Capítulo nueve : Historia.

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—¿Tienes el café, amor? —me preguntó nada más llegar a nuestra habitación. En mi mano derecha sostenía un vaso de un litro de café y en mis dedos las llaves del auto.

Muevo mi cuello de un lado a otro haciéndolo tronar. Me moría de cansancio.

—Sí, aquí está —caminé hasta su lado de la cama y le tendí el plástico cilíndrico.

—Ven aquí, bebé. Te quiero abrazándome mientras te cuente todo.

—Vale —musito quitándome los zapatos de unos simples movimientos y me arrecuesto sobre su pecho duro y cálido.

Yoongi se alzó un poco y dejó el café sobre la mesa de noche, luego me volvió a abrazar, besándome con cariño la cabeza.

—¿Cómo quieres que sea: una historia rápida y resumida o la larga y con detalles?

Me lo pensé dos veces antes de responder.

—La rápida y resumida. Me da escalofríos desagradables cuando te imagino con alguien que no sea yo.

—Celoso.

—Y tuyo, mi amor. Comienza.

—Vale, lobito feroz, jaja —se burló y sentí que tragaba saliva duramente antes de hablar—. Nunca tuve realmente una infancia feliz. Mi papá trabajaba de bombero y mi mamá era directora de cuentas en una empresa de servicios para aerolíneas.

—Oh, igual que la mía... —Yoongi gruñó y yo reí apretándose en su pecho—, ok, ok; no te interrumpo.

—Ajá, sigo. Los dos trabajaban de siete hasta bien entrada la noche, pasaban todo el día en el trabajo prácticamente. Papá en el módulo y mamá en la empresa. Mamá era... bueno es, adicta al trabajo, pareciera que nunca quería estar en casa y papá bueno... nunca supe si realmente un día se iría de la casa o se quedaría para siempre. Mi papá desde antes de conocer a mi mamá era mujeriego y te puedes imaginar todas las veces que le fue infiel a mi madre a pesar de los años juntos. Yo era tan infeliz en ese hogar; tantas peleas, tantos gritos, insultos... no lo soportaba. Crecí, crecí mucho y me volví un poco rebelde, nunca tuve novias, ni si quiera un novio... temía que en algún momento algunos de ellos me traicionara. Bebé, quiero que sepas que odio la infidelidad y si tú... si tú-

—Yo nada, Min Yoongi —lo corté de una, frunciéndole el ceño—. Ahora sigue...

—Hmm, estás salvaje últimamente... ¿por qué no te comportas así también en la cama, ah?

—Yoongi, CÁLLATE y sigue contado, ¿si? —gruñí ignorando el calor en mis mejillas.

—Ah... (suspiro)... estaba en la secundaria cuando le conocí, cursábamos en la misma sección y yo, bueno, estaba enamorado y actuaba tan estúpido cuando me hallaba cerca de él. Era un parásito hormonal. Pasó lo que pasó: él se enamoró de mí porque soy muy irresistible, nos hicimos novios, yo era su perrito faldero, lo quería de verdad y supuestamente él a mí. Un día, estando en la preparatoria, fuimos a hacer un proyecto en mi casa, ése día entré en celo sin darme cuenta y terminamos follando en el sofá de mi casa. Mamá llegó, gritó y llamó a papá; papá entró, me gritó y me golpeó muchas veces diciéndome que maldecía el día en el que su mujer parió un mariquita. Lloré, Zico se largó, me enfurecí y salí de casa y no volví más. Zico no me buscó nunca así que yo tuve que tomar la iniciativa. Seguí viéndome con él pero en una de mis idas a su casa vi con mis propios ojos como se dejaba follar por dos malditos alfas y lo peor es que pensaba marcarlo... —soltó una risa irónica y todo lo que yo hice fue encaramarme más en su pecho y darle muchos besos en las mejillas.

LOVERWOLF [YOONMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora