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La reina madre ingresó a paso acelerado a los aposentos del futuro rey, con sus sirvientes detrás de ella. Al llegar a la habitación principal del mayor de sus hijos, los ciervos de este, lo saludaron de forma respetuosa.

Ingresó a los aposentos con rapidez, ignorando el protocolo, encontrando a su hijo con varios papiros alrededor de su pequeña mesa junto al secretario.

MinSeok al observar la repentina presencia de la reina, se puso de pie brindándole la bienvenida, pero sin omitir la interrupción. - ¿Qué requiere de mí, reina madre, ya que dispuso a ingresar de manera abrupta a mis aposentos?

-Disculpa mi impertinencia, príncipe. -Respondió su madre solo por el protocolo, ya que sabía muy bien que su madre no era una mujer muy dócil y paciente. -Pero requiero conversar de un tema muy importante.

MinSeok asintió deslizándose de su sitio para cederle el paso a la reina. -Puede retirarte, BaekHyun. -El secretario asintió, pero antes de retirarse, la voz de su madre resonó.

-Quiero que todos se retiren de los aposentos del príncipe. -Ordenó la reina, lo cual hizo que el príncipe comenzara a pensar en las peores situaciones.

-Ya escucharon la orden de su majestad. -Todos los ciervos asintieron, mientras se retiraban con la mirada baja sin darle la espalda a la realeza.

Ambos esperaron el tiempo prudente que les tomo a todos los ciervos salir, para que la reina comenzara a hablar.

-¿Qué ocurre, madre? -Preguntó MinSeok con preocupación, mientras se sentaba frente a su madre. -Aunque no te guste seguir mucho el protocolo, sé muy bien que no ingresarías de esa manera a mis aposentos si el problema no fuera de suma importancia.

La reina madre suspiró, asintiendo, dándole la razón a su hijo. -Es sobre el príncipe KyungSoo.

-¿Qué ocurrió con KyungSoo, madre? -Interrumpió de manera inmediata con la expresión de miedo implantado en el rostro. - ¿Está herido?

-No, pero es algo mucho peor. -Vio a su madre colocar sus manos por encima de la mesa, acción que hacía cuando estaba nerviosa. - Sé muy bien que mi título tiene que cumplir algunas cosas, como el no ser imprudente.

-Madre, no des tantas vueltas al asunto, por favor. -MinSeok suspiró. - ¿Qué oyó? -Preguntó directamente, conociendo a su madre demasiado bien para saber que escuchó conversaciones ajenas. Teniendo un gran historial, que también el rey conocía, esa acción ya no era sorpresiva.

-Recorrí los jardines del palacio de la difunta reina madre, como todas las recientes tardes sin ninguna compañía. -Comenzó aun con los nervios a flor de piel. -Observé al príncipe KyungSoo ingresar a los aposentos de la reina madre y quise saludar a mi hijo, ya que no nos habíamos visitado.

Cuando estuve por dirigirme hacía el palacio. -Se detuvo para nuevamente tratar de respirar con comodidad. -Vi a uno de sus guardias seguirlo e ingresar a los aposentos. Temí que a mi hijo le pasara algo, pero observe que la persona que lo seguía era el hijo del erudito, Kim JongDae.

-Protege a su alteza, madre. -Interrumpió MinSeok, temiendo que JongIn esta vez se metiera en un gran problema por ingresar a aposentos sumamente importantes para la realeza. -Lo protege a donde sea que el príncipe se diría.

-Sé muy bien eso, príncipe. -Espetó su madre. -Retomando el tema. -Se detuvo. -Aun así los seguí ya que quería compartir un momento a solas con mi hijo, y le pediría al ciervo que se retirara. Pero antes de que ingresara escuché a su alteza abrir su corazón a un guerrero.

-Madre, con todo respeto, ellos son amigos desde muy pequeños no es nada inquietante que se tengan confianza.

-Lo es, ya que escuché a su alteza confesarle su amor a un hombre. -Susurró su madre de manera brusca. - ¿Eso no es inquietante, príncipe?

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