Los Choi

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Capítulo 1: Los Choi

— ¡Ji Yong~! No me ignores. —El susodicho soltó la revista que intentaba leer, siendo obligado a prestar atención. Ella sonrió complacida, mostrando sus ojos curvados en señal de una sonrisa. —Ji... ¿Ya viste que se están mudando a la casa de enfrente? —Levantó apenas un poco la cortina blanca para espiar con discreción.

—Noona...—Suspiró con cansancio, llevando una de sus manos a su rostro, haciendo énfasis en el agotamiento que sentía. —Dami noona, deja de espiar a los vecinos, por favor. —Le pidió a su hermana de la manera más amable que encontró en ese instante. Ahora ya no estaba tan seguro de querer vivir con ella, aunque no tenía muchas opciones ya.

«Lo hecho, hecho está»

Eish~ No estoy espiando a nadie...—Dami siguió mirando por la ventana. Fue entonces que él sonrió con malicia, tomando una almohada que había sobre el sofá y se la arrojó. — ¡Pero que...! Ji Yong~ —Chilló. —Ya déjame, sólo quiero ver si hay algún chico guapo por ahí. —A pesar de sus lamentables esfuerzos ella continuó espiando.

Suspiró con rendimiento, ella nunca entendería, volviendo a retomar su lectura. A veces pensaba que su noona necesitaba un novio, con urgencia.

— ¡Listo! —Su grito repentino después de cinco minutos de silencio, le sobresaltó. —Ya terminaron de mudarse... ¡Vamos a darles la bienvenida! —El joven le miró incrédulo, viendo como corría hacia la cocina y regresaba con un pequeño pastel en las manos.

Lo preparada que ella siempre estaba para todo...le asustaba.

—Dami...no pienso ir. —Se negó extrañado, recorriéndose en el sofá, alejándose aún más de ella.

— ¡No seas aburrido, Ji Yong! ¿Acaso mamá no te enseñó modales? —Su tono era molesto. —Ella siempre decía que...

—No metas a mamá en esto. —Se quejó, poniéndose de pie. —Sólo iremos a saludar y ya. —Dijo rendido, odiaba cuando comenzaba a hablar de su madre. Siempre volviéndose nostálgico.

Ninguno de los dos dijo nada, hasta no estar cerca de la casa ajena.

—Espera, Dami... ¿Y si es una pareja de recién casados? —Preguntó con duda. —Es tonto que unos jóvenes vayan a darles la "bienvenida". —Aún no perdía la esperanza de poder regresar a casa y descansar después de arduos días de estudio.

A pesar de sus esperanzas y excusas añorantes, Dami siguió adelante, hasta conseguir tocar el timbre. Él se quedó quieto, a decir verdad estaba algo nervioso, ya que no solía ser tan amigable con otras personas, y menos si eran desconocidos.

Después de varios segundos, en los que contuvo la respiración, se escuchó el seguro de la puerta ser retirado y, poco después, apareció una joven sonriendo ampliamente.

¿Cómo describirla? Lucía joven y hermosa. Su piel era tan blanca que podía compararse con la blancura de las nubes en un día soleado, sus rosados labios contrastaban dulcemente en su rostro, curvando una sonrisa amistosa. ¡Y qué decir de su cabellera! Era tan larga y negra.

Si no tuviera muy bien definidas sus preferencias sexuales, Ji Yong podría decir que se había enamorado de aquella hermosa mujer.

—Oh...buena tardes. —Dijo su hermana, inclinándose a manera de saludo, Ji le imitó poco después al salir del trance. —Lamentamos la molestia. Es un placer, mi nombre es Kwon Dami, vivimos justo enfrente y pensamos que sería adecuado darles la bienvenida. —La manera en que fluían las palabras de Dami resultaba impresionante, siempre había sido muy sociable, y no le molestaba ser ella quien diera el primer paso para entablar una conversación. Pero sin duda, su sonrisa era lo que te hacia confiar en ella.

El precio por tu amorWhere stories live. Discover now