El precio por tu amor.
Conexión.
Cuándo Dami entró a su casa, después de una larga jornada de trabajo, dejó su bolso sobre la repisa que había justo debajo de la única foto familiar que adornaba la pared, yendo directamente escaleras arriba a buscar a su hermano menor.
No se consideraba a sí misma una buena hermana mayor, era demasiado despreocupada a tal grado de caer en lo desinteresada, pero quería a su hermano y al enterarse -por un mensaje del mejor amigo de Ji Yong- que este no había asistido a la escuela en tres días, supo que debía hacer algo.
Dio dos pequeños toques a la puerta y la abrió después, entrando a la oscura habitación. El televisor estaba encendido, aluzando una pequeña parte de la cama, dónde Dami fue capaz de ver a su hermano durmiendo.
Y no era que fuera malo verle dormir, pero a las cuatro de la tarde era un poco extraño, siendo evidente que no había despertado en toda la mañana.
—Ji Yong, Ji Yong. —Le llamó, moviendo suavemente su hombro.
El menor se removió entre sus cobijas, estirándose suavemente, ante el dulce llamado, tallando sus ojos.
— ¿Mamá?
Su respuesta sólo le confirmó a Dami lo dormido que seguía.
—No, Ji Yong, no soy mamá. —Rio.
Finalmente Ji se reincorporó, sentándose.
— ¿Qué ocurre? —Murmuró, mirando alrededor. — ¿Qué hora es?
—Tarde, así que ven a comer. —Palmeó suavemente las cobijas, para después ponerse de pie. —He traído comida tailandesa. —Y salió de la habitación, jurando escuchar el estómago de Ji rugir con fuerza.
Ji Yong permaneció varios minutos más en la misma posición, mirando la luz brillante del televisor sin prestar atención al programa.
Últimamente así eran sus días, abrumadores y sin sentido. No podía conectar bien consigo mismo, mucho menos con los demás, por lo que había decidido no asistir a la escuela un par de días, no quería más preguntas por parte de Ri y Bae. Quería simplemente dormir.
Suspiró pesadamente. Sabía que debía ponerse de pie y arreglar un poco el agujero negro que tenía de habitación, también debía abrir las cortinas y ventanas para ventilar e iluminar, debía darse un baño que bien necesitaba.
Sí, debía, porque realmente no lo deseaba.
Sus últimos días eran una constante de altibajos que le hacían sentir peor. Perdido.
Tal vez debía comenzar a tomarse en serio todos esos cambios.
...
Mucho tiempo después, el Kwon menor apareció en la planta baja de la casa, luciendo fresco y aún con algunas gotas escurriendo de su cabello, vistiendo ropas cómodas.
—Ya era hora, me muero de hambre. —Chilló Dami, corriendo a la cocina a calentar las raciones de comida en el microondas.
Ji Yong simplemente le observó, desganado y sin energías, dejándose caer en el sofá, de nuevo frente al televisor.
Si su estado no fuera tan deplorable y preocupante, Dami hubiese enfurecido al verle haciendo nada, sin embargo ese día sólo consiguió preocuparse.
Dami regresó al sofá, entregándole su porción de comida a Ji Yong, sentándose también y comenzando a comer rápidamente, cosa que el otro imitó.
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El precio por tu amor
FanfictionUna antigua historia del oriente dice que si dos amantes cometen suicidio doble, estos son recompenzados en su siguiente vida, reencarnando como gemelos. Estos eran dos hermanos, gemelos idénticos que se enamoraron, y sin saber que más hacer, se su...