Una luz.

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Una luz.

Capítulo 4.

Pero uno realista- le respondí sonriendo.

Seguro, realistic boy- respondió sarcásticamente-

Nos vemos luego, idiota-

Adiós-

Me levanté de mi árbol tan querido y caminé de vuelta dentro de la institución, al instante siento mi celular vibrar y 0,5 segundos después, su sonido de un mensaje.

Abro Whatsapp, veo un mensaje de mi ex, una persona que no me hablaba hace como ¿Un mes? ¿Dos? si les digo les miento... Hablábamos como si nada, "¿Cómo has estado?" "Bien y ¿Tu?" todo trivial y monótono, pero en ese momento de mi vida, era como una inyección de morfina recorrer por mi cuerpo, como una dosis extensa de marihuana, lsd o un litro de whisky, mis salvaciones.

Pese a todo lo que había pasado, pese a que todo mundo a mi alrededor la culpaba, ella seguía siendo una luz para mi, la luz de mi salvación, ese túnel de luz que ves "al morir" o "al nacer" ese túnel que te dice que todo estará bien, eso y mucho más, significaba ella para mi.

Le había contado sobre lo de mi altercado con la profesora de Sociología, ambos nos reímos y me recordó que ella ahora, estaba concurriendo a la Facultad de Comunicaciones, fué todo tan patético, como yo, o peor ¿Quién sabe?.

Salí afuera, me recosté contra una torrecita hecha de ladrillos, saqué un Marlboro de mi saco negro, lo encendí con mi encendedor curiosamente negro, al instante recordé... todos los malos momentos que le hice pasar a mi ex novia, ella fumaba, yo odiaba el cigarrillo, cuando estaba con ella, ni salía, ni tomaba alcohol, ni fumaba y... lo mejor, es que lo hacía porque yo quería, nadie me obligaba, incluso ella me pedía que salga, cuando recordé eso último de mi boca sonó un suave y bajito "jaja" también recordaba que cuando ella me iba besar después de fumar, le corría la cara, luego veía su cara de tristeza y decepción, rayos, que estúpido imbécil que era, la chica que me hacía tocar el cielo de felicidad en el día y el infierno en la noche como diablo con su diabla, yo le hacía eso, aún me culpo por eso, se que para ella tal vez era algo mínimo, pero para mi, era... mucho.

Termino mi cigarrillo, veo que empiezan a caer gotas, la temperatura bajaba.

*Suspiré*

Muy mi estilo- dije suavemente hablando conmigo mismo.

Me desprendí los dos botones que tenía juntos en mi saco, miré hacia atrás, todas las personas "refugiadas" en la secundaria, rayos, nadie sabía apreciar el frío y su calidad para hacerte sentir nostálgico.

Empezó a llover muy fuerte, cada vez se acercaba más a mi estilo, solo faltaba un terremoto, unos cuantos zombies y un tornado, algo así.

En ese momento solo pensaba en estar en la cama con una persona, mirando hacia la ventana, con la persiana hacia arriba, la lluvia caer o.. tal vez sin ropa y rozando nuestra piel ¿Quién sabe? quizás algún día encuentre a alguien más o tal vez solo lo encuentre y tenga a otra persona, como es de costumbre.

En ese momento, pensé en mi manera de querer, mi compulsiva manera de amar, mi tóxica manera de recordarle al otro lo mucho que me preocupaba que le pasase algo, mi dolencia por las noches al no saber nada de la otra persona, mi insomnio, mi llanto, todo eso y más, era de lo que me componía, llegué a una conclusión: No soy bueno para nadie.

Seguí mi camino, con el cigarrillo a medio acabar, sonreí y pensé, cual sería mi siguiente víctima de mi descontrolado amor, entonces recordé aquel día, aquella chica, aquella foto, era ella.

Lo perfecto dentro de lo imperfecto.Where stories live. Discover now