Narrado por Melanie
—Prométeme que por lo menos lo intentaras.
Conocí a Summer Clarkson mi primer año de universidad. Ambas estábamos en clase filosofía y cuando nos tocó hacer un proyecto juntas, entablamos una amistad. Se puede decir que nuestras similitudes nos unieron. Ella era, en pocas palabras, mi reflejo. Las dos éramos tímidas, socialmente torpes e inexpertas y eso fue suficiente para volvernos mejores amigas. Sin embargo, con el pasar de los años, las cosas cambiaron. Summer conoció a su primer novio, Josh, y este prácticamente la obligo a salir de su caparazón. Dejó de pasar sus noches en la biblioteca y comenzó a ser más sociable. El amor de su novio le dio la confianza que necesitaba para hacer la timidez a un lado. Estaba feliz por ella, en verdad lo estaba, pero no mentía al decir que extrañaba nuestras conversaciones largas y nuestras sesiones de estudio nocturnas.
Ahora, después de más de cuatro años de conocerla, seguíamos siendo amigas, pero estaba demás decir que ya no era mi reflejo.
—Lo prometo —mentí. No tenía planeado asistir a la fiesta de cumpleaños de Josh. ¿La razón? No encajaba en su grupo de amigos. Cada vez que iba a sus reuniones terminaba en una esquina, pretendiendo hacer algo importante en mi celular. Era tan horrible como vergonzoso y ya estaba harta de ser invitada solo por formalidad. Yo sabía que Josh no me tenía en su lista de amigos y que solo me invitaba a sus fiestas porque Summer se lo pedía.
De nuevo, vergonzoso.
Después de charlar por unos minutos más, me despedí de Summer usando la excusa de que tenía que ir al supermercado. Respiré de alivió cuando terminé la llamada.
Caminé hacia mi habitación y me dejé caer en mi cama. Con los ojos cerrados, me dispuse a disfrutar del silencio. A mis veintidós años, esta era mi manera favorita de pasar los sábados: completamente sola en mi apartamento con cero necesidades de socializar.
En mis años de universidad, nunca pude disfrutar fiestas ni eventos que involucraban alcohol y gracias a eso, nunca pude expandir mi grupo de amigos. El hecho de que era una mujer adulta que nunca había probado alcohol en su vida era avergonzó y definitivamente ese detalle no me ayudo a socializar.
Pero ya que. Si algo había aprendido era que no necesitaba un gran grupo de amigos para ser feliz. Pasar los fines de semana sola era una mejor alternativa que pasarlos rodeada por personas que no me entendían o respetaban.
Suspirando, tomé un libro de mi mesa de noche y lo abrí en la página en la que me había quedado la noche anterior. En cuestión de segundos, me transformé en una guerrera valiente y la incómoda conversación que tuve con Summer Clarkson salió de mi mente.
Hasta que mi celular comenzó a sonar nuevamente. Resoplé con fastidio, pero mi expresión se compuso cuando vi el nombre en la pantalla.
Se trataba de mi madre.
—¿Cómo estas, Melanie? —inquirió alegremente.
Jugando con un pedazo de hilo suelto que se había salido de mi cobertor, contesté:
—Bien, como siempre. ¿Y tú? Pensé que a esta hora ya estarías en Denver.
Mi mamá y su esposo se dispusieron a viajar por todo el país en coche para celebrar su aniversario numero cinco. Salieron de California y tenían pensado llegar hasta Nueva Jersey. En verdad los admiraba por eso.
—Nos faltan alrededor de dos horas para llegar y quería llamarte para desearte buenas noches. Probablemente no tenga señal más tarde.
Sonreí de lado.
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Catarsis
RomanceUn accidente lo dejo desfigurado. Su rostro, el cual alguna vez fue admirado por ser extremadamente bello, ahora era causante de pesadillas. Su cuerpo, el cual alguna vez fue tanto envidiado como deseado, no era más que cicatrices. Su corazón, el...