Guitarrista | Miguel Rivera.

Quatre.

En ese momento que cai de la impresión, ambos nos caímos en un agujero algo cuadrado, intentábamos movernos ya que uno aplastaba al otro.

—¿Niños necesitan ayuda?—Preguntó una mujer.

—Sí, Gracias—Contesto Mikey, cuando salimos la mujer dejo ver su rostro. Mejor dicho el craneo.

—¡Ahh!—Empezamos a gritar como locos, en eso empezamos a correr quien por su lado.

En eso me detuve a ver a Mikey quien se choco con dos esqueletos, el cráneo de uno término en la mano de miguel y ambos se pusieron a gritar. El me miró a lo que se acerco a agarrar mi mano, me llevo hasta un escondite, nos escondiamos tras unas tumbas.

—Re piola es México, ¿todos los dias les pasa?—El me miro como si estuviera loca hasta que en ese momento llego Dante interrumpiendo nuestras miradas conectadas.

—¿Dante tu si puedes vernos?—Le pregunto al perro quien empezo a correr, Mikey empezo a perseguirlo a lo que yo hago lo mismo. Seguimos corriendo hasta que Miguel choco devuelta con un esqueleto desamandolo, en ese instante empezo a recoger sus partes.

—Perdón—Le dijo Miguel, el esqueleto empezo a contruirse solo.

—¿Miguel?—Pregunto el esquelto, no preste atención a su conversación, ¿que hora es? Me van a matar si llegó tarde, tengo que irme además tengo hambre.

—Mikey esta experiencia estuvo de lo más piola pero debo ir a casa, no sabia que se podia hacer esto en México—Solo debo volver a mi estado normal e ir a comer unas buenas milanesas.

—Pero no sabemos como volvernos como estábamos—Reí al escucharlo, parecía preocupado casi me la creó.

—espero, ¡No sabes!—Le grité a lo que el negó, yuta.

Matanme boludo, soy un fantasma en México y ahora que, ¿estoy muerta? No me siento muerta, tampoco era um esqueleto cómo todos. Estaba entrando en panico algo que Mikey noto o como yuta se llame.