THORKI [Thor x Loki] - El Perro de Asgard

8 - Thor, Presente

"Loki"
Una voz suave y femenina le llamaba.
Debería ser su madre seguramente, ¿quién si no ella era la única que se atrevía a pasar sin su permiso a la recámara del anteriormente mencionado?

Este se removió sin mucho ánimo de levantarse, recordando de inmediato y antes de haber abierto los ojos la fecha de hoy y lo que debía acontecer.
Ahogó un gruñido leve contra la almohada. Todo había marchado de maravilla estas últimas semanas, ¿por qué? ¿Por qué en nombre de todo lo maldito en Hel tenía que regresar ahora? Se hallaba tan cómodo sin su rubia y barbárica presencia en Asgard. Ojalá sus ridículas misiones duraran más.

«Seguro que estuvo divirtiéndose con su noviecita de Midgard» dijo una molesta voz al fondo de su mente que consiguió hacerlo fruncir el ceño con irritación.

-Loki -Llamó cariñosa su madre por segunda vez, mirando con una media sonrisa a su amado hijo, nunca se ponía tan quejumbroso a la hora de levantarse, ni siquiera cuando aún era un pequeño -Arriba, cielo, el banquete está listo -Anunció apartando la mullida almohada con la cual el pelinegro cubría su rostro -Sabes que se acordó celebrar uno cuando tu hermano estuviera de regreso.

Resignado y ahora sin la protección de su estimada almohada, Loki suspiró abriendo finalmente los ojos.
-No me siento dispuesto a ir, madre. Diles que me he olvidado. Me hace falta descansar.

La diosa Frigga se llevó ambas manos a la cadera, sin tragarse el teatro de sentirse enfermo, por los nueve mundos, ¿qué edad tenía este muchacho?
-Tu ausencia no será bien vista por su padre, desde luego, eres consciente de ello -Pero por si hacía falta, sus palabras sirvieron de recordatorio. Desafortunadamente a Loki le daba lo mismo que Odín, para variar, se disgustara con él. Ya era como una costumbre familiar.
Una sonrisa de complacencia apareció en su rostro, si podía molestar a Thor y su padre con una acción tan simple desde luego no perdería la oportunidad de hacerlo.
Frigga conocía bien esa expresión.
-Cuál sea el motivo por el que persistes tanto en evitar a tu hermano, van a arreglarlo hoy mismo -Con un grácil movimiento de la muñeca hizo cambiar las vestimentas del dios del engaño, ahora engalanado para presentarse con prendas adecuadas a la celebración.

-Madre.
-Hijo -Ahora la impecable sonrisa estaba en el rostro de la diosa.

****
Loki no llegó a tiempo para nada, cuando cruzó las grandes puertas todas las miradas se posaron en él. Era una imagen que valía la pena recordar, siempre tan elegante, en prendas doradas y esmeralda, con el cabello perfectamente peinado hacia atrás, ninguna emoción podía leerse en las finas líneas de su rostro.
Con su llegada las avivadas conversaciones se vieron interrumpidas por un segundo, sin embargo el embelesamiento causado por el recién llegado no se prolongó más y, mientras Loki buscaba un sitio para tomar asiento, los demás volvieron a sus vanales charlas, comiendo de sus abundantes platos.

Los ojos de Thor relucieron con gusto, esperanzado de que el tiempo hubiera hecho lo suyo, ayudando a amedrentar el enfado de su hermano. Nada podría estar más lejos de aquello.

Loki tomó asiento a la izquierda de Fandral, evitando la mirada de su hermano y la de reproche de su padre.
Las orbes azules del dios del trueno no se apartaba de su hermano menor.

-¿A qué debo el placer? -Sus ojos escaneaban con rapidez al Dios de las mentiras, quien ahora yacía sentado a su lado. Tal vez al resto de sus compañeros no les agradaba del todo, sin embargo un hombre como él sabía apreciar la compañía de Loki.
El aludido únicamente le dedicó una ligera sonrisa que insinuaba cierta coquetería, mientras recordaba levemente divertido cómo su perro solía gruñir ante cualquier cercanía que surgiera con el guerrero. Oh sí, se divertiría un poco al parecer.

-¿Cómo está Midgard? -Thor únicamente alcanzaba a ver los labios de Loki moverse, pero no lograba comprender lo que decía al estar lejos de él, menos aún teniendo que atender a los cuestionamientos y sugerencias de su padre.

-Dudo que en verdad tengas interés por ello -Le respondió Fandral, logrando que una sincera sonrisa divertida se dibujara en el rostro contrario.
Thor se preguntó qué clase de halagos absurdos podrían hacer sonreír de esa forma a su hermano.

-Pero lamentablemente me temo que no nos queda mucho más de qué hablar está noche -Loki se llevó una copa dorada de vino a los labios y bebió, permitió que su sabor afrutado le inundara la boca antes de tragar.

-¿Eso crees? -Fandral dió un para nada elegante mordisco a su carne antes de volver su mirada al pelinegro -He escuchado que Thor ha traído un obsequio de Midgard especialmente para ti, nadie sabe lo que es.

Loki trató de no escupir el trago que tenía en la boca, ¿pero cómo se le ocurre? ¿creyó que podría arreglar las cosas con un regalo insignificante proviniente de Midgard? Casi se sentía insultado por aquello. Él no tenía un gusto tan bajo y simple ¿Qué cosa podría ser?
-Un presente de Midgard... No me emocionaría en absoluto por algo así -Soltó Loki con completa honestidad, dejando claro que aquello tampoco despertaba su interés -Sin embargo, creo que es un gesto considerado, viniendo de un bruto como él -Loki no supo qué fue lo que llevó a su lengua de plata a admitir semejante cosa, no es que fuera mentira, pero no fue algo que le haya gustado decir en voz alta.

Fandral no comprendía de dónde venía el enojo entre Loki y Thor, no más allá de los típicos rumores:
Que si Loki estaba molesto porque al final no le fue posible dejar a su hermano convertido en perro, o que le enfadaba que nuevamente la atención de todos estuviera dirigida al rubio... Él deseaba preguntar, pero no sé atrevía, por lo menos no sin estar algo ebrio.

La noche transcurrió con moderada lentitud, a lo largo de ella Lady Sif consiguió vencer a Volstagg en la cantidad de copas que podían ingerir antes de embriagarse y Thor se había reído junto a ellos en incontables bromas en las cuales rememoraban azañas sin embargo la felicidad del dios del trueno se vería interrumpida de forma intermitente cuando lograba escuchar, por encima del bullicio, la tintineante risa de Loki, o cuando miraba a hermano charlar con tanta ávidez con su compañero de batallas, Fandral.
***

Esa noche Loki caminaba inadvertido por el dorado pasillo que conducía a su recámara, acababa de terminar uno de sus libros de encantamientos. Estaba en calma, misma a la cual se había acostumbrado durante la ausencia de su hermano, sin embargo, el sonido de unas pequeñas patitas corriendo en su dirección lo alertaron al instante y le hicieron voltear a ver.
Esto DEBÍA ser una broma. Una pequeña bola rechoncha de pelaje dorado corría hacia él dejando atrás a Thor, quien ahora sostenía una caja vacía. Lo sabía, problemas de Midgard.
-Bien, concedo que tu broma requirió un poco de perspicacia -Dijo Loki -Pero por favor, en nombre de Odín,
simplemente olvídalo ya.

La sensación de humillación volvía a subirle por el cuello como una desagradable sanguijuela, alimentándose de sucesos pasados.

-Es un obsequio, no una broma -Corrigió el rubio, tomando en brazos al pequeño golden retriever. -No puedes negarme que te gustan los perros.
Las orbes jade se clavaron determinadas sobre el celeste ingenuo tratando de hallar rastro alguno de malicia, no presenció ni media pizca. Loki sintió lágrimas absurdas reunirse en el borde de sus ojos, era un gesto tan ridículamente noble que sólo a alguien con el corazón de su hermano podría habérsele ocurrido. -Grandísimo bruto- pensó con afecto.

Se inclinó para sujetar a la pequeña y cariñosa bola de pelo, la cargó entre sus brazos y, luego de una semana evasiva, permitió que Thor invadiera su espacio personal tan solo un poco, lo suficiente para susurrarle que le daba gusto tenerlo de vuelta. El de cabellos dorados solamente sonrió, besando la mejilla pálida que pronto se tornó rosácea.

¿Continuará?
Han pasado años sin que yo haya escrito ni actualizado nada, tenía planeado algo +18 para este fanfic pero es tan soft que no sé si agregarlo al final. ¿Qué opinan ustedes?

Saludos, Saki, el casi muerto.