Desde el momento en que sus ojos se cerraron, todo se convirtió en una completa y abrumadora oscuridad. Erwin supuso que aquello era normal, dado que había cerrado los ojos, pero el tiempo que había pasado desde ese momento parecía una eternidad. Estaba seguro de que no se encontraba dormido, pero tampoco estaba despierto, y no podía dejar de pensar en lo horrible que sería estar atrapado para siempre en ese lugar.
Se encontraba sentado en el suelo, abrazando sus rodillas y ocultando el rostro entre sus brazos, pero en realidad no era capaz de ver o sentir nada a su alrededor; ni siquiera podía decir con seguridad si tenía los ojos abiertos o cerrados. Su percepción del tiempo y el espacio estaba totalmente distorsionada. Desde que finalmente se había rendido a las voces que le llamaban de regreso, Erwin no estaba seguro si habían pasado tan sólo algunos minutos o ya varios años.
El paso del tiempo no lo sentía, pero, de igual forma, tenía la impresión de que ya llevaba demasiado en ese lugar. Aunque había querido evitar pensar en eso, Erwin tuvo que admitir para sí mismo que estaba mucho mejor con Levi. Lo extrañaba mucho más de lo que le emocionaba volver a casa.
Mientras estuvo atrapado en ese lugar, el pequeño se preguntó muchas veces qué estaría haciendo Levi en ese momento, si estaría preocupado por él, o si sus ojos de nuevo se veían tristes como la primera vez que lo vio. Se preguntó si, quizás, lo echaba de menos tanto como él lo hacía, o si pensaba en él durante las noches ahora que de nuevo dormía solo. En su mente, no podía dejar de evocar la imagen del hombre que le había hecho sentir seguro durante todo el tiempo que estuvieron juntos a pesar de no conocerlo.
Lo extrañaba, pensaba en él todo el tiempo, sin embargo, entre más lo hacía, más lejano se volvía. Su rostro comenzaba a verse borroso en sus recuerdos, el sonido de su voz se escuchaba apenas como un eco distante, y el calor de su cuerpo había sido reemplazado por la fría oscuridad que lo rodeaba. Había sido el peor momento de su corta vida, por lo que no pudo evitar que sus pensamientos viajaran hasta lo mucho que se arrepentía de haberse ido de su lado.
Tal vez hubiera podido quedarse con Levi para siempre, crecer junto a él, cuidar de él como él lo había cuidado todo ese tiempo, darle todo lo que necesitara para ser feliz. Realmente no le hubiera importado si el otro Erwin volvía a tomar control de su mente, en ese momento, el pequeño Erwin hubiera dado cualquier cosa por no estar más en ese terrible lugar. Incluso se atrevió a pensar que no deseaba ver a sus padres de nuevo, pero de inmediato se arrepintió de siquiera haberlo insinuado.
Las lágrimas habían comenzado a correr libremente por su rostro; o al menos eso pensaba, pues no era capaz de sentir la humedad característica del llanto en sus mejillas. Estaba tan desesperado, que tardó en percatarse de la brillante luz que parecía crecer ante él. De pronto, dejó de sentir frío, y una agradable sensación de tranquilidad se extendió por su pecho, aliviando el dolor que había tenido que sufrir durante ese tiempo. Fue entonces que, por primera vez desde que se había despedido de Levi, Erwin sintió una nueva esperanza brotar en su interior.
Seguro de que esa luz era lo que le sacaría de su oscuro confinamiento, el niño se levantó con torpeza, caminando a prisa hacia esa brillante luz hasta que, sin darse cuenta, se encontraba corriendo hacia ella, desesperado por irse lejos de ese lugar. No le importaba a dónde condujera, tan sólo deseaba salir de ahí. Para cuando estuvo cerca, la luz se volvió tan intensa que le cegó por unos instantes, pero eso no le detuvo de seguir adelante, cerrando los ojos con fuerza y dejándose guiar por su instinto, que le decía que ese era el camino correcto.
Cuando al fin pudo abrir los ojos de nuevo, una luz mucho menos intensa brillaba sobre él.
Su primer impulso fue cubrir sus ojos con sus manos, pero sus brazos no se movieron. No importaba cuanto lo intentara, su cuerpo no parecía estar dispuesto a responder; se sentía pesado, cansado, como cuando dormía demasiado al comienzo de las vacaciones de verano. Erwin había comenzado a asustarse, pero, entonces, una voz comenzó a cobrar fuerza. Al principio pensó que sería como antes y que de nuevo había despertado en algún lugar desconocido sin recuerdos y con voces susurrando dentro de su cabeza, pero, justo antes de que se dejara llevar por el temor, se dio cuenta de que alguien realmente le estaba llamando.
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Everything stays
FanfictionLuego de dos años, mientras Levi aun luchaba por superar la ausencia de Erwin, la llegada de un extraño niño idéntico a Erwin pone su mundo de cabeza una vez más, obligándolo a cuestionarse el rumbo que había elegido. Algunas cosas cambiaron para si...