El precio por tu amor

Fármaco

El precio por tu amor.

"Fármaco"

Tras la serie de besos desesperados que hubo entre Seung Hyun y Ji Yong esa tarde, éste último experimentó algo que hace mucho no sentía. Algo parecido al sentimiento de ver a su madre regresar a casa cuando él estaba enfermo, esa calidez y alivio que venía después.

Seung Hyun fue como alguna especie de medicina.

Cuando ambos hombres se separaron, el ambiente se volvió pesadamente embarazoso para los dos, cayendo en la cuenta de donde estaban y que hacían.

Posiblemente, si Kwon hubiera estado en sus cinco sentidos, se habría disculpado e incluso huiría cual princesa a las doce de la noche, pero no era así, así que lo único que hizo fue mirar con esos ojos extasiados al otro.

Seung ya no lucía tan perfecto como antes, y no es que hubiera perdido su encanto al besarle, desde luego que no. Sino que sus manos habían sido más escurridizas que de costumbre, desacomodando aquellos suaves y negros mechones, sus delgados labios lucían más rojos y sus ojos parecían brillar.

—Definitivamente ven más seguido, por favor.

El comentario natural del mayor hizo que Ji Yong riera fuerte, como no lo había hecho en un tiempo, sintiéndose mucho mejor.

Seung Hyun respiraba con rapidez, era evidente que también se sentía ansioso.

—Ni siquiera sé que debería decir. —Comentó al dejar de reír. —Realmente no soy de la clase de hombres que visita a sus vecinos para besarles.

—Ten esa confianza con este vecino tuyo.

Ji Yong sonrió. Seung Hyun podía oler su timidez a distancia, sin embargo estaba esforzándose por ser casual y no avergonzarle más.

Seung Hyun era muy encantador.

—No te ofendas, pero no era mi intención principal. —Hubo un atisbo de decepción en los oscuros ojos del Choi menor. —Quería hablar sobre lo que sea que es ese fragmento.

Seung Hyun finalmente se dio por vencido, y guardó silencio durante unos instantes, pasando sus ojos por la hilera de cuadros en sus paredes.

—Me gustaría poder tener una respuesta a todo esto, Ji Yong, sin embargo no hay mucho que decir. —El mayor se recargó de lleno sobre el respaldo del sofá. — ¿Nunca has sentido que algo no encaja en tu vida? Bueno, esa frase repitiéndose en mi cabeza todo el día es lo que no cuadra. —Su expresión avergonzada le hizo saber a Ji Yong que había tenido malos ratos.

— ¡De eso mismo hablo! —Expresó exasperado, poniéndose de pie y comenzando a caminar por la habitación, tomando por sorpresa a Seung. —Sea lo que sea...—Detuvo su andar. —Por Dios que tiene algo más.

Finalmente ambos se miraron, mientras Kwon mantenía la idea constante de no parecer un loco.

Y Seung Hyun lo vio, vio esa angustia que alguna vez adornó su propio rostro, esa desesperación constante que le perseguía al despertar cada día, y parecía dejarle cuando conseguía dormir a altas horas de la noche.

—Ji Yong. —Le llamó, poniéndose de pie también, enfrentando al más pequeño. —Lo sé, entiendo perfectamente ese sentimiento...y es horrible. —Aceptó derrotado, sintiéndose un poco menos solo.

Kwon intentaba descifrar esa extraña expresión en sus ojos, con insistencia. Aquello que esos oscuros orbes le gritaban, había algo ahí, sin duda alguna, algo que ya sabía pero no podía recordar.