Capítulo 11; ¿confesión o delirio?

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Era la madrugada cuando Andrew se despertó. Tenía calor de todas las frazadas que estaban encima suyo por  el frío obvio que producía la fiebre de Norman. Se destapó un poco y volvió a cerrar los ojos pero de inmediato los abrió cuando noto que el hombre a su lado estaba hablando.

— Te quiero.

Lo observó por un momento y descubrió que hablaba dormido, probablemente por la misma fiebre.

— No, no te quiero, te amo.

Sus ojos se abrieron grandes al oír eso, ¿Estaba enamorado? ¿De quién? Una rara sensación se estaba haciendo presente en él, ¿No era que le contaba las cosas? A su entender la noche anterior habían discutido sin sentido ya que Norman parecía hacer exactamente aquello de lo que tanto se había quejado.

— ¿Vos no me amas, Andy?

¿Quién era Andy? Seguro alguna de esas mujeres que se le tiraban encima por las calles, o quizás hablaba nada más ni nada menos que de su compañera de trabajo. El hecho de decirse por sus nombres de la serie se había convertido en una costumbre y probablemente estuviera hablando del personaje de Andrea. Una hermosa mujer y una muy probable opción.

— Decime que me amas.

Seguía hablando dormido y a pesar que deseara despertarlo y que le explicase absolutamente todo no podía hacerlo. Estaba claro que por su estado de salud el hombre debía descansar.

— Dale Andy, nadie te quiere como yo.

Definitivamente no era sólo un amor pasajero, ¿Tantas cosas tiernas iba a decir? Estaba lo suficientemente molesto como para comenzar a llamarlo pero recordó que horas antes, también dormido, se quejaba y caían lágrimas de sus ojos por como se sentía.

— Me gustas mucho. Tus rulitos me gustan mucho.

Instantáneamente descartó el personaje de Andrea, ella no tenía rulos, y si los tuviera estaban muy bien ocultos por la planchita del pelo. Siguió pensando pero nadie que el conociera vino a su cabeza como el posible amor de Norman.

— Besame.

Otro suspiro y otro deseo por despertarlo. Se preguntaba si toda la noche iba a ser así, el hombre amando a alguien en sus sueños mientras el trataba de descubrir quien era.

— Por favor, Andrew.

Ahora había dicho el nombre de aquella persona y le serviría como otra pista. ¿Su amigo estaba enamorado de un hombre? No sabía sobre esto, realmente había dejado de imaginarse a Norman como una persona homosexual hacía tiempo. Todas, absolutamente todas las mujeres estaban detrás suyo, le resultaba imposible creer que él no sentía atracción por ninguna. Ya sabía que aquel hombre tan amado tenía rulitos y el mismo nombre que él.

— Deja de hacerte el difícil, Lincoln.

Sonrió inconscientemente al notar que incluso dormido era un hombre insistente y bastante enojón cuando algo no le gustaba. Trató de seguir escuchando pero ya nada salía de sus labios. ¿Había dicho su apellido? ¿Estaba hablando de él? Un montón de preguntas se hicieron presentes en su cabeza. Un millón de deseos como que esas preguntas se respondieran con un »sí«, por ejemplo.

Por la mañana siguiente se levantó a preparle el desayuno y para cuando volvió a la habitación Norman ya estaba despierto sentado en un costado de la cómoda cama.

Permanecieron en silencio un rato pero estaba claro que ambos tenían cosas para decirse.

— No sabía que hablabas dormido.

— No me suele pasar ¿Qué dije? — preguntó curioso.

— ¿Quién es Andy?

— No conozco muchos Andy. Sólo a vos en realidad.

— Ah, entonces delirabas por la fiebre.

— ¿Qué decía?

— Que me amabas. — dijo riendo, tratando de quitarle importancia a esa hora en la que permaneció despierto debatiéndose entre besarlo o no.

Norman acompañó la risa, bastante fingida claramente. Se sentía estúpido por decir eso, pero más aún por no decirle que en realidad no era la fiebre y que soñaba con él siempre que dormía.

— Soy todo un tierno. — contestó siguiendole el juego.

— Sí, un poco.

— Ya sé que te encanto. — dijo burlándose del sonrojo que en las mejillas de Andrew se había provocado. Le dio ternura, demasiada. Tanta que no pudo evitar tomar su mentón con su mano derecha y mirarlo con ese amor inexplicable y que tan oculto creía tener. — me gusta cuando te sonrojas, Andy.

— Rick. — corrigió. Sabía que a Norman no le gustaba que así fuera pero debía llamarlo por el nombre o alguna característica de su personaje.

— Bueno sí, Rick. — contestó quejoso, no sólo por tener que llamarlo así sino también por el hecho de que su amigo había evadido completamente lo realmente importante de esa conversación.

— Te cuesta seguir las reglas, Daryl.

Loving joke ➳ rickyl~leedus.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora