Capítulo diez: RÁPIDO QUE YOONGI SE ME DESMAYA [FINAL part. 01]

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[N/A: Lo he divido en dos partes porque no estaba convencida con éste final que tenía planeado, entonces empecé a escribir otro y me entusiasmé ;-;, luego recordé que aquí habían cosas importantes y quedó así. Un final divido en dos partes] 









No habíamos caído en posibilidades esperanzadoras y absurdas supersticiones de los viejos, especialmente de los míos. Obvio. Era nuestro instinto de defensa el norte creer algo ilógico y que nunca hemos visto u vivido. Pero... ésta semana... me había sentido un poco mal. Al principio creí que sólo era una gripe pasajera por estar bañándome en el lago frío con Yoongi en los días de lluvia y nos poníamos a follar como dos conejos insaciables, luego se me vino a la mente que era por el palo de agua que me había caído encima el otro día luego de salir del trabajo todo estresado por culpa del señor Siwon y después... después vinieron las ideas raras y las miradas de ilusión que Yoongi me enviaba a causa de mi malestar.

De verdad no quería yo ilusionarme, porque enterarme de que eso que yo creía que vivía en mí en verdad no existiera me destruiría el alma y el corazón por completo.

Éste mismo día yo estaba en nuestra casa trapeando el suelo de cerámica con ahínco para quitar las manchas de lodo que había ocasionado las malditas botas de Yoongi, era domingo en la mañana y no trabajaba. En una de esas, limpiando una huella marrón vino a mí una arcada y me tensé por completo, esperando la siguiente o que fuese sólo una falsa alarma, pero entre medio de tres segundos, otra vino a mí hasta que tuve que ponerme la palma en mi boca y salir corriendo hacia el baño, abrir la tapa del inodoro y vaciar de mi estómago las tostadas con mantequilla y café con leche que me había desayunado. Todo. Todo se expulsó de mi cuerpo y me comencé a poner débil.

Hice lo que pude para caminar hasta el lavado, enjuagar mi boca y dirigirme a nuestro cuarto para echarme en la cama, de repente, totalmente agotado. Entre sueños jadeaba y tenía temperatura alta, y cuando mis ojos se abrieron de nuevo, mi alfa Yoongi estaba parado acostado junto a mí de costado, mirándome con absoluta preocupación; su mano se movió hasta mi frente y me apartó un mechón de pelo de ella para esconderlo detrás de mi oreja, luego se puso a acariciarme el rostro, delineándome la nariz, el cincel de mis labios, tocándome las mejillas, el mentón y todo con extremo cariño.

Luego, pude oír su voz hablar lenta, serena y gruesa.

—Es la cuarta vez ésta semana, Jiminie. Suho tiene que verte... ¿sabes que es por tu salud, verdad, cariño? Hay que ir justo ahora.

—¿Y no pueden venir él hasta acá? No pienso mover mi trasero de ésta cama, me duelen las piernas como si hubiera corrido una maldita maratón de ciento siete kilómetros —rezongué frunciendo el ceño, cerrando mis ojos caprichosamente para no verle la cara a mi alfa.

—No seas holgazán y levanta tu culo, Jimin, estoy siendo serio.

Uff, había escupido mi nombre correctamente y eso hizo llegar a la conclusión de que se estaba empezando a enfadar por mi actitud.

—Pero no quiero moverme de aquí, Yoongi —repliqué con voz aguda en un quejido.

—Lo harás, amor y si no es por las buenas, te sacaré de la cama a las malas.

Sentí un movimiento a mi lado y su presencia en la cama extinguirse. Se había levantado y sabía que ésa era mi señal para obedecer.

—Estúpido alfa —gruñí levantándome de tirón de la cama y sin embargo, caí de nuevo por un potente mareo.

LOVERWOLF [YOONMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora