvo sus pasos.
Caminó hasta estar a un costado de la cama, temiendo que alguien apareciera de pronto detrás de él mientras se atrevía a tocar suavemente las sabanas, pero nada sucedió, y Erwin confirmó con la temperatura que hacía mucho se habían levantado de la cama. Una ligera decepción se mostró en su rostro por un momento, sensación que se acrecentó cuando miró alrededor y no pudo ver a nadie más en la habitación. Él nunca había experimentado el miedo a la soledad, pero en ese momento era la mejor forma de describir lo que estaba sintiendo. Al menos hasta que el sonido de agua corriendo se escuchó desde el baño contiguo. Los ojos del menor se iluminaron con esperanza y se sentó en el borde de la cama a esperar a que, quien quiera que estuviera en el baño, saliera de ahí. Qué más daba si era su padre y se molestaba con él o era su madre y le saludaba con un beso, Erwin sólo necesitaba saber que había alguien más en esa casa.
Esperó por un momento, minutos que le parecieron tan largos como la espera por su próximo cumpleaños, hasta que el agua se detuvo y el silencio volvió a inundar el lugar. Erwin contuvo el aliento una vez más mientras la puerta se habría lentamente, casi como si de pronto se hubiera vuelto demasiado pesada como para empujarla de una vez. Erwin odiaba la incertidumbre que estaba sintiendo, pero luego, una silueta conocida estuvo frente a él, y el pequeño tuvo que admitir que, aunque no era lo que esperaba, le aliviaba verlo de nuevo. Los ojos grises le miraron confundidos, y Erwin estuvo seguro de haber visto su propio miedo reflejado en esos ojos, acompañado de algo que no supo identificar. Quizás Levi también pensaba que todo había sido un sueño.
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Everything stays
FanficLuego de dos años, mientras Levi aun luchaba por superar la ausencia de Erwin, la llegada de un extraño niño idéntico a Erwin pone su mundo de cabeza una vez más, obligándolo a cuestionarse el rumbo que había elegido. Algunas cosas cambiaron para si...